El gobierno de Ecuador encabezado por Daniel Noboa ha anunciado su intención de negociar un nuevo acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener créditos por al menos USD 3.000 millones. Se espera que el acuerdo se concrete en los próximos dos o tres meses y tiene como objetivo abordar los problemas estructurales presentes en la economía ecuatoriana.
De acuerdo a las declaraciones oficiales, actualmente se realizan negociaciones para establecer un programa de crédito tipo Servicio Ampliado (SAF) con el FMI. Este programa está diseñado para países que enfrentan desafíos significativos en su balanza de pagos a mediano plazo debido a deficiencias estructurales, exigiendo que Ecuador cumpla con ciertos criterios cuantitativos y ejecute reformas económicas y fiscales.
Entre las posibles medidas contempladas en este acuerdo se destacan la reducción de subsidios, el control del gasto público, la postergación de proyectos de infraestructura no esenciales, entre otras acciones. La implementación de estas medidas estaría condicionada a que Ecuador presente una carta formal al FMI comprometiéndose a seguir las políticas económicas y financieras acordadas.
Además del programa SAF, existe la posibilidad de que Ecuador opte por participar en un programa adicional denominado Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF), el cual permitiría recibir desembolsos adicionales por un monto máximo de USD 1.000 millones. Este plan se implementaría en conjunto con el programa principal con el propósito de fortalecer la recuperación económica del país.
En el pasado Ecuador ha suscrito 22 acuerdos con el FMI, sin embargo, la mayoría no se han cumplido en su totalidad. Hay problemas estructurales que persisten en la economía ecuatoriana y este nuevo acuerdo, según el gobierno, busca abordarlos a través de reformas económicas y fiscales sustanciales. El Gobierno tiene la expectativa de que este reciente acuerdo contribuya a estabilizar la economía ecuatoriana y a establecer los cimientos para un crecimiento sostenible a largo plazo.
Los recursos obtenidos mediante este nuevo acuerdo podrían ser utilizados parcialmente para pagar vencimientos pendientes de deudas anteriores con el FMI, lo que implicaría un cambio de deuda vieja por nueva.
Los desafíos del acuerdo 23
El acuerdo que está en negociación con el FMI enfrenta varios desafíos. Uno de los principales obstáculos es el aumento en las tasas de interés establecido por la Reserva Federal de Estados Unidos en 2023, lo que ha generado un incremento en los costos de financiamiento a nivel global. Para Ecuador, esto implica que las tasas de interés que deberá abonar al FMI en el marco del nuevo acuerdo serán superiores en comparación con el convenio previo firmado en 2020.
En el acuerdo anterior con el FMI, la tasa de interés de los Derechos Especiales de Giro (DEG), utilizada como referencia para calcular los intereses sobre préstamos del FMI, era del 0,5%, mientras que ahora se sitúa en un 4%. Esta subida en las tasas incrementará los costos financieros para Ecuador, que están en el segundo lugar regional en cuanto a deuda con el FMI, después de Argentina.
Además, desde marzo del año 2023, el FMI ha establecido nuevos límites para los montos máximos a los cuales pueden acceder los países mediante programas SAF. Ecuador ya había accedido a una suma excepcional en el acuerdo anterior, lo cual podría restringir su acceso a nuevos fondos en esta ocasión.
El Gobierno de Daniel Noboa ha implementado algunas medidas para demostrar su compromiso con las reformas económicas, incluido el aumento del IVA y la discusión sobre la focalización de los subsidios a los combustibles. A pesar de ello, aún hay asuntos pendientes por abordar, como la aplicación de reformas en el sistema de seguridad social.
El breve periodo en el poder de Noboa también plantea un desafío en las negociaciones, esto porque el FMI busca garantías sobre la sostenibilidad a largo plazo de los compromisos adquiridos. No obstante, si se logra aprobar reformas tributarias en la Asamblea Nacional durante los primeros meses del mandato, se podría evidenciar la capacidad de Noboa para implementar medidas económicas adicionales.
La reciente declaración sobre conflicto armado interno y sus implicaciones en la seguridad nacional también podrían influir en las conversaciones.
Ecuador ya ha iniciado el proceso de pago de su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la cual se ha reducido a USD 7.949 millones al finalizar el año 2023, lo que representa 164 millones de dólares con respecto al año anterior.
La corta administración del expresidente Guillermo Lasso llevó a cabo un intercambio de deuda por la conservación de las Islas Galápagos, lo que permitió reducir los compromisos relacionados con bonos soberanos en aproximadamente USD 1.000 millones. A pesar de estos esfuerzos para gestionar la carga financiera, Ecuador se enfrenta a dificultades para acceder a financiamiento en los mercados internacionales.
El elevado riesgo país, que superó los 2.000 puntos básicos en 2023 debido a la inestabilidad política tras la salida del gobierno liderado por Lasso y los problemas fiscales cada vez más acuciantes han dificultado que el país pueda obtener nuevos préstamos en términos favorables.