Una nueva organización radical mapuche incendió 16 máquinas industriales en el sur Chile

El ataque fue reivindicado por la célula Liberación Nacional Mapuche (LNM), que ha tomado fuerza tras la detención de Héctor Llaitul, líder de la CAM, y el descabezamiento de otros grupos armados

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El grupo salió al a luz pública en 2021, aunque ellos mismo aseguran que vienen cometiendo atentados desde 2019.
El grupo salió al a luz pública en 2021, aunque ellos mismo aseguran que vienen cometiendo atentados desde 2019.

(Desde Santiago, Chile) - Durante la madrugada de este miércoles, un grupo de individuos con rostro cubierto y armados de escopetas intimidaron a dos guardias de la empresa de áridos La Estrella - ubicada en la ruta que une Lautaro con Vilcún, a unos 700 kms al sur de Santiago -, y luego quemaron 16 vehículos industriales como camiones tolva y retroexcavadoras, en el primer ataque incendiario cometido tras la sentencia de culpabilidad dictada al líder de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), Héctor Llaitul.

El ataque se lo adjudicó el movimiento Liberación Nacional Mapuche (LNM), una célula radical relativamente nueva, que ha ganado protagonismo tras el descabezamiento de la CAM y otros grupos como la Weichán Auka Mapu (WAM) y la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML).

“Fuera áridos y torre de alta tensión. Libertad a Nelson Queupil, Claudia Nahuelán y todos los presos políticos mapuche”, rezaba el lienzo que dejaron en el sitio del suceso. Al costado derecho estaba dibujada una estrella de ocho puntas y un fusil AK-47. Queupil, uno de los líderes de LNM, fue condenado el año pasado a 10 años de cárcel por un ataque a carabineros con fusil, en la Región de Los Ríos.

Historial del LNM

La primera aparición del LNM se remonta al 10 de julio de 2021, cuando individuos quemaron 3 camiones Tolva, un cargador frontal, una excavadora y 2 container, en una faena de extracción de áridos camino a Vilcún, en La Araucanía, según consigna una nota de Ex-Ante.

Allí dejaron un lienzo alusivo a Pablo Marchant (28), ex estudiante de antropología y miembro de la CAM que murió en un enfrentamiento con la policía cuando participaba de un atentado incendiario al fundo forestal Santa Ana de Carahue.

“Weichafe (combatiente) Pablo Marchant. En la lucha armada hacemos justicia”, decía el panfleto firmado LNM, siglas que hasta entonces no estaban en el registro de las autoridades.

A fines de 2021 el grupo salió a la luz pública al enviar una declaración a Radio Kurruf, atribuyéndose 20 atentados realizados entre el 9 de octubre de 2019 y el 5 de noviembre de 2021 en comunas de La Araucanía y Los Ríos.

De esta manera, LNM vino a sumarse a otros grupos radicales establecidos como la Weichan Auka Mapu (WAM) en La Araucanía y la Resistencia Mapuche Lafkenche (RML) en el Biobío.

Ambos grupos, aunque en menor medida que la CAM, han sido golpeados en los últimos meses con la detención de presuntos integrantes de sus filas.

En marzo cayó el exnovicio jesuita Luis García-Huidobro, por un atentado incendiario cometido en 2021 en Carahue. Las autoridades los sindican como integrante de la WAM, lo que el niega. En enero ya había sido detenido el presunto financista de la RML, Javier Agustín Ramírez, apodado “El coipo”.

En 2022 la LNM se adjudicó ataques a una faena del expresidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) Juan Sutil y al fundo de la exconsejera regional Carmen Phillips, que les dieron mayor protagonismo.

En abril de 2023 se adjudicaron el atentado al fundo El Crucero, en el kilómetro 22 de la ruta S-11-R de Lautaro, al noreste de Temuco —donde fueron quemadas una casa patronal, una bodega y maquinaria agrícola.

También, la quema de 18 máquinas de una empresa de áridos de Panguipulli, al noreste de Valdivia, donde se encontró un lienzo blanco con letras azules firmado LNM.

Nelson Queupil, uno de los líderes de LNM, fue condenado el año pasado a 10 años de cárcel por atacar a carabineros.
Nelson Queupil, uno de los líderes de LNM, fue condenado el año pasado a 10 años de cárcel por atacar a carabineros.

Su manifiesto

En la declaración publicada el 27 de noviembre de 2021 por Radio Kurruf, la LNM entregó sus definiciones como grupo armado, que guarda similitudes con el discurso de la CAM.

Legitimación de la violencia política: “Legitimamos la dignidad de plantear la violencia como método de defensa, por lo que entendemos que nuestras ideas son un riesgo para la continuidad de los Estados Nacionales en nuestro territorio”.

La estrella de 8 puntas y la AK-47 de su logo: “La principal guía de nuestro andar es la wünñulf (bandera mapuche con la estrella de 8 puntas), la cual fue también la bandera de nuestros kuifeke weichafe (antiguos guerreros) como Leftraru, este símbolo que dota de toda mística a nuestra causa, también acompañada por la AK-47, que ha estado presente en todos los procesos de descolonización del tercer mundo, y los pueblos oprimidos, dejando el rudimentarismo, sin perder la dignidad”.

Sus blancos: “Reivindicamos a los verdaderos presos políticos mapuche que han caído en acciones directas contra forestales, latifundistas, áridos, constructoras, inmobiliarias y toda expresión capitalista que destruye nuestro Wallmapu”.

Blancos descartados: “No concordamos con ataques a escuelas, jardines infantiles, postas rurales, ataques a pequeños parceleros, iglesias y otros objetivos que no financian la militarización en nuestro territorio, y que nos hagan caer en un error estratégico para el movimiento, quitándonos la legitimidad en nuestras comunidades”.

Espíritu transnacional: “Planteamos un principal objetivo: la liberación de nuestro pueblo de la ocupación por parte del Estado chileno y argentino, que se hizo del 95% de nuestro territorio en una violenta y sucia campaña de Pacificación de la Araucanía en el gulumapu (tierras mapuches del oeste), y Campaña del Desierto en el puelmapu (tierras mapuches del este)”.

Narcotráfico: “El kimun (conocimiento) acumulado en los procesos de lucha y resistencia nunca debiese servir para hacer florecer la criminalidad en nuestros espacios libres del monopolio de la violencia de los estados nacionales, y que nuestros militantes de la causa mapuche sean unos íntegros weichafe (combatientes) al servicio de la liberación de nuestro pueblo, y no criminales que defiendan el lumpenaje, y que los territorios recuperados se cultiven alimentos, lawenes (medicamentos) y no drogas que nutran el narcotráfico”.

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