(Desde Montevideo, Uruguay) - La ciudad de Florida, 100 kilómetros al norte de Montevideo, fue una de las zonas más afectadas por el temporal que azotó a Uruguay en los últimos 10 días. En el lugar se vieron imágenes insólitas. El Río Santa Lucía, que atraviesa la ciudad, alcanzó sus máximos niveles históricos y sobrepasó el puente Piedra Alta, ubicado en el ingreso. Las rutas de acceso a la localidad fueron cortadas por el agua, hubo desplazados, inundaciones y personas que recorrieron en bote algunas zonas para ayudar.
También hubo casas totalmente destruidas. Heladeras, sillones y ropa puesta en valijas se podían ver en los sillones, reflejó una crónica de El Observador. Las viviendas más precarias de la ciudad, ubicadas cerca del río, fueron las más afectadas. Y muchas familias perdieron casi todo. “Nunca había visto algo así. Nací hace 50 años. Vi crecidas, pero nunca que pasara por arriba del puente”, relató uno de los vecinos.
Una olla popular creada en la pandemia se reactivó con esta inundación. Hace dos días que el organizador de esa iniciativa solidaria no duerme porque perdió su casa y duerme en su auto. Estimó que eran necesarios unos 50 platos para la noche y muchos jóvenes se encargan de cocinar y organizar ropa. Otros vecinos se acercaron con cajones de verdura.
La gravedad de la situación provocó que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, llegara en helicóptero a la ciudad. “Fue una noche complicada para muchos uruguayos”, dijo en una conferencia de prensa. El mandatario destacó el trabajo de los organismos y los funcionarios públicos que trabajaron en el lugar.
Lacalle Pou dijo que Florida es el departamento más complicado por el temporal y destacó la solidaridad de la población y de otros intendentes. Lamentó que algunas localidades del departamento todavía no recibieron “lo peor” de este fenómeno climático y estimó que estarían más afectadas durante el fin de semana.
“Lo primero que importa es que la gente esté bien, seca, cuidar sus pertenencias, que puedan volver lo antes posible a sus hogares y después está la infraestructura que siempre tiene algún daño”, señaló. Una vez que se vaya el agua, el Sistema Nacional de Emergencias hará una evaluación sobre las consecuencias del desastre, junto a otros ministerios y las intendencias.
El intendente de Florida, Guillermo López, dijo a El País que vio “escenas desesperantes” en la ciudad. Algunas personas, relató, no querían salir de sus casas porque no creían que se inundaría o porque preferían correr el riesgo antes que abandonar la vivienda. Terminaron evacuadas “con el agua al pecho”. “Había familias, bebés, personas mayores, muchos fueron evacuados con embarcaciones para poder darles atención”, indicó.
En las últimas dos noches López solo durmió tres horas. Sobre su mesa de trabajo tenía un mapa en el que había identificado cada uno de los puntos críticos de la ciudad.
En Florida hubo más de 2.000 personas desplazadas de sus hogares. Un caso que López no puede olvidar es el de una persona mayor que se fue al fondo de su terreno pensando que el agua no llegaría, pero debió ser desplazado en bote.
El temporal también azotó el departamento de Tacuarembó, donde se derrumbó una vivienda. El accidente provocó que cinco personas, entre ellas un niño de un año, fueran internados con diferentes cuadros de gravedad. El techo de la casa se cayó, las ventanas volaron y las paredes se desintegraron.
En Salto, en tanto, una ráfaga de viento causó destrozos y daños en diferentes puntos de la ciudad. También volaron techos de casas y clubes deportivos, hubo árboles caídos y redes del tendido eléctrico afectadas por la situación. Barrios enteros quedaron sin luz.
En todo el país hubo 4.722 personas desplazadas de sus hogares, en su mayoría por decisión propia.