(Desde Santiago, Chile) Este martes, Héctor Llaitul Carrillanca, vocero, líder y cofundador de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), la organización radical mapuche más antigua del sur de Chile, fue sentenciado a 23 años de prisión por delitos contra la Ley de Seguridad del Estado. Con dos de sus hijos - Ernesto y Pelentaro -, en prisión preventiva por ataques incendiarios, el eclipse del grupo radical que irrumpió públicamente en 1997 es claro.
Con todo, existen otros grupos armados que buscarían ocupar el vacío de poder dejado tras el descabezamiento de la CAM. Según consigna un reportaje de Ex-Ante, dos de ellos son los ya consolidados Weichán Auka Mapu (WAM), en La Araucanía y la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), en el Biobío. Otro, de aparición más reciente, es Liberación Nacional Mapuche (LNM), y un cuarto grupo radical, la Resistencia Mapuche Malleco (RMM), es vigilado de cerca por ahora por la policía.
RML
El primer gran golpe de la RML - que opera desde al menos abril de 2020-, llegó el 22 de diciembre de 2021, cuando el grupo se adjudicó una seguidilla de atentados incendiarios que terminaron con 31 cabañas, 30 máquinas forestales y 5 vehículos destruidos en la Región del Biobío. A través de una declaración, aseguraron que sus atentados “no pararán ni con Piñera ni con Boric”.
En agosto de 2022 también se atribuyeron el ataque incendiario al molino Grollmus en Contulmo (640 kms al sur de Santiago), que dejó 3 heridos.
Su negocio sería el robo de madera, para lo cual se asocian con no mapuches para su explotación. Tal es el caso de Walter Araneda, quien deberá pagar con pena efectiva 5 años, tras una apelación de Forestal Arauco.
En su declaración del 31 de octubre de 2023, explicó el negocio que mantenía con, presuntamente, la RML.
“Le explico cómo funciona. En general, la comunidad mapuche o el grupo radical, como quiera llamarle, ellos se toman un predio, usurpan un predio, Io tienen vigilado un tiempo, que puede ser un mes, con control de acceso, y después, ellos llaman a un comprador o dos, aunque de repente hay muchos interesados en comprar, y ahí ellos dicen: ‘tenemos este predio tanto, de la comunidad tanto, vendemos a tanto la camionada de madera o bien necesitamos que hagan la madera y la carguen y transporten’, o sea, el servicio completo. Siempre funciona así”, testificó.
En enero de este año, la fiscalía del Biobío anunció condenas para 11 integrantes de la RML por asociación ilícita para cometer este delito, pero tras un procedimiento abreviado fueron sentenciados a entre 2 y 5 años de cárcel.
WAM
Nacida en 2014 como una escisión de la CAM - pero que a diferencia de ésta admite como blancos la quema de iglesias -, el 30 de abril pasado la WAM publicó en Radio Kurruf una declaración negando haber sido los autores del reciente homicidio de tres carabineros en Cañete.
“Acciones como la ocurrida no contribuyen al proceso de reivindicación territorial, y transgreden principios fundamentales de toda lucha revolucionaria que se precie de tal”, aseguraron.
Era la reaparición de una agrupación golpeada en marzo por la detención del ex novicio jesuita Luis García-Huidobro, enviado a prisión preventiva luego de que una testigo protegida lo situara en un atentado de 2021 en Carahue, reivindicado por la WAM. Luis García-Huidobro se declaró inocente y negó ser parte de esa organización.
Su referente conocido es el machi Fidel Tranamil, condenado en 2013 por participar de la toma del seminario mayor San Fidel, que volvió a ocupar en 2014. “La Iglesia ha demostrado ser un miembro más del Estado y no vamos a descansar hasta expulsarla”, dijo entonces. Luego fue imputado falsamente de participar de la Operación Huracán.
Es hermano mayor de Luis Tranamil, condenado por el homicidio del cabo de Carabineros Eugenio Naín en 2020.
LNM
El 24 de abril, menos de 48 horas después de que se conociera el veredicto condenatorio contra Héctor Llaitul, encapuchados armados quemaron 16 máquinas de una empresa de áridos en Lautaro. Antes de huir dejaron un lienzo donde se leía Liberación Nacional Mapuche.
La LNM, cuya existencia se conoció en 2021, ganó protagonismo tras la detención de Llaitul en agosto de 2022 y de los golpes sufridos por la WAM y la RML.
En 2022 se adjudicaron ataques a una faena del expresidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) Juan Sutil y al fundo de la exconsejera regional Carmen Phillips.
El abril de 2023 se atribuyeron, además, el atentado al fundo El Crucero, en el kilómetro 22 de la ruta S-11-R de Lautaro, al noreste de Temuco, donde fueron quemadas una casa patronal, una bodega y maquinaria agrícola. También la quema de 18 máquinas de una empresa de áridos de Panguipulli, al noreste de Valdivia.
Sus líderes a la fecha son desconocidos, aunque las autoridades presumen que Nelson Queupil —condenado en diciembre a 10 años de cárcel por homicidio en grado de tentado contra carabineros y porte ilegal de armas— tendría un rol relevante en la organización.
Entre sus características destaca su ambición transnacional. “Planteamos un principal objetivo: la liberación de nuestro pueblo de la ocupación por parte del Estado chileno y argentino, que se hizo del 95% de nuestro territorio en una violenta y sucia campaña de Pacificación de la Araucanía en el gulumapu (tierras mapuches del oeste), y Campaña del Desierto en el puelmapu (tierras mapuches del este)”, dijeron en una declaración de principios publicada en 2021.