Jorge Glas fue dado de alta y volvió a La Roca, una cárcel de máxima seguridad en Ecuador

Se recuperó en un hospital de una descompensación que un parte policial atribuye a una posible sobredosis de medicamentos y que las autoridades penitenciarias relacionan con su negativa a ingerir alimentos

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Foto de archivo del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas (EFE/José Jácome)
Foto de archivo del exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas (EFE/José Jácome)

El ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas, detenido el pasado viernes tras una irrupción policial en la Embajada de México, en Quito, fue recluido nuevamente en la cárcel tras haberse recuperado en un hospital de una descompensación que un parte policial atribuye a una posible sobredosis de medicamentos y que las autoridades penitenciarias relacionan con su negativa a ingerir alimentos.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), la agencia penitenciaria del Estado, indicó sin más detalles que “acaba de ingresar al Centro de Privación de Libertad” de La Roca, la cárcel de máxima seguridad del país.

Glas permaneció en observación médica durante la últimas horas en el Hospital Naval de la ciudad de Guayaquil.

El SNAI señaló que Glas presentaba “parámetros de salud estables y dentro del rango de normalidad”, por lo que podía recibir el alta médica correspondiente.

La agencia penitenciaria había avanzado que en el transcurso de este martes, en “estricto cumplimiento con los protocolos de seguridad”, Glas retornará a La Roca, donde fue recluido después de su detención en la Embajada de México. En esa cárcel -apuntó el SNAI- se velará “por la protección de la integridad física” de Glas.

Andrés Villegas, abogado de Glas, consideró escueto el comunicado del SNAI y se quejó por la falta de información oficial sobre la situación real en torno al quebranto de salud de Glas ocurrido el lunes.

El entonces vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, habla durante una entrevista en septiembre de 2017   (AP Foto/Dolores Ochoa, Archivo)
El entonces vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, habla durante una entrevista en septiembre de 2017 (AP Foto/Dolores Ochoa, Archivo)

Ello, porque un parte policial -al que tuvo acceso la defensa de Glas- menciona una presunta intoxicación medicamentos, mientras que el SNAI se refiere a una descompensación por la falta de ingesta alimenticia.

Villegas dijo a la agencia EFE que esperan recibir información oficial sobre la situación de salud de Glas, que fue ministro y vicepresidente durante el mandato presidencial de Rafael Correa (2007-2017), con el que guarda amistad desde la juventud. También fue vicepresidente de Lenín Moreno (2017-2021) en los primeros meses de su mandato.

Glas, que había ingresado en la Embajada de México en Quito en diciembre pasado, pidió asilo al Estado mexicano, que se lo concedió el pasado viernes, y horas después el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ordenó el asalto policial a la sede diplomática para detenerlo, lo que provocó la ruptura de relaciones por parte de México.

El asalto a la embajada ha recibido la condena internacional, mientras Ecuador justifica su acción por la lucha contra la corrupción, ya que Glas está procesado por presunta malversación de fondos en un caso sobre la reconstrucción de la provincia de Manabí tras el terremoto de 2016, y aún debe completar una sentencia de ocho años en otros dos casos, por los que ya estuvo cerca de cinco años en prisión entre 2017 y 2022.

A finales de 2022, Glas obtuvo un beneficio penitenciario que le permitió cumplir el resto de sus sentencias en libertad. Esto sucedió tras cumplir cinco años de cárcel por dos condenas por cohecho y asociación ilícita de ocho y seis años de prisión, respectivamente. Actualmente se encuentra procesado por presunto peculado (malversación) en el caso ‘Reconstrucción’ de la costera provincia de Manabí tras el terremoto de 2016. Por ese caso se emitió una boleta de captura que Glas evadió pues ya se había alojado en la Embajada de México en Ecuador. Además, parte de las condiciones de la prelibertad que adquirió era la presentación periódica ante un juez, algo que incumplió y que, por ende, revoca el beneficio penitenciario.

El ex vicepresidente, que se considera inocente y un perseguido político víctima de ‘lawfare’, misma razón por la que México decidió asilarlo.

(Con información de EFE)

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