(Desde Montevideo, Uruguay) - Una tormenta que se desató el fin de semana durante una hora en Montevideo provocó que cayeran entre 45 y 60 milímetros de agua en la capital uruguaya. La intensidad de la lluvia generó fuertes inundaciones en la ciudad, que registró imágenes insólitas con las calles desbordadas y autos y contenedores flotando.
El evento generó fuertes críticas hacia la administración de la intendenta de Montevideo, la frenteamplista Carolina Cosse, por lo que consideran que fue una falta de prevención de parte de la municipalidad capitalina.
El agua ingresó a algunas casas de la capital y los vecinos lo vivieron con impotencia ya que no es la primera vez que les sucede algo similar, según relataron al noticiero Telenoche. “El año pasado pasó como tres veces y ahora este año de nuevo. No limpian las alcatarillas y pasa esto”, señaló uno de ellos.
El senador del Partido Nacional Sebastián da Silva cuestionó a Cosse en su cuenta de X. “Le dio el tiempo para suspender hace días su acto de lanzamiento (de campaña) por lluvia. Pero no para limpiar los pluviales. 40 minutos de lluvia y así está Montevideo. Son de terror”, escribió en la red social.
El director de Desarrollo Ambiental de la intendencia, Guillermo Moncecchi, advirtió en la misma red social que se trató del tercer evento similar en “pocos años”. “Hoy llovieron 55 milímetros en 20 minutos en Malvín (uno de los barrios de la capital). Más allá de los previsibles tuits de los mismos de siempre, el clima nos está dejando mensajes a los gritos”, escribió.
Luego, en un informe, la Intendencia de Montevideo detalló que el “sistema de drenaje respondió, en general, según lo previsto para este tipo de fenómenos de mucha intensidad en poco tiempo”.
“Para estas lluvias es usual que se supere la capacidad del sistema de drenaje enterrado y el agua escurra de forma superficial por la calzada, llegando a superar el nivel del cordón de la vereda en algunos casos. Finalizado el evento, el agua retornó hacia el sistema de drenaje enterrado según lo esperado”, asegura la comuna.
El texto también explicó que hubo “períodos de retorno”, que refiere al los períodos en el que el “tiempo previsto, de acuerdo a los datos históricos, de repetición de un evento” que fueron “superiores a 10 años en casi todos los pluviómetros” que midieron la intensidad de las lluvias.
La intendencia recibió 50 solicitudes de saneamientos (por bocas de tormenta, cámaras y conexiones obstruidas) y otro tanto que informaban de casas inundadas, desbordes de cunetas, cañadas, contenedores que se movieron de su lugar y ramas o árboles caídos.
En diciembre, un episodio similar se había registrado en Montevideo. Entonces, la intendenta Cosse explicó que las inundaciones “no se deben a la falta (de limpieza) en las bocas de tormenta” sino a que estas no están “diseñadas para aguantar mucho volumen y rápida caída del agua”. “Fueron diseñadas para el siglo pasado”, explicó.
Cosse también aseguró entonces que lo que vivió Montevideo fue un efecto del cambio climático. “Es como si tiráramos un balde enorme de agua en una pileta”, comparó en diciembre.
El clima del fin de semana también afectó fuertemente a la ciudad de Salto, donde hubo una turbonada que dejó a más de 4.000 personas sin luz, voladuras de techo y daños estructurales en casas y clubes, según informó El País. Fue en la noche del sábado y todo pasó en cuestión de minutos.
Ese día estaba previsto en la ciudad el último desfile del Carnaval local por su calle principal. Los conjuntos estaban preparados para salir, pero la turbonada fue acompañada por una intensa lluvia que provocó un caos absoluto sobre la hora 21. El agua inundó las llaves y se llevó todo a su paso. Las garrafas y los mostradores de los vendedores también volaron.
Las calles quedaron a oscuras y los árboles y cables caídos. Hubo 4.000 clientes de UTE –la empresa estatal encargada del suministro eléctrico– que quedaron sin servicio. Un colegio de la ciudad fue uno de los lugares más afectados, al igual que los clubes deportivos Fénix y Salto Rowing Club.