(Desde Montevideo, Uruguay) - El gobierno de Luis Lacalle Pou fue afectado en buena parte de la gestión por factores climáticos adversos. Entre el 24 de octubre de 2022 y el 31 de diciembre de 2023 Uruguay estuvo en emergencia agropecuaria por la sequía, que se agravó a mediados del año pasado. Seis meses después, la crisis se fue hacia otro extremo: los campos, en particular los del este del país, están inundados y la cosecha de arroz y soja está en riesgo.
El senador del oficialista Partido Nacional y empresario agropecuario Sebastián Da Silva expresó esta mala fortuna en su cuenta de X: “¿Nos podía pasar tener la sequía más grande de los últimos 100 años y después inundaciones parecidas a las del 59? Puede sí, claro que sí”. En ese año Uruguay sufrió las mayores inundaciones de las que hay registro.
Los cultivos de arroz alcanzaron el 90% de la superficie total cosechada, pero todavía queda un 10% por trillar, lo que significan unas 15.000 hectáreas del cereal, informó este jueves el diario El País. Las pérdidas no se han podido cuantificar en este caso porque todavía no se puede saber si se podrá cosechar la producción o si se tendrá que abandonar.
“Hay inundaciones importantes y seguramente este sea uno de los episodios mayores de la historia, de esos que quedan en la memoria”, declaró el presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, Alfredo Lago. En algunas zonas del país los pluviómetros superaron los 400 milímetros, se llenaron y no se puede estimar por cuánto.
“Nosotros estimábamos desde antes de estas lluvias pérdidas de 500 kilos por hectárea en el arroz debido a factores climáticos, pero con este nuevo escenario pueden ser mayores”, lamentó el dirigente gremial.
Muchas zonas inundadas en Brasil son arroceras por excelencia, lo que puede derivar en que el precio del arroz se fortalezca.
A los problemas de la cosecha se le suman los daños en la infraestructura y las rutas, que ha provocado que en algunos lugares los productores hayan volcado en los vehículos.
El arroz tiene una ventaja sobre la soja ya que cuando terminen las lluvias y salga el sol se puede cosechar rápidamente. La oleaginosa tiene un panorama más complicado en Uruguay porque el porcentaje que se lleva cosechado es muy menor y porque muchas chacras están bajo agua, consigna el diario uruguayo. En un año en el que los empresarios se preparaban para una buena producción, ahora aseguran que tendrán pérdidas que todavía no han podido ser cuantificadas.
Las demoras en la cosecha de soja también impacta sobre otros cultivos. Las siembras de invierno se enlentecen por falta de piso y de condiciones, una consecuencia que acompañará a los productores por varios meses.
Evacuados
El Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) en Uruguay informó este miércoles que son ocho los departamentos afectados por los temporales de los últimos días. A Cerro Largo, Paysandú, Salto, Tacuarembó y Treinta y Tres se le sumaron Artigas, Durazno y Río Negro. Hay 1.347 personas que fueron desplazadas de sus hogares (404 evacuadas y otras 943 autoevacuadas). Además, 10 rutas uruguayas permanecen cortadas.
“Entendemos que lo peor ya pasó”, declaró a El País el director del Sinae, Santiago Caramés. El funcionario detalló que en Uruguay se sintieron “secuelas” de lo que sucede en Brasil, pero lo que sucede en el país también se debe a que “ha llovido muchísimo”. “Hay que prepararse para cuidar a los desplazados del descenso de temperatura”, advirtió.
Treinta y Tres es uno de los departamentos más afectados del país por el crecimiento del Río Olimar. El número de desplazados aumenta hora a hora. “La situación es muy angustiante y complicada”, declaró el intendente Mario Silvera. Si bien las lluvias culminaron, se espera que el río continúe aumentando su altura.