(Desde Montevideo, Uruguay) - El narcotraficante Juan Antonio González Bica se había disfrazado de médico en una ambulancia para disimular que llevaba droga, pero igualmente fue atrapado por la Policía en Uruguay. Fue a prisión, pero poco más de un año después consiguió seguir cumpliendo la pena en su casa por supuestos problemas de salud.
González Bica había presentado cinco documentos para poder irse a su casa. Había una imagen de una tomografía y un informe que, supuestamente, lo había redactado el comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit. Además, había otro documento de un prestador de salud. En realidad era todo una puesta en escena para escaparse.
Su fuga dejó en evidencia una organización que se dedicaba a falsificar y cuyo líder, Matías Campero, fue condenado recientemente por la Justicia uruguaya a tres años de cárcel y a una multa de unos USD 900. La sentencia fue por usurpación de título, cuatro delitos de falsificación de documentos privados y un delito de estafa agravada.
Campero se atribuyó títulos que no tenía y elaboró documentos privados para llevar a los jueces a cometer errores, informó El País. Era el líder de una banda que falsificaba documentación para obtener el arresto domiciliario para presos. Por sus maniobras, otros dos narcotraficantes, además de González Bica, salieron de la prisión.
Campero asumió su culpa, lo que le permitió llegar a un acuerdo abreviado y reducir su condena. En la audiencia judicial, la fiscal confirmó que se utilizaron documentos falsos para conseguir la salida de la prisión de González Bica y Miguel Leal, dos delincuentes que permanecen prófugos de la Justicia. Además, Antony Suárez también salió de prisión, pero está preso por otra causa. El propio Campero fue otro de los que logró salir de reclusión: estaba detenido en Maldonado y se lo estaba investigando por un secuestro.
El falsificador tenía previsto hacer lo mismo con otros dos presos.
En la causa también está condenada la abogada Mercedes Acosta, que trabajaba junto a Campero firmando documentos y quien fue la defensora del narco González Bica. Una conversación entre ellos quedó grabada y fue parte de la evidencia para condenarlos. “Diego tenía lo de Juan para la diálisis”, dice una parte del audio. “Ya estaba todo hecho”, agrega el mensaje, en referencia a la documentación falsa que se presentaría en el expediente de González Bica, según consignó el medio uruguayo.
En las conversaciones entre ellos se refieren a un pago de USD 100.000 y comentan que Suárez, uno de los que se escapó, pagó USD 60.000 por los documentos truchos.
Para que Suárez saliera de prisión se presentaron papeles que evidenciaban que el procesado tenía graves problemas de salud mental y, por tanto, consideraban necesaria una internación clínica para él. Los estudios también mostraban que tenía células malignas en la próstata, lo que fue clave para conseguir su traslado.
Con el avance de la investigación se descubrió que la imagen de la tomografía de González Bica también había sido utilizada para la salida de Campero de la prisión. Y el sello usado como firma en los informes de la sociedad médica fue encontrado en su estudio, durante un allanamiento. El falsificador se había presentado varias veces como abogado y procurador, aunque no tenía los títulos. Incluso estuvo en una de las audiencias judiciales como tal.
A Campero se le decomisaron 16 millones de pesos uruguayos (cerca de USD 420.000), además de tres autos (un Citroen C3, un Fiat y un BMW). Está preso en la cárcel de Santiago Vázquez (el ex Comcar), una de las cárceles de máxima seguridad y más peligrosas de Uruguay. Su defensa pide que sea trasladado a otra prisión porque tiene intención de reinsertarse en la sociedad.