Tras la detención del ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas en la embajada mexicana en Quito, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, difundió un comunicado en el que justificó su orden de allanar la sede diplomática.
“He tomado decisiones excepcionales para proteger la seguridad nacional, el Estado de Derecho y la dignidad de un pueblo que rechaza cualquier tipo de impunidad a criminales, delincuentes, corruptos o narcoterroristas” aseguró el mandatario, y agregó que no podía permitir “que se asile a delincuentes sentenciados, involucrados en crímenes muy graves” y que luego se fuguen “como nos ha pasado antes”.
Acusó también a “unos políticos ecuatorianos caducos, (que) han solicitado a México que nos declare la guerra, y a la comunidad internacional que nos sancione económicamente, incurriendo en una traición a la Patria nunca antes vista”.
“Al pueblo hermano de México quiero expresarle que siempre estaré dispuesto a resolver cualquier diferencia, pero que la justicia no se negocia”, aseguró Noboa.
México anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Ecuador después de que el viernes por la noche la Policía Nacional ecuatoriana irrumpiera en la embajada de México en Quito y detuviera a Jorge Glas, al que el Gobierno mexicano había concedido asilo político solo unas horas antes.
Glas permanecía desde mediados de diciembre en la sede diplomática mexicana, donde ingresó argumentando temor por su seguridad y libertad personal. La Embajada lo acogió como huésped y sus abogados ya informaron hace semanas de que habían entregado una solicitud formal para el pedido de asilo político.
Al ser consultada por Teleamazonas sobre quién dio la orden para allanar la Embajada el 5 de abril, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld reveló que, pese a tener conocimiento de las consecuencias, Daniel Noboa dio la orden de ingresar a la sede diplomática: “Por supuesto (el presidente dio la orden). Él (Daniel Noboa) es quien dicta la política exterior... Lo que nos corresponde como Cancillería es primero informarle, a través de un informe extenso, y segundo asesorarle. Por supuesto que se le dice cuáles pueden ser las consecuencias de uno u otro acto y eso estaba sobre la mesa”.
Sommerfeld fue reiterativa en decir que “el Presidente estaba defendiendo la democracia, la seguridad del país”. La canciller dijo que Noboa tenía información de que Glas iba a fugarse esa noche. Desde que México le concedió un asilo, una horas antes de la incursión en la embajada, y tras las declaraciones de López Obrador sobre el envío de un avión militar para recoger a la embajadora mexicana Raquel Serur, que fue expulsada de Ecuador, inició la especulación sobre un operativo para que el ex vicepresidente saliera junto a las autoridades mexicanas.
El comunicado de Noboa
Los últimos días han requerido fuerza y decisión. En una situación compleja y sin precedente que vive el país, he tomado decisiones excepcionales para proteger la seguridad nacional, el Estado de Derecho y la dignidad de un pueblo que rechaza cualquier tipo de impunidad a criminales, delincuentes, corruptos o narcoterroristas.
Mi obligación es cumplir con los dictámenes de la justicia y no podíamos permitir que se asile a delincuentes sentenciados, involucrados en crímenes muy graves, violando el Artículo III del Acuerdo de Caracas, el Artículo I de la Convención de Montevideo, y Artículo 41 de la Convención de Viena, o se corra el riesgo inminente de su fuga, como nos ha pasado antes, y se burlen nuevamente del pueblo ecuatoriano.
Hemos visto las reacciones de algunos grupos que han puesto sus intereses y proyecto político por encima de la soberanía, dignidad y la justicia del Ecuador. Otros, han tratado de volverlo una lucha ideológica, tratando de encasillarme en un extremo del cual nunca he sido parte.
Por último, unos políticos ecuatorianos caducos, han solicitado a México que nos declare la guerra, y a la comunidad internacional que nos sancione económicamente, incurriendo en una traición a la Patria nunca antes vista.
Hay que entender que nos estamos jugando el país, y que todas estas críticas salen una vez que ven que la gran mayoría de los ecuatorianos votará por la dignidad nacional en la Consulta Popular del 21 de abril, la máxima expresión democrática en una nación.
El Ecuador es un país de paz y de justicia, que respeta a todas las naciones y el derecho internacional. Al pueblo hermano de México quiero expresarle que siempre estaré dispuesto a resolver cualquier diferencia, pero que la justicia no se negocia, y que jamás protegeremos a criminales que les han hecho daño a los mexicanos.
Finalizo este mensaje agradeciendo a la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y mi equipo de trabajo, pero sobre todo, agradecer a los millones de ecuatorianos que luchan día a día a mi lado por un nuevo Ecuador.