(Desde Santiago, Chile) Tras un extenso juicio oral, el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco declaró culpable al líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, por delitos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado tales como usurpación violenta y atentado contra la autoridad. El Ministerio Público pidió 25 años de cárcel para el ahora condenado y la sentencia se conocerá el 7 de mayo.
Poco antes de darse a conocer el veredicto, Llaitul declaró: “seguramente esta será una condena en donde yo reciba toda la fuerza del Estado por este mismo choque de cultura, de que no nos podemos entender y que va a existir un conflicto permanente”.
No se equivocó.
Llaitul fue acusado de cinco ilícitos en calidad de autor: un delito de incitación contra la violencia y el orden público, dos de usurpación violenta, un hurto simple y un por atentado en contra de la autoridad a mano armada.
Tocante al primer delito, por ejemplo, se acreditó que tras una audiencia realizada 8 de enero de 2020 en el TOP de Temuco, Llaitul hizo un llamado público a realizar atentados incendiarios y sabotajes contra empresas del rubro forestal, los que fueron recogidos incluso por medios de comunicación.
La evidencia quedó plasmada en sus conversaciones telefónicas, que demuestran su rol activo en la coordinación y su participación en posteriores ataques incendiarios.
Las pruebas también permitieron establecer que el comunero ingresó, junto a otros sujetos, a los fundos San Sebastián y Los Pastales de Renaco, con la intención de ocuparlos ilegalmente.
“Es posible establecer que el acusado también hurtó madera del predio usurpado denominado Los Pastales de Renaco”, precisó la jueza Pinilla, según consigna una nota de BíoBío.
Lo mismo sucedió respecto a los ataques armados en contra de funcionarios policiales que acudieron a los procedimientos en dichos fundos usurpados.
“El imputado ha cometido dos delitos de usurpación violenta en contra de las víctimas con fecha 10 de febrero de 2021 y 12 de marzo del mismo año. En tanto, con violencia e intimidación, ocupó un inmueble privado, repeliendo además la ocupación del legítimo poseedor. Un delito de hurto simple en contra de Bosques Cautín, cometido el 12 de marzo de 2021, en cuanto a que sin la voluntad de su dueño, con ánimo de lucrar, se apoderó de madera; y un delito de atentado en contra de la autoridad a mano armada, cometido en contra de dos funcionarios de Carabineros en servicio activo”, detalló la jueza.
Rocío Pinilla también añadió que la prueba de descargo no fue capaz de introducir una duda razonable de los hechos imputados.
”Tiene que secarse en la cárcel”
Tras el veredicto, las reacciones no tardaron en llegar. Desde el Gobierno, la ministra del Interior, Carolina Tohá, consultada sobre sobre si el veredicto puede ser un punto de inflexión para la violencia en la Araucanía, sostuvo en conversación con Radio Cooperativa que “el punto de inflexión ya se produjo. Nosotros llevamos dos años en la Macrozona Sur con una reducción de las acciones violentas sistemáticas”.
Por su parte, el exintendente de La Araucanía y diputado de Amarillos, Andrés Jouannet, señaló que es una “muy buena noticia” y que la CAM, liderada por Llaitul, “sometió a la región a un régimen del terror”.
El diputado de la UDI, Henry Leal, recalcó que con este veredicto se comienza hacer justicia y se acaba con la impunidad de “una persona que lidera una agrupación de carácter terrorista”.
Su par de RN, Miguel Becker, dijo que con los actos violentos perpetrados en la región, La Araucanía se convirtió en una zona con altos índices de pobreza por la falta de inversión.
En la misma línea se manifestó su compañero de partido, el diputado Miguel Mellado, mostrándose confiado en que Llaitul será sentenciado a 25 años de presidio. “Tiene que secarse en la cárcel”, afirmó.
Finalmente, Patricio Santibáñez, presidente de la Multigremial de La Araucanía, indicó que se trata de un gran avance en materia de justicia.
En tanto y en días previos a la lectura del veredicto, los parlamentarios solicitaron a las autoridades reforzar la seguridad en la zona, ante la eventualidad de posibles ataques incendiarios en señal de protesta.