La crisis política en Haití atraviesa ahora un nuevo capítulo. Este martes, un sorpresivo anuncio reveló que el nuevo primer ministro del país será Fritz Bélizaire, algo que, si bien la sociedad llevaba tiempo esperando, no tardó en generar polémica.
La noticia fue difundida por cuatro de los siete miembros con poder de voto del Consejo de Transición y dejó de lado el rechazo de los otros tres, que no esperaban el avance tan rápido de la designación ya que en esta jornada se preveía sólo la elección de un Presidente para el grupo.
Así, dentro del organismo se generó una fractura con los opositores alegando una violación del acuerdo político y hasta advirtiendo que se están considerando a otras personas para ocupar el cargo. Puntualmente, se refieren al documento “Constitución de un bloque de mayoría indisoluble dentro del Consejo Presidencial”, que establece los lineamientos de su funcionamiento y cuenta con la firma de los siete miembros.
El Montana Accord, un grupo de la sociedad civil encabezado por uno de los miembros del Consejo con derecho a voto que se opone a Bélizaire, apuntó en un comunicado que la maniobra es parte del “complot” encabezado por los cuatro políticos que buscan atentar contra el pueblo de Haití.
“Las fuerzas de la mafia política y económica han decidido tomar el control del Consejo Presidencial y del gobierno para poder seguir controlando el Estado”, continúa la nota en referencia a las maniobras ocultas que durante años se vieron en el país y que llevaron a extrañas alianzas por conveniencias.
“La gente cambia de partido como de camisa”, explicó el profesor de Ciencias Políticas en el Queens College Francois Pierre-Louis. En ese sentido, apuntó contra Jean-Charles Moise por estar detrás del anuncio de la víspera, a pesar de que él personalmente no forme parte del Consejo sino que su partido, Pitit Desalin, esté representado por terceros actores: Emmanuel Vertilaire -uno de los cuatro concejales que dio el voto a favor-, Louis Gérald Gilles, Smith Augustin y Edgard Leblanc Fils -el nuevo presidente del Consejo-.
“Curiosamente, Moise, de todos los políticos que hay allí, es el que lleva la voz cantante”, denunció.
Por su parte, el partido Fanmi Lavalas también repudió la “masacrada conspiración” de los cuatro funcionarios que buscan garantizar que “los matones del PHTK (Partido Haitiano Tèt Kale) y sus aliados conserven el poder y continúen la tradición de corrupción”.
“Rechazamos enérgicamente el escándalo de traición ocurrido el 30 de abril”, declararon.
El descontento, sin embargo, no se limitó al arco político. Dentro de la sociedad también hubo un fuerte rechazo al anuncio del nuevo funcionario y, en última instancia, a las decisiones tomadas por el Consejo.
Jean Selcé, un vecino de la isla, desconfió de los miembros del bloque ya que se trata de políticos de larga trayectoria con un “pasado que no es realmente positivo”. “Espero que su mentalidad cambie, pero no creo que lo haga. No aman realmente al país. ¿Quién se está muriendo ahora? Son haitianos como yo”, comentó.
En esa misma línea, Robert Fatton, experto en política haitiana de la Universidad de Virginia, sumó que algunos de los miembros son, inclusive, los responsables de la actual crisis que atraviesa el país.
“Es una contradicción. Cada vez que parece que estamos en crisis volvemos a nombrar a las mismas personas y esperamos que cambien de actitud pero no lo hacen”, explicó.
Haití lleva cerca de 25 años inmerso en una crisis política económica social que ha dejado a gran parte de la sociedad en la pobreza y ha favorecido el surgimiento de bandas criminales que controlan varias zonas del país e infunden miedo con sus tácticas de secuestro, extorsión y narcotráfico, entre otras.
En el último tiempo, la situación ha alcanzado un nuevo récord que, sumado al descontento del pueblo por la permanencia en el poder del primer ministro Ariel Henry y su negativa a un llamado a las elecciones, derivaron en quemas de comisarías, la toma del aeropuerto, la liberación de más de 4.000 presos y una fuerte ola de violencia.
Sólo en los primeros tres meses del año, más de 2.500 personas han muerto o resultado heridas, según datos de la ONU, y cerca de 90.000 han huido de la capital.
Es por ello que el pueblo reclama la conformación de un gobierno con figuras comprometidas con la lucha contra estas mafias y la restauración urgente del orden público.
(Con información de AP)