(Desde Santiago, Chile) En diciembre de 2012, Luis García-Huidobro escribió lo que podríamos llamar una declaración de principios en una columna en Radio BíoBío: “Un weichafe (combatiente mapuche) no es asesino”. Pocos meses después sería detenido por primera vez en una protesta en Angol (570 kms al sur de Santiago). En febrero de 2014 renunció al noviciado jesuita y tres meses después fue detenido y condenado a libertad vigilada por porte de armas. Tras eso, se le perdió la pista durante largo tiempo. Pero el miércoles recién pasado cayó nuevamente, esta vez acusado por un ataque reivindicado por la Weichán Auca Mapu (WAM) y está en prisión preventiva. Ésta es su historia de radicalización:
Nacido en Santiago (1979), García-Huidobro egresó del colegio católico San Ignacio El Bosque de Providencia, en 1996. En su autobiografía como columnista de Radio Cooperativa, en 2012, se describía como “educado en las antiguas tradiciones y valores chilenos por su familia, e introducido en la postmodernidad por los padres jesuitas en el colegio San Ignacio, quienes no lograron quitarle la convicción por la ley natural”, según reza una nota de Ex-Ante.
En el 2000 se sumó como novicio a la Compañía de Jesús y tomó cursos de filosofía y teología en la Universidad Católica. Trabajó con jóvenes en poblaciones periféricas de Santiago y colaboró en la Pastoral Mapuche, experiencia que lo marcaría para siempre.
Luego de pasar un tiempo en México, volvió para integrarse a la Misión Mapuche Jesuita en la comunidad Anillén en Tirúa, Región del Biobío.
Partió escribiendo reseñas literarias y de a poco comenzó a tener una amplia presencia en medios, a través de columnas de opinión. “Jesús es terrorista en Chile”, escribió, por ejemplo, en mayo de 2011 en Radio Cooperativa. Quizás su frase más polémica (“Un weichafe (combatiente mapuche) no es asesino”), data de diciembre de 2012 en Radio Biobío.
“Los dirigentes emblemáticos del movimiento mapuche en el proceso de recuperación territorial, lejos de validar, siempre han condenado los ataques a personas”, prosiguió en esa columna. “Qué ganas me dan de estar en Chile y tener un canal de televisión. Iría donde Héctor Llaitul (cofundador de la Coordinadora Arauco Malleco), donde Jorge Huenchullán (vocero de la Comunidad Autónoma de Temucuicui), donde Mijael Carvones (vocero de la comunidad tradicional de Temucuicui), Luis Marileo, las personas que son respetadas por los jóvenes weichafe y los niños weichafe que vienen en el futuro. Iría a sacarles declaraciones llamando a no caer en el camino de la violencia irracional contra inocentes, y estoy seguro de que eso sería un tremendo aporte”.
Gracias a esas columnas y entrevistas empezó a ser conocido como el sacerdote jesuita de las causas mapuches, aunque todavía no se ordenaba como tal.
Primeras detenciones
Luego vendrían las detenciones. La primera en diciembre de 2013 en Angol, cuando protestaba en el primer día del juicio al vocero de la comunidad Winkul Mapu, Daniel Melinao, imputado como presunto coautor del homicidio del carabinero Hugo Albornoz, en un operativo en Ercilla (Melinao sería absuelto).
“Me dejaron libre por el apellido y la institución”, dijo al ser liberado, consignó entonces La Tercera. “La funcionaria policial dijo que me sacaban por mi condición de jesuita”. El sacerdote Carlos Bresciani, jefe la misión en Tirúa, dijo que se trataba de un hecho inédito.
En febrero de 2014 anunció que dejaba el camino sacerdotal. En CNN Chile explicó que sus motivos fueron más políticos que pastorales: ya que vivía en la Región del Biobío, le plantearon que para trabajar con las comunidades de La Araucanía debía integrarse a los programas regionales del obispo Héctor Vargas, cuya autoridad él desconoció.
“Yo no le reconozco ningún tipo de jurisdicción al obispo de Temuco sobre las comunidades mapuches de la Novena Región, porque, si lo que está en cuestión es la jurisdicción del Estado de Chile, menos jurisdicción va a tener el obispo de Temuco”, dijo. “Ahí lo que se reconoce es la autoridad espiritual de los machis”.
Esos días esbozó a The Clinic cuáles eran sus planes: “Quiero empaparme con la cosmovisión y la vida en la tierra. No es tan fácil sacarse de encima el chip occidental de la tierra como fábrica, y estoy en proceso de aprender y retomar la visión mapuche sobre esto”.
El 29 de mayo de 2014 volvió a ser aprehendido en Tirúa, manejando contra el tránsito. Carabineros informó que encontró una escopeta con 2 municiones en el vehículo. Fue condenado a pagar con libertad vigilada su pena por los delitos de receptación y porte ilegal de arma de fuego. La Corte Suprema ratificó la sentencia en febrero de 2015.
Desde ése día García-Huidobro, quien está en pareja con una integrante de una comunidad mapuche, mantuvo un perfil bajo. Las policías lo sindicaban como parte de la facción Los Huellanos del grupo radical Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), aunque en 2015 apareció en un juicio a Emilio Berkhoff, presunto miembro de otro grupo armado: la Weichan Auka Mapu (WAM).
La acusación
Este miércoles por la tarde fue detenido manejando en la vía pública de Tirúa y luego la policía allanó su casa e incautó su teléfono, computador y un arma de fuego.
Roberto Garrido, fiscal regional de La Araucanía, dijo que “existen antecedentes para imputar responsabilidad penal en los delitos de incendio y robo con intimidación al detenido en el hecho que ocurrió en la comuna de Carahue el 25 de octubre de 2021″.
Ese día, una treintena de encapuchados armados llegaron al fundo forestal Casablanca, donde quemaron una decena de cabañas, una bodega, cinco camiones y 3 vehículos particulares. También robaron 2 camionetas. En las inmediaciones se encontraron 3 lienzos de la WAM, pidiendo liberar a denominados presos políticos mapuches.
En la audiencia de este jueves, la fiscalía formalizó cargos en su contra por atentado incendiario y robo con intimidación. Un elemento clave para su identificación fue el testimonio de un testigo protegido, que declaró que durante el atentado lo desafió a mostrar su rostro. García-Huidobro habría levantado entonces su capucha, lo que permitió que fuera reconocido. El tribunal ordenó su prisión preventiva.
Cabe destacar que Héctor Llaitul —el líder la CAM a quien García-Huidobro reivindicó en columnas y que ahora enfrenta un juicio por infracción a la ley de Seguridad del Estado—, tenía una opinión negativa de la WAM, el grupo con el que se vincula al ex novicio.
En uno de los audios de su teléfono interceptados en su investigación, se registró una conversación del 11 de mayo de 2021 con una profesora, a quien comentó: “Ayer por lo menos había 80 weichafe ahí peleando con el enemigo. Y no eran nada huincas ni traídos de Santiago como la Weichan Auka Mapu. Eran gente de la zona”, dijo entonces Llaitul.