(Desde Santiago, Chile) “Nos dirigimos frente a un edificio en la comuna de Independencia, donde nos estacionamos a fumar marihuana cerca de las 23:30 horas, hasta la 1:00 aproximadamente”.
Así parte la declaración que hizo este lunes el adolescente (17) imputado por el caso del secuestro y homicidio de su compatriota, el militar venezolano Ronald Ojeda Moreno (32), cuyo cadáver apareció el viernes pasado en una “toma” ilegal de la comuna santiaguina de Maipú, dentro de un maleta y bajo una gruesa losa de cemento.
Según una nota publicada por El Mercurio, diario que tuvo acceso al testimonio, cerca de las 3:00 horas el único detenido hasta ahora en este caso vio llegar “un vehículo Nissan Versa color gris, con una luz azul, donde me percaté que venían cinco sujetos vestidos como miembros de la PDI suponiendo que iban a realizar algún allanamiento. Pasados unos tres minutos vi que estos supuestos policías venían con un sujeto que solo vestía con un bóxer, al cual acercaron al vehículo Versa”.
Detalló que fue entonces cuando uno de los delincuentes comenzó a grabar con su teléfono. “Respecto a este hombre que traían estos supuestos policías —puntualiza— me percaté que lo acercaron hasta la vereda, fuera de la entrada al estacionamiento del edificio a la vez que el vehículo lo sacaron a la calle, situación que me pareció extraña ya que las personas vestidas de policía tomaron al sujeto en bóxer mostrándolo hacia el vehículo en el que se mantenía (el adolescente) junto a (nombre de su acompañante que se mantiene en reserva), lo que me hizo pensar que sabían que mi amigo los estaba grabando. Luego, lo suben al vehículo y se van”.
Borrar huellas
Según prosigue su declaración, al poco rato el autor del video lo habría borrado. Tras los hechos, indica que decidieron llevarlo a su domicilio, pero que repentinamente su compañero hizo un giro “hacia la caletera de la autopista donde se encontró el vehículo Versa”. En ese el lugar afirmó volvió a ver a los “cinco sujetos vestidos como policías”. Luego llegó otro grupo de personas, pero que “los cinco sujetos bajaron, subiendo tres al vehículo en el que estaba (el imputado) y dos junto a la víctima al otro vehículo”.
Cuando huían, escuchó a sus cómplices lamentarse y gritar preocupados por haber dejado huellas digitales en el Nissan Versa, “decían que habían llamado a su amigo para extraerlas, (...) su misión era solo grabar el hecho”.
Los vehículos, relata, tomaron distintos trayectos en medio de conversaciones para llamar a un tercero para “quemar el carro”, el Nissan Versa involucrado en el secuestro. Al parecer el automóvil tuvo un desperfecto mecánico y por eso tuvieron que abandonarlo.
“Dos eran de Aragua, por su acento”
Entonces llegaron a un lugar a “enfriarse”, clara referencia a una casa de seguridad. Se bajaron de los vehículos y taparon con una sábana a los imputados vestidos de PDI. Luego con su compañero abandonaron el lugar y pasaron a cargar bencina. En esa bomba fue donde los investigadores lograron un video con su rostro. Cuando le pidió explicaciones a su amigo sobre lo que había sucedido, éste le habría dicho que no se preocupara, pues “me iba poner a ganar, me iba a dar dinero por lo sucedido”.
Finalmente volvió a su casa, donde después la PDI encontró una polera con sangre, que aún está siendo periciada.
Sobre la vinculación de los secuestradores con el Tren de Aragua, organización criminal transnacional de origen venezolano, el único detenido hasta ahora en el secuestro de Ojeda Moreno aseguró que lo querían reclutar y que al menos “dos venezolanos eran de Aragua, por su acento”.
Según trascendió, el adolescente llegó a Chile junto a su familia de forma ilegal por Perú hace tres años, para luego autodenunciarse en Arica (2.000 kms al norte de Santiago), donde iniciaron el trámite de obtención de residencia en Chile. Luego se fueron a vivir a Santiago,donde trabajaba esporádicamente en la descarga de camiones y como repartidor de comida rápida o “delivery”.