El ex presidente panameño, Ricardo Martinelli, ha convertido la embajada de Nicaragua en Panamá en su santuario personal durante los últimos 40 días, desatando una serie de excentricidades y una batalla política por su destino.
Acompañado por su perro Bruno, Martinelli, quien fuera condenado por lavado de dinero, ha transformado el modesto edificio diplomático en un escenario mediático, mientras busca su libertad y el respaldo político en las elecciones próximas.
Este domingo 17 de marzo, el ex presidente de Panamá, Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, cumple 40 días alojado en la embajada de Nicaragua en Panamá a donde llegó como asilado político cinco días después que fuera ratificada su condena a más de diez años de prisión y al pago de una multa de más de 19 millones de dólares por lavado de dinero.
Martinelli se convirtió de esta forma en el tercer ex presidente centroamericano acusado de corrupción en su país que busca refugio en el régimen de Daniel Ortega.
A Nicaragua llegaron también, como asilados políticos y luego se convirtieron en ciudadanos nicaragüenses de forma expresa, los expresidentes salvadoreños Mauricio Funes Cartagena y Salvador Sánchez Cerén.
Martinelli Berrocal, sin embargo, no ha logrado salir de la embajada nicaragüense en Panamá porque el gobierno de ese país le negó el salvoconducto necesario para viajar a Nicaragua o cualquier otro destino.
Al tiempo que la Cancillería nicaragüense anunciaba su decisión de otorgar asilo a Martinelli, también solicitó a Panamá un salvoconducto para que Martinelli pudiese salir del país.
El gobierno panameño rechazó la petición, según su argumento, porque la condición de condenado en firme de Martinelli impide que pueda acogerse a la figura de “asilo político”.
La llegada del expresidente panameño el 7 de febrero de 2024 significó una revolución en el más bien modesto edificio de la embajada de Nicaragua, ubicado en la urbanización La Alameda, corregimiento de Betania, en la capital panameña.
Cada día de su estadía lo ha convertido en un espectáculo mediático que ha incluido remodelaciones profundas en la sede diplomática, la incorporación de un perro al asilo como “apoyo emocional” y videos en redes sociales que lo muestran en una aparente vida hogareña y confortable.
Policías panameños custodian el edificio diplomático para evitar una eventual fuga del expresidente asilado.
La prensa panameña, que se mantiene fuera del local, ha reportado la llegada constante de enseres para el hogar, artefactos, bebidas y comidas, así como constructores y técnicos de refrigeración, para la posible instalación de aires acondicionados. Otro grupo de trabajadores se presentó para medir e instalar coberturas a las ventanas de la habitación en la que duerme Martinelli.
Un día después del ingreso de Martinelli a la embajada nicaragüense, llegó su mascota, Bruno, el perro que se presentan en redes sociales como “influencer”. “patrón del partido RM” y “Candidato presidencial de las patitas amigas”.
Bruno tiene 15.9 mil seguidores en Instagram donde se le encuentra como @soybrunooficial. También tiene presencia en X (antes Twitter), TikTok y Facebook donde se publican videos acompañando o “conversando” con Martinelli. El expresidente, o su equipo, lo usan para decir las cosas que no pueden, o no quieren decir abiertamente.
El equipo de apoyo de Martinelli ha justificado la incorporación de Bruno a la sede diplomática como “apoyo emocional” para el asilado.
Ricardo Alberto Martinelli Berrocal es un empresario y político panameño, identificado como “de derecha” y protagonista de excentricidades y promesas populistas que lo mantienen en altos niveles de aceptación entre los panameños. Uno de sus apodos es “El Loco”.
Fue presidente de Panamá entre 2009 y 2014. Proviene de una familia adinerada de Panamá y se le ha tenido como uno de los empresarios más importantes de ese país. Nació el 11 de marzo de 1952. Tiene ascendencia italiana por su padre y española por su madre.
Se involucró en la política en los años 90 y en 1998 fundó el partido político Cambio Democrático que participó en la alianza que llevó al poder a Mireya Moscoso en 1999. En ese gobierno Martinelli fue ministro del Canal de Panamá y presidente de la Autoridad del Canal de Panamá.
Para las elecciones del 2004, Martinelli se postuló por primera vez como candidato presidencial por su partido Cambio Democrático y obtuvo un 5.03 por ciento de votos. En 2009, volvió a intentarlo y llegó al poder con el 60 por ciento de los votos.
Durante su gobierno, aunque coincidió con el de Daniel Ortega en Nicaragua, mantuvo una relación distante con quien hoy es su protector, porque se considera un político de derecha.
Sin embargo, Martinelli tiene una vieja relación con Nicaragua. Entre 1975 y 1977 estudió una maestría en el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), cuya sede se localizaba en Managua, hasta septiembre del 2023 cuando Ortega ordenó su cierre.
