Un fuerte temporal que se desplaza por el sureste de Brasil causó al menos trece muertes, la mayoría en la zona serrana y norte del estado de Río de Janeiro, donde las autoridades desplegaban este sábado un fuerte operativo ante una situación “crítica”.
El gobierno estatal de Río confirmó cuatro fallecidos tras el derrumbe de una casa y un pequeño edificio en Petrópolis, una ciudad turística ubicada a unos 70 kilómetros de la capital del estado.
Un equipo de la AFP presenció la mañana del sábado el rescate con vida de una niña, que estuvo soterrada por 16 horas bajo los escombros, y el hallazgo junto a ella del cuerpo de su padre, confirmaron distintas fuentes. “El padre protegió a la niña heroicamente con su cuerpo y ella fue rescatada con vida. (...) Estamos con dolor, pero agradecidos por ese milagro”, dijo a la AFP Luis Claudio de Souza, de 63 años, vecino y dueño de un bar del lugar.
En total, el estado de Río de Janeiro registró hasta el momento siete muertes desde el viernes por las lluvias, con otras en Teresópolis, Santa Cruz da Serra y Arraial do Cabo, informó el gobierno.
Por otra parte, Defensa Civil de Espírito Santo confirmó la tarde del sábado cuatro muertos en el sur del territorio.
La gravedad de las inundaciones se plasmó en impactantes imágenes aéreas que muestran a la localidad de Mimoso do Sul bajo el agua, divulgadas por los Bomberos del estado.
Medios locales mostraron vehículos navegando, incluido un camión de bomberos arrastrado por una corriente en las calles de esa urbe.
En tanto, dos niños murieron el viernes en hechos derivados de las lluvias en el litoral de Sao Paulo.
La tempestad se debe a la llegada de un frente frío que hizo estragos a mediados de esta semana en Río Grande do Sul (sur) y luego impactó en Sao Paulo y Río, antes de llegar a Espírito Santo, explicaron meteorólogos del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).
Tragedia repetida
Decenas de militares y bomberos con equipos de perros de búsqueda trabajaron en Petrópolis bajo una intensa lluvia sobre una montaña de escombros, constató la AFP.
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, describió una situación “crítica” en la ciudad histórica, que se declaró en emergencia debido a las “lluvias intensas”.
Imágenes en medios locales mostraron ríos de agua y lodo bajando la tarde del viernes por las calles empinadas de Petrópolis, cuyos habitantes todavía tienen fresco el recuerdo de una tragedia que dejó 241 muertes en febrero de 2022.
Numerosos nichos del cementerio municipal fueron arrasados por las aguas, según pudo observar la AFP este sábado.
Vehículos de emergencia circulaban desde temprano para asistir a la población, que seguía enfrentando riesgos “muy altos” de nuevos deslizamientos, indicaron las autoridades.
Unas 90 personas fueron rescatadas desde el viernes y escuelas públicas fueron habilitadas como refugio, informó un comité de emergencia del gobierno de Río junto a las fuerzas de Bomberos y Defensa Civil.
Brigadas de apoyo federales también actúan en las zonas afectadas.
Clima “severo”
Los pronósticos aún preveían precipitaciones fuertes en las sierras y norte de Río, donde Petrópolis registró 300mm en 24 horas, y otras ciudades, como Teresópolis o Magé, sumaron más de 220 mm, según estimaciones oficiales.
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) había anticipado clima “severo” en el sudeste, particularmente en Río, con unos 200 mm de lluvia por día entre el viernes y el domingo. Una cifra lejana a la media histórica de 141,5 mm para todo el mes de marzo.
Las autoridades recomendaron permanecer en los hogares e intentaron minimizar el impacto de las lluvias con asuetos administrativos decretados el viernes en Río.
El fenómeno, que mantiene encendidas las alertas hasta el domingo en el sureste de Brasil, llega tras una ola de calor en los últimos días.
En Río, la sensación térmica llegó el domingo a un récord de 62,3 ºC, y Sao Paulo registró el mes de marzo más caluroso.
Brasil ha padecido en los últimos tiempos fenómenos extremos relacionados, según especialistas, al cambio climático. Entre ellos, fuertes tempestades, sequías y calor récord, con fuerte impacto sobre los más vulnerables.
(AFP)