(Desde Montevideo, Uruguay) - La cantidad de empresas uruguayas que venden a la Argentina llegó a un máximo en 2018, pero luego de ese pico comenzó a descender. En 2023 fueron 371 y solo 45 hicieron envíos por más de USD 1 millón; en ese año, las exportaciones fueron por un total de USD 565 millones, un 47% menos respecto a 2022. Para los industriales uruguayos fueron meses “espantosos”, según lo definió el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Fernando Pache.
Pero con la asunción de Javier Milei la situación ha cambiado ya que los empresarios comenzaron a cobrar las deudas que tenían atrasadas de importadores argentinos. Sin embargo, el sector todavía no repunta porque no se normalizan las ventas al país vecino, pero a la vez mantiene un moderado optimismo, según los empresarios del rubro consultados en Búsqueda.
Las industrias uruguayas debieron hacer ajustes operativos y de personal y tomaron créditos bancarios para atravesar los problemas que tuvieron el año pasado, pero ahora se enfrentan a una baja de la demanda. “La situación ha mejorado desde el punto de vista regulatorio. El problema es que la realidad del mercado es compleja y no es posible retomar el ritmo de colocación previo por la coyuntura económica de Argentina. Si no hay ventas, no hay mercado”, describió el presidente de Comercio Exterior de la CIU, Washington Durán.
La realidad “muy dura” de las empresas uruguayas ha provocado que algunas firmas hayan quedado “por el camino” y otras soporten con medidas de ajuste interno, explicó Durán. Para muchas de estas, el mercado argentino es el lugar para crecer porque “no tienen chance de buscar otro destino afuera, o por el producto que venden, por la competitividad o por su propia infraestructura”.
Esta crisis se refleja en algunas decisiones como la de la autopartista brasileña Fanacif, que envió a toda su plantilla a seguro de paro a principios de abril por los problemas financieros y que la semana pasada anunció el cierre de su operación industrial en Uruguay. En parte, la decisión se debió a las deudas comerciales de clientes argentinos, como informó el medio uruguayo.
El gerente de la fábrica de envases reciclables Darnel, Alberto Brause, informó como ejemplo que su empresa pasó de colocar el 25% de su producción al mercado argentino a hacerlo un 8%. “Estamos viendo un consumo recesivo de Argentina que nos pega”, justificó. La empresa tenía la expectativa de recuperar el volumen de ventas perdido con el cambio de gobierno y la liberación de las importaciones, pero los negocios no llegan al nivel previsto, al menos en los primeros meses del año. “El consumo bajó. Estamos vendiendo menos. Se está viendo una baja fuerte, en torno al 20% o 30% en relación con el año anterior”, informó.
Esta compañía adquirió el año pasado una planta de producción en Zárate como parte de una estrategia para “seguir participando fuerte dentro” del mercado argentino.
Pache, el presidente de la CIU, es director de una de las empresas que exporta a Argentina. El empresario advirtió a sus clientes a principios de año que si no pagaban sus deudas viejas, tendría que suspender la entrega de mercadería. “Teníamos una fortuna, para nuestros bolsillos, de impagos. Hoy lo hemos cobrado. Nuestro producto es muy demandado en la región, por lo que conversamos con serenidad (…) y los clientes buscaron la manera y cumplieron para no quedarse sin materia prima”, comentó.
El presidente de Comercio Exterior de la gremial empresarial indicó que, como en Argentina “todo es muy dinámico”, no se pueden hacer “demasiadas predicciones” sobre el futuro. Señaló, sin embargo, que hay un “moderado optimismo” entre los industriales porque, en términos generales, la situación de impactos se está “normalizando y encauzando”, lo que les permite comenzar a recuperar el capital de trabajo.