El clima de tensión en Haití no ha cesado, incluso tras la renuncia esta semana del primer ministro Ariel Henry y con los anuncios de ayuda de la comunidad internacional.
Este jueves, la ONU confirmó que un puente aéreo entre la isla y la República Dominicana, que permitirá mantener un “flujo de ayuda humanitaria” y reemplazar al personal no esencial de la agencia por agentes especializados en gestión de crisis, estará “operativo lo antes posible”.
“La conexión aérea aún no está operativa. Los colegas trabajan para que esté lista lo antes posible”, indicó Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, corrigiendo un dato previo que decía que ya estaba finalizado.
Dujarric aprovechó la oportunidad para reiterar así su compromiso con el bienestar de todos los haitianos y para advertir la falta de fondos que impiden su correcto funcionamiento.
La ONU provee a Haití de platos de comida en Puerto Príncipe por medio del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que coordina la entrega de cerca de 13.000 viandas por día. Sin embargo, el PMA “podría tener que cerrar esta iniciativa la semana que viene a falta de financiación adicional”, que se estima en unos 10 millones de dólares. El plan humanitario que elaboró Naciones Unidas para este año en la isla suma un total de USD 774 millones, de los cuales sólo un 3,2% están disponibles en este momento, poniendo en duda su continuidad.
De todas formas, a pesar de estos anuncios y compromisos de otras naciones regionales por una transición democrática y alivios para la población, el clima de tensión en las calles de todo el país no ha disminuído.
Las bandas criminales, que dominan prácticamente toda la capital, siguen teniendo bajo su poder el control del aeropuerto internacional, bloqueando la entrada y salida de todos los vuelos. Asimismo, la principal cárcel de Puerto Príncipe, la Penitenciaría Nacional, fue incendiada este jueves. Si bien se desconoce de momento la causa del fuego, no se descarta que haya sido producto de un ataque de las pandillas, que siguen imponiendo miedo.
La cárcel había quedado prácticamente vacía después de que una operación criminal el 2 de marzo permitió la huída de unos 3.000 reos, entre ellos miembros y líderes de las bandas. En consecuencia, los restantes presos, como los 17 colombianos acusados del magnicidio de Jovenel Moise en 2021, fueron trasladados a otras penitenciarías.
Este clima de caos, en el que la isla está inmersa hace años, se incrementó en febrero cuando Henry se negó a dejar el cargo, tal como había sido acordado al momento de asumir. Esto desató una ola de protestas y pedidos internacionales que acabaron teniendo éxito este martes, cuando el mandatario estaba refugiado en Puerto Rico, al no poder volver a su país tras un viaje oficial.
Desde entonces, se puso en marcha un plan de transición que prevé la formación de un Consejo Presidencial que tomará el control de la isla y trabajará para restablecer el orden y la estabilidad.
(Con información de AFP y EFE)