La crisis política y de seguridad en Haití llevó a que, en los últimos días, políticos y rebeldes comenzaran a formar sus propias alianzas para atravesar este período de alta violencia con más fuerza y hacerse, eventualmente, con el control de la isla.
Recientemente, la situación en el país se precipitó, con ataques a infraestructura crítica, la fuga de 4.000 presos de las cárceles y la declaración de estado de emergencia y toque de queda desde el domingo en el departamento del oeste.
El ex líder rebelde Guy Philippe se unió al ex candidato presidencial y senador Jean-Charles Moïse para la firma de un acuerdo que contempla la conformación de un consejo de tres miembros para gobernar Haití. Philippe es una figura clave en la oposición al primer ministro Ariel Henry, que lleva semanas exigiendo su renuncia y advirtiendo con avanzar hacia ello, tal como hizo en 2004, cuando participó del derrocamiento del entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.
A la par, el líder pandillero Jimmy “Barbacue” Cherizier también dejó en claro su voluntad de tomar las armas para restaurar el orden en el país y hasta advirtió de la posibilidad de que se desencadene una guerra civil y un genocidio.
“Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos llevarán directamente a una guerra civil que acabará en genocidio”, dijo durante una rueda de prensa.
Sumó, también, que existen “lugares estratégicos” en los que la alianza de bandas Viv Ansanm (Vivir Juntos) está luchando por anexionarse y, así, “ganar la batalla por el derrocamiento” del Primer Ministro “lo antes posible”.
Por otro lado, Cherizier comentó haber duplicado el número de hombres armados que tiene desplegados en las calles, principalmente en las inmediaciones del aeropuerto internacional, donde se esperaba el arribo de Henry en las últimas horas.
En los últimos días, el mandatario estuvo de viaje en Kenia, donde se acordó un plan impulsado por la ONU que contempla el envío de una fuerza externa de más de 1.000 hombres para asistir a los oficiales de seguridad locales. Asimismo, la víspera estuvo en Guyana en el marco de una cumbre del bloque caribeño Caricom, donde también se abordó la crisis en su país.
Allí, los líderes regionales presentaron varias alternativas para salir de esta situación, incluyendo su renuncia, que rechazó nuevamente.
Este involucramiento de la comunidad internacional, sin embargo, no fue bien recibido entre los haitianos, que advirtieron con combatir a estas fuerzas en un frente unido y se movilizaron hasta la zona del aeropuerto para evitar el regreso del mandatario.
Ante la imposibilidad de volver a su país, Henry pidió autorización para aterrizar en República Dominicana pero le fue denegada la solicitud por no presentar un plan de vuelo concreto y solicitar quedarse un período indefinido. Asimismo, las autoridades cerraron el espacio aéreo a todos los vuelos desde y hacia Haití.
El primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, lo defendió, sin embargo, y dijo que “él es el primer ministro, él no ha indicado otra cosa sino que está tratando de entrar a Haití”.
Tras esta negativa, Henry acabó descendiendo en Puerto Rico, donde fue recibido en tanto se regulariza la situación. No obstante, las autoridades locales se niegan a brindar más detalles ya que se trata de información confidencial.
EEUU pide a Henry una transición política urgente
En medio de esta situación, Estados Unidos aseguró este miércoles que pidió al Primer Ministro “actuar con urgencia” para llevar a cabo “un proceso político que conduzca a una transición presidencial” en el país.
“Lo instamos a acelerar la transición hacia una estructura de gobernanza reforzada e inclusiva” que debe permitir la llegada de una misión multinacional “para abordar la situación de seguridad y allanar el camino para elecciones libres y justas”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, mientras la embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, comentó que “estamos muy preocupados por la situación en el terreno” e insistió en la importancia de que, en el corto plazo, se logre proveer seguridad en la isla y responder a las necesidades más urgentes del pueblo.
Henry debía dejar su cargo el pasado 7 de febrero, tal como había sido acordado en un acuerdo político alcanzado dos años atrás, tras la muerte de Jovenel Moise. Sin embargo, a pesar de los reiterados llamados a dimitir, el mandatario se aferró a su puesto y aseguró que “en cuanto empiece a resolverse el problema de la seguridad, lanzaremos a toda costa el proceso electoral para entregar el poder a los dirigentes que el pueblo haitiano deberá elegir en buenas elecciones”, las cuales podrían ocurrir antes del 31 de agosto de 2025.
(Con información de AP, EFE y Reuters)