También mantiene relación de amistad con empresarios nicaragüenses y tiene participación en empresas de diferentes tipos en ese país. Su cadena de supermercados, Super 99, opera en Nicaragua y otros países de la región.
Tras su salida del poder en 2014, el nuevo gobierno de Juan Carlos Varela inició investigaciones por supuestos actos de corrupción de Martinelli, que eventualmente lo llevarían a la cárcel en junio de 2019.
El 22 de diciembre de 2015, la Corte Suprema de Justicia panameña emitió una orden de captura en su contra por un caso de espionaje telefónico de 150 opositores y periodistas.
Para entonces, Martinelli se encontraba en Estados Unidos, y el gobierno de Varela solicitó su extradición y emitió una alerta roja a la Interpol. El 13 de junio de 2017 fue arrestado en Miami y, casi un año después, enviado a Panamá.
Una vez en su país, fue recluido en el Sistema Penitenciario El Renacer. Luego, el 12 de junio de 2019, fue enviado a detención domiciliar y el 9 de agosto de ese mismo año un tribunal lo declaró “no culpable” de los delitos que le imputaban.
Sin embargo, nuevos procesos lo acechaban. Martinelli fue condenado en julio de 2023 a 10 años y 6 meses de cárcel, además de una multa por más de 19,2 millones de dólares, por el escándalo conocido como “New Business”, que significó la compra de una editorial de periódicos con dinero proveniente de sobornos.
La sentencia por blanqueo de capital del caso “”New Business” quedó en firme a principios de febrero de este año luego de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá rechazó un recurso de casación, la última vía legal que le quedaba a Martinelli para invalidarla.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia deja inhabilitado a Martinelli para participar como candidato en las elecciones generales del 5 de mayo próximo, en las que, según las encuestas, se mostraba como favorito.
Martinelli atribuyó la decisión judicial a una persecución política en su contra y denunció supuestos planes para asesinarlo y evitar así su regreso al poder. Desde la embajada nicaragüense llamó a votar por quien hasta pocos días antes era su candidato a vicepresidente, José Raúl Mulino, del partido Realizando Metas (RM), quien encabeza las actuales preferencias de votos.
De acuerdo con un sondeo de la empresa Mercado Planificado, publicado este martes 12 de marzo por el panameño diario La Prensa, el 26 por ciento de los encuestados dijo que votaría por Mulino en los comicios del 5 de mayo, lo que lo coloca 16 puntos arriba de los candidatos más cercanos: Ricardo Lombana y Martín Torrijos, ambos con 10,8 por ciento de la intención de votos.
Si Mulino se impone en las elecciones generales, Daniel Ortega conseguiría un poderoso aliado en la región. Todavía falta, sin embargo, un movimiento en esta partida. La Corte Suprema de Justicia deberá decidir si es inconstitucional o no la resolución del Tribunal Electoral (TE) que designó a José Raúl Mulino como candidato presidencial en sustitución de Ricardo Martinelli, luego que se conociera un recurso de inconstitucionalidad presentado este el lunes 11 de marzo por la abogada Karisma Etienne Karamañites, informó el diario La Prensa.
“Agradezco muy especialmente y le doy las gracias por el noble y desinteresado gesto que nunca olvidaré, al Presidente de Nicaragua Comandante Daniel Ortega y a Doña Rosario Murillo su esposa y VP”, publicó Martinelli en X el 11 de marzo cuando cumplió 75 años.
“Ganaremos ampliamente y quiero un juicio o aclaración o como se llame donde se rehaga el juicio para demostrar mi inocencia y se respete la ley no solo para clarificarlo todo si no para que todos vean no solo este caso si no decenas de otros que se iniciaron por el odio de una vil piltrafa humana y sus obedientes serviles que solo nos reivindicarán cuando lleguemos a la raíz del “fruto del árbol podrido” proceso similar al caso de Charles Dreyfus en Francia cuando tumbó un gobierno y restituyó el honor de un inocente capitán judío con el artículo de Emile Sola titulado " Yo acuso” después estar preso por años pero esto tumbó un gobierno y sistema”, añadió en su publicación conmemorativa.
Entre tanto, Ricardo Martinelli se prepara para una larga estadía en la embajada de Nicaragua en Panamá, como uno de los más de cien perseguidos por la justicia de sus países, de diferentes orígenes y tendencias políticas, que protege el régimen de Daniel Ortega.
La Embajada de Nicaragua en Panamá ya ha quedado pequeña para alojar a tan controversial huésped y notificó a la Dirección General de Protocolo y Ceremonial del Estado, Cancillería de Panamá que ampliará la sede diplomática con la casa contigua, donde funcionará el consulado de ese país que interrumpió sus funciones desde la llegada de Martinelli.