La grave crisis humanitaria que atraviesa Haití obliga a muchos menores a unirse a las bandas criminales para conseguir alimento, lamentó la ONG Save The Children tras recibir informes de jóvenes que mataron, secuestraron y saquearon por un plato de comida. El asesor de alimentación y medios de subsistencia de la organización, Jules Roberto, señaló que hay un creciente número de niños, niñas y adolescentes que, ante la desesperación por el hambre, deben recurrir a las estructuras criminales para poder sobrevivir.
“Los menores no acompañados son los que corren mayor riesgo de ser reclutados. Una barriga hambrienta no tiene oídos: irá donde pueda conseguir comida, aunque eso signifique matar y saquear para conseguirla”, comentó mientras sumaba que la isla enfrenta niveles de hambre sin precedentes con la mitad de los menores de la isla bajo un estado crítico de inseguridad alimentaria que no logra resolverse dado el espiral de anarquía y violencia que se vive.
Según datos de la ONU, entre el 30% y el 50% de las bandas criminales en el país tienen a menores en sus filas, algunos de ellos unidos bajo coacción de los delincuentes y otros consecuencia de la crisis. En tanto, en los primeros tres meses del año, 82 de estos jóvenes murieron o resultaron heridos en hechos relacionados con esta violencia. Esta cifra expone un aumento del 55% en comparación al último trimestre de 2023, que ya había sido identificado como el período más crítico para este grupo social en la historia del país.
Desde que las bandas criminales tomaron el control de Haití -ya controlan cerca del 90% de la capital- el acceso a alimentos se complejizó y los precios de la canasta básica se dispararon hasta un 21 por ciento. En consecuencia, muchas familias tienen grandes dificultades para comer una vez al día y hasta se han informado casos en los que madres solteras “pensaban en dedicarse o se han dedicado al trabajo sexual para mantener a sus hijos”.
“Si no se prioriza y amplía el apoyo permanente en los campos de desplazados se creará un caldo de cultivo para que las bandas atraigan a los niños más vulnerables hacia el reclutamiento”, advirtió Roberto.
El pasado 30 de abril el Consejo de Transición anunció que Fritz Belizaire asumirá como primer ministro de la isla, con el gran desafío de restaurar la paz y la seguridad. A pesar de que se esperó una respuesta positiva a la tan ansiada noticia, lo cierto es que varios sectores políticos manifestaron su descontento y la violencia en las calles no cesó.
“Las fuerzas de la mafia política y económica han decidido tomar el control del Consejo Presidencial y del Gobierno para poder seguir controlando el Estado”, denunció el Montana Accord, un grupo de la sociedad civil encabezado por uno de los miembros del organismo.
A la par, en Puerto Príncipe se registraron noches de graves incidentes, con asaltos y tiroteos, casas quemadas, automóviles incendiados, comercios vandalizados, y postes destruidos. Esto desató una oleada de familias que, incluso a pie, comenzaron a abandonar sus hogares en busca de zonas más seguras para resguardarse.
En tanto, las autoridades extendieron el toque de queda en el departamento del Oeste del país.
(Con información de EFE)