(Desde Santiago, Chile) Ronchas sacó el presidente Gabriel Boric en la banca chilena al decir, este jueves, que las instituciones financieras se han portado “muy coñetes” a la hora de entregar créditos, especialmente en el rubro de la construcción.
En conversación con Radio Rancagua, el mandatario señaló que “en Chile una de las industrias que más ha costado reactivar es la construcción. Y ahí quiero hacer un llamado a los bancos que han estado, como se dice, muy coñetes en particular con las empresas de la construcción para sacar adelante nuevos proyectos”.
“El Banco Central ha estado reduciendo las tasas de manera sistemática porque como Gobierno, en conjunto con el Banco Central, hemos logrado reducir de manera muy significativa la inflación”, añadió.
Pese a ello, “los bancos siguen sin prestar plata o poniendo muchas, muchas dificultades para los créditos a empresas constructoras”.
La autoridad recalcó que “desde el Gobierno estamos haciendo un esfuerzo de gasto público importante. El Ministerio de Obras Públicas está con mucha fuerza invirtiendo en hospitales, caminos, carreteras. En Vivienda estamos haciendo el plan de emergencia habitacional, pero nos falta todavía reactivar más al sector privado, necesitamos más apoyo de los bancos”.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que Boric hace un llamado a los bancos a ayudar al sector. En el encuentro anual de la Construcción en mayo del año pasado, también les pidió a la banca “facilitar créditos al sector” y “empujar más”: “Permítanme hacer un llamado a los bancos, en particular, para que faciliten los créditos al sector de la construcción porque no lo están haciendo fácil”, expresó en aquella oportunidad.
Tras el emplazamiento, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) señaló, a través de un comunicado, que “efectivamente nos encontramos en un ciclo contractivo de la economía, la actividad se mantiene con un bajo dinamismo en general, y la banca no es la excepción”.
“En este marco, el Banco Central sistemáticamente ha estado reportando que el menor dinamismo crédito se asocia a condiciones principalmente de demanda. De hecho, en la última encuesta del Banco Central, se reporta que un 40% de los encuestados reportan menores niveles de solicitudes crediticias”, subrayaron desde el gremio.
Finalmente, la ABIF recalcó que “es un desafío país retomar mayores niveles de crecimiento, y continuar apoyando al crecimiento del país. En esta línea, y a modo de ejemplo del compromiso de la banca, en el programa FOGAES construcción se cursaron créditos a casi el 80% de las empresas elegibles según los criterios establecidos por el Gobierno, y durante la pandemia se aprobaron más de 500 mil créditos, por más de USD 22 mil millones, a través de los programas FOGAPE Covid-19 y Reactiva”.
¿Por qué se dan menos créditos?
En Chile, para nadie es un misterio que los créditos hipotecarios hoy son menos asequibles que hace diez años para los diferentes grupos económicos y muchos expertos ya han advertido que prácticamente toda una generación no podrá acceder a una vivienda propia.
En la última década el valor real de un dividendo ha aumentado en casi un 60% mientras que los ingresos en solo un 14%. El costo de los dividendos en relación con el ingreso de los hogares ha aumentado un 9%, llegando a 34% de los ingresos en 2023, lo que significa que en 10 años el costo de los créditos hipotecarios se ha expandido en más de un tercio respecto a los ingresos.
La Abif señala que esta menor asequibilidad de los créditos hipotecarios se explicaría en parte por la disminución en su demanda, algo que también refleja la Encuesta de Crédito Bancario del Banco Central de Chile.
A ello se suma el alza del costo financiero. Las tasas de interés hoy son más altas que antes de la pandemia y la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, advirtió esta semana que “tendremos que acostumbrarnos que serán más altas por las condiciones de la economía”.
Finalmente, el costo financiero se deterioró por la caída de la liquidez del mercado financiero chileno debido a los tres retiros de fondos de las AFP efectuados durante la pandemia y que significaron una caída en los activos financieros, que hacen que los dineros que se solicitan tengan un costo mayor para las empresas e instituciones financieras.