(Desde Montevideo, Uruguay) - Una bala ingresó a un sexto piso de un edificio en Montevideo y generó un agujero en una pared, unos centímetros arriba de donde dormía un niño de dos años. Las imágenes, difundidas por el noticiero Telenoche (Canal 4), muestran que el bebé se incomoda con el sonido, se mueve, pero luego sigue durmiendo. La reacción de los padres en la casa del barrio Malvín Norte fue distinta.
La madre, que dormía en el momento del impacto, sintió un golpe en el dormitorio de su hijo y, al prender la luz, ve que la ventana está rota y que hay un impacto de bala en la pared.
“Siento un gran golpe, un ruido muy fuerte, un estruendo. Cuando voy a mirar, veo un vidrio roto. Primero comprobé que el niño estaba bien y estaba dormido profundamente, apenas se había movido un poco. Prendo la luz y, cuando me siento delante de la camita de él, veo el agujero de bala en la pared, a centímetros de dónde él estaba”, narró la madre del menor, entre lágrimas.
La mujer contó que se puso muy nerviosa y que no podía creer lo que estaba sucediendo.
“Llamo a mi pareja y le dijo eso: que acababa de entrar una bala por la ventana. Él me dice que llame a la Policía, que fue lo que hice. Sentía la impotencia de saber que no tenés seguridad”, lamentó.
“(La zona está rodeada por) torres altas. En principio pensaban que era una bala perdida, pero no tenía mucho sentido por la trayectoria que hizo el agujero: rompió persianas y vidrios, y rebotó en la pared dos veces. Venía con fuerza. No era una bala cayendo. Si mirás el complejo, ves que todas las torres son altas y que no hay un lugar para que se escabulle una bala por algún rincón. Esto tiene que haber sido desde alguna torre”, comentó.
La ventana en la que dormía el niño no da a una calle ya que la torre en la que el niño vive está rodeado por otros edificios. El análisis de la trayectoria de la bala será clave para determinar si se trató de una bala perdida o si la intención de quien disparó era otra. La familia exige que la policía investigue para aclarar si fue una agresión accidental o no.
La información primaria indica que el arma utilizada podría ser un calibre 22 o 28. El impacto rebotó en la pared, lo que le hace ver a los investigadores que la bala llegó con fuerza hasta la pared del edificio.
Cuando llegó la Policía Científica, tomó las fotos e hizo mediciones para avanzar con la investigación. La información extraoficial que le dieron a la familia es que el disparo parece haber salido de los pisos altos de una torre vecina.
“Hoy radicamos la denuncia. Los nervios naturales que tenemos es porque vemos que las averiguaciones van siendo muy lentas. Tenemos miedo de estar acá. Yo no me quiero quedar acá con mi bebé. Y así como estoy yo, pueden estar otros vecinos. Si esto fue un balazo de alguna persona imprudente, puede repetirse. No te da ninguna certeza”, comentó.
La mujer cuestionó que ningún investigador hizo consultas en las torres de las que podría haber surgido el disparo. “Yo desde acá no lo sentí porque había lluvia y había viento, pero es algo que nos tiene alarmados y preocupados”, aseguró.
La cantidad de niños baleados en Uruguay ha aumentado en el último tiempo. El hospital pediátrico Pereira Rossell registra un cambio de tendencia en estas cifras. “Antes era excepcional en el año tener dos o tres niños con balas. Hoy cada mes tenemos algún niño baleado”, declaró el director del centro de salud, Álvaro Galiana. “Hoy es más frecuente verlo y es algo que nos preocupa muchísimo”, aseguró.