(Desde Santiago, Chile) Ha pasado un mes desde el secuestro del ex teniente venezolano Ronald Ojeda Moreno, por cuatro falsos policías con acento caribeño desde su domicilio en Santiago, y aunque la investigación sigue su curso, pocas son las esperanzas de detener a los autores del crimen, pues según todos los antecedentes ya habrían salido del país.
Recordemos que el cuerpo de Ojeda Moreno apareció nueve días después, el viernes 1 de marzo, dentro de una maleta enterrada bajo una losa de cemento, en un campamento ilegal de la comuna de Maipú.
Este jueves, en entrevista con el diario La Segunda, su esposa Josmarghy Castillo habló por primera vez tras el crimen y detalló, entre otras cosas, cómo fue el momento del rapto y cuáles fueron las últimas palabras que escuchó de su marido.
“En la mañana mi esposo llegó de su trabajo, porque trabajaba de noche. Yo hice el desayuno, se acostó a dormir y me fui a trabajar”, comenzó relatando sobre el fatídico día. “Se quedó con el niño porque esa era la idea de que trabajara de noche, que se pudiese quedar con el niño”, añadió.
Luego, recordó que llegó en la tarde “y nos hacía falta aceite y algunas cosas para la cena, bajé y subí con las cosas, cenamos y nos acostamos”. Horas después ocurrió el secuestro.
“Eran las tres de la mañana, 3:10 de la mañana. Estábamos acostados los tres cuando sentimos los golpes en la puerta, que parecían mentiras. Mi esposo tenía pesadillas así, pero ahora era verdad”, dijo sobre el momento en que los desconocidos llegaron a su departamento.
“Cuando me levanté de la cama, ya mi esposo estaba con el que lo tenía. Me demoré tanto en reaccionar, que cuando salgo de la habitación, lo tenían agarrado”, añadió en su relato al citado medio.
Sus últimas palabras
“Lo tenían en el piso, con las manos hacia atrás y mi hijo y yo comenzamos a gritar. Le daban golpes a la pared fuera de la habitación. Metí al niño al cuarto y gritaba desde la cama, dando golpes también, preguntando qué pasaba”, continuó Castillo.
En eso, asegura que uno de los secuestradores le apuntó con su arma en la cabeza para que guardara silencio. “Me dice ‘cállate’’'. Fue la única palabra de esas personas, porque yo estaba gritando muchísimo y los vecinos se despertaron. Comenzaron a llamar a la recepción. Pero abajo había una persona chilena y me juró que (uno de los captores) le mostró una supuesta orden (de captura) de Chile”.
Finalmente, la viuda del teniente Ronald Ojeda contó cuáles fueron sus últimas palabras: “‘Quédate tranquila’, fueron las últimas palabras que me dijo”, aseguró.
Al salir los secuestradores camino al ascensor con Ojeda maniatado, un vecino abrió la puerta de su departamento y preguntó qué estaba pasando, a lo que los secuestradores le respondieron a gritos “¡PDI! ¡PDI!”, mientras que su esposa gritaba “¡no son PDI! ¡No son PDI!”.
Luego de que los raptores se llevaron al militar, Castillo llamó a la hermana de Ojeda y le dijo “secuestraron a Ronald, se lo llevaron”. Después del aviso, se cambió de ropa y bajó a la recepción. En el lugar estaba la recepcionista, y Josmarghy le preguntó “¿llamaste a la PDI? ¿a Carabineros?”, sin embargo, no hubo respuesta de las policías. “No le contestan y yo llamaba y llamaba y no contestaban, las líneas estaban colapsadas. Se me ocurre llamar al 149 de emergencias familiares y ahí doy aviso de lo que pasó. Un tiempo más tarde llegaron Carabineros”, concluyó.