El sector tecnológico en Uruguay representa el 4,3% de su PIB y tiene un salario promedio de USD 2.300

El rubro de las tecnologías de la información crece a un ritmo más rápido que la economía uruguaya, pero tiene algunos desafíos en cuanto a su competitividad internacional. Un estudio hace una radiografía de esta industria

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El economista Alfonso Capurro presenta
El economista Alfonso Capurro presenta los resultados sobre la incidencia del sector TIC en Uruguay (CUTI)

(Desde Montevideo, Uruguay) - El sector de las tecnologías de la información (TI) crece en Uruguay a un ritmo más rápido que el promedio de la economía y su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) se duplica cada 10 años. Los datos surgen de un estudio de impacto realizado por la consultora CPA Ferrere para la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti), que concluye que el rubro genera más de 22.000 puestos de trabajo directos y “de calidad”.

El rubro tecnológico se ha convertido en un “componente crucial” de la economía uruguaya, al representar el 4,3% de su PIB y consolidarse como uno de los cinco principales sectores de exportación. En 2022, las exportaciones alcanzaron un total de USD 1.816 millones, que equivalen al 65% de su facturación total (USD 2.840 millones). Este valor se multiplicó por 13 desde el año 2000. En el año 2010, las ventas al exterior fueron por USD 225 millones. El 85% de las exportaciones fueron hacia Estados Unidos.

El modelo de negocios TI está centrado en empresas encargadas al desarrollo o mantenimiento de sistemas (software factories), que representan el 70% de la actividad sectorial y el 80% de las exportaciones. Las firmas vinculadas al sector son más de 500 y ofrecen un salario promedio de 91.157 pesos uruguayos (algo más de USD 2.300), según datos que publicó El País.

Argentina y Colombia son los
Argentina y Colombia son los países de los que más captan talentos las tecnológicas uruguayas. (Crédito: CUTI

Esta remuneración es más del doble del promedio que ganan los uruguayos ($ 41.805 - algo más de USD 1.000) y supera a otras actividades que tienen salarios comparativamente altos, como las actividades financieras y de seguros ($ 82.092), las actividades profesionales y científicas ($ 69.284), el transporte y almacenamiento ($ 46.923) y la enseñanza ($ 44.948).

Los empleados de esta industria que más se destacan son los desarrolladores de software (4.376), los programadores de aplicaciones (3.170), los técnicos en operaciones de TI (2.242), los analistas en sistemas (2.075) y los ingenieros electrónicos (1.791).

A pesar de que esta industria todavía tiene potencial de crecimiento, ya se ha convertido en uno de los sectores más relevantes de la economía uruguaya. Se ubicó en el quinto puesto en el ranking de las exportaciones de 2022, detrás del sector cárnico, la industria forestal, la soja y el turismo, con una participación del 9,3%. Los sectores que le siguen son los servicios empresariales, los productos lácteos, el concentrado de bebidas, el transporte y el arroz.

Las empresas tecnológicas uruguayas buscan
Las empresas tecnológicas uruguayas buscan talentos fuera de fronteras para poder llenar sus plantillas. (Crédito: CUTI).

Otra característica del sector TIC es la heterogeneidad que tiene y que se ha convertido en uno de sus pilares. En un mismo sector conviven empresas grandes y con alta capacidad de competencia con otras menores que, en muchos casos, todavía están en proceso de formación. De las 529 empresas vinculadas al rubro, 360 son pequeñas empresas (tienen entre cinco y 19 empleados) y son las que más participación tienen en el mercado (68%). Hay 145 medianas empresas (con 27% de participación) y otras 24 grandes empresas (el 5% del rubro).

Un 30% de las empresas factura entre USD 200.000 y USD 1 millones y otro 30% entre USD 1 millón y USD 5 millones. Un 21%, en tanto, más de USD 5 millones y el restante 19%, menos de USD 200.000.

En un evento en el que se presentaron estos resultados, la Cuti advirtió que el sector tiene desafíos por delante. Una de las principales dificultades es la diferencia que hay entre la oferta educativa de Uruguay y la demanda que existe en el sector por perfiles especializados que son necesarios para mantener la competitividad internacional del país.

Hay, según el informe, un “encarecimiento estructural” de Uruguay en comparación a sus competidores, lo que ha derivado en una “pérdida de la ventaja competitiva”.

A su vez, el modelo de negocios del sector requiere de una “renovación de la agenda” en la colaboración entre el sector privado y las políticas públicas.

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