(Desde Montevideo, Uruguay) - El diputado uruguayo por Maldonado Sebastián Cal era uno de los contactos que Gonzalo Aguiar intentó establecer en el sistema político. El empresario, asesinado a fines de febrero en Punta del Este por su ex pareja, había conseguido capitales canadienses para invertir en una planta de cannabis medicinal en Salto e intentaba ampliar sus negocios en el país. Aunque finalmente fracasaría en estos emprendimientos y terminaría denunciado por estafa.
El asesinato de Aguiar se convirtió en un caso mediático y, en medio de las informaciones sobre el vínculo con su ex pareja y sus causas judiciales, el portal Crónicas del Este difundió un audio del diputado Cal, en el que el legislador contaba su vínculo con el empresario.
La difusión pública de ese documento derivó en una comparecencia del legislador ante la Comisión Especial de Seguridad Pública y Convivencia del Senado uruguayo, en la que reconoció que el audio era real y ratificó sus dichos. Sus comentarios provocaron que el Frente Amplio decidiera convocar al ministro del Interior, Nicolás Martinelli, a brindar explicaciones por las referencias a la policía que se hace en el audio.
La relación entre Cal –integrante del partido oficialista Cabildo Abierto– y Aguiar comenzó cuando “algunas personas” los quisieron presentar, un acto que el dirigente político vio como “cualquier encuentro” que es habitual para su tarea, según el audio viralizado.
Las personas que buscaron el contacto le aseguraron que Aguiar era “un gran empresario” y le ofrecieron tener una reunión con él. El legislador describió al emprendedor como alguien que “permanentemente ostentaba de sus vínculos políticos”. Pero comenzó a ver “cosas extrañas” de las que dio aviso a las autoridades. Por ejemplo, vio que había policías trabajando para el empresario.
Cuando se enteró de estas presuntas relaciones, se contactó con el entonces jefe de Policía de Maldonado, Julio Pioli. El diputado cabildante le sugirió que “abriera los ganchos” porque Aguiar había contratado a efectivos que trabajaban junto a él. “Al otro día que hablo con Pioli, (Aguiar) me amenaza”, relató.
Según su versión, el empresario le escribió en un mensaje de WhatsApp: “Dejate de hacerme denuncias, mirá que ya me enteré. Si tenés algún problema, vení y arreglalo conmigo. Sabés donde vivo”.
Como Cal interpretó que eso era una amenaza, decidió comenzar a circular con armas. Tras la amenaza, el legislador también habló con el entonces ministro del Interior, Luis Alberto Heber, que “no tuvo una respuesta acorde a su planteo”. “Me dijo que habló con Martinelli (por entonces número tres de la cartera) por mi tema y que él le aseguró que estaba todo ok”, comentó.
Tras la comparecencia de Cal de este martes al Parlamento, el presidente de la comisión, Eduardo Brenta, dijo en una rueda de prensa que la reunión fue declarada secreta, por lo que no será público lo que allí se conversó.
“Sí acordamos transmitir que el diputado reafirmó lo que públicamente manifestó en otras oportunidades y lo que se conoció en su situación personal. Por lo cual, en la comisión entendimos que es necesario convocar al Ministerio del Interior, en relación con los hechos sucedidos, dado que desconocemos si hubo actuaciones relacionadas a estas denuncias”, dijo Brenta, quien es senador del opositor Frente Amplio.
El legislador informó que Cal tendrá algunas instancias en Fiscalía, en la que se “irán conociendo sus manifestaciones”.
En la comisión, Cal reprodujo audios hostiles que le mandó Aguiar, informó La Diaria.
A la salida del encuentro con los senadores, el diputado prefirió no hacer comentarios. Cuando su audio se hizo público, declaró en una rueda de prensa que no podía saber si Aguiar era “un chanta, un narcotraficante o qué”. “Hoy sabemos que era un chanta”, comentó.