El laboratorio de ideas Cuba Siglo 21 publicó un detallado informe en el que relevó los resultados de 15 focus groups, uno por provincia, realizados en diciembre pasado.
80 personas fueron invitadas a ser parte de este ejercicio con el objetivo de poder identificar coincidencias sobre las percepciones ciudadanas respecto a cuáles consideran las problemáticas más graves de la vida diaria, así como cuáles son, a su juicio, las principales libertades básicas a conquistar y medidas imprescindibles a ejecutar para poder abordarlas de inmediato.
Entre las problemáticas percibidas como “prioridades urgentes” de la sociedad cubana aparecen la alimentación, la salud y la electricidad. Les siguen la inseguridad, la eduación y el transporte público.
“La alimentación es percibida como el principal problema que aqueja a la población. El 79% lo definió como prioridad número 1 a resolver, mientras que el 20% le dio un segundo lugar. Esto muestra que el 99% de los participantes prioriza este problema. El problema de la alimentación se refiere a la disponibilidad estable de alimentos básicos a precios accesibles y a la diversidad de la oferta en general”, resaltó el informe.
Luego sostuvo que, “a pesar de la casi unanimidad en cuanto al problema de la alimentación, en la provincia de Guantánamo la mayoría definió al problema de la salud y la salubridad como la primera prioridad. Ese dato llama la atención sobre la disparidad de apreciaciones que puede existir entre habitantes de regiones diferentes dadas las peculiaridades que cada cual enfrenta en su respectiva provincia. Precisamente por eso es que resultan aún mucho más llamativas las coincidencias que reflejaron los participantes de las 15 provincias”, enfatizó.
Problemas percibidos como prioritarios
- Problema de alimentación: identificado como el principal problema, con el 79% de los participantes definiéndolo como la prioridad número uno.
- Salud Pública y Salubridad: más de la mitad, el 58%, consideró la salud y la salubridad el segundo problema en la sociedad cubana, mientras que el 30% lo valoró como el problema número 1. El problema de la salud y salubridad incluye atención médica, disponibilidad de medicamentos, acceso al servicio de agua potable, funcionamiento de la red de alcantarillado, recogida de basura y eliminación de focos de infección por ratas, mosquitos y otros vectores.
- Electricidad: más de la mitad (56%) la considera como la tercera problemática que afecta la vida del ciudadano mientras que un 23% lo cataloga como el cuarto problema más importante. El problema de la electricidad se refiere a la eliminación de “apagones” (cortes del servicio) y provisión del fluido con voltaje estable.
- Inseguridad Pública (delincuencia y corrupción): casi la mitad (40%) considera que la delincuencia y la corrupción es la cuarta prioridad de la problemática de la sociedad cubana hoy en día. Mientras que el 23% lo cataloga como el tercer problema. Esto es relevante porque el crecimiento de la delincuencia común y la inseguridad ciudadana son un fenómeno relativamente nuevo en la sociedad cubana. No sorprende la valoración de que la corrupción sea también un problema ya que ha sido un desafío por varias décadas, aunque ahora adopte nuevas modalidades.
- Educación: se refiere a la calidad de los maestros, las condiciones de las escuelas y los materiales escolares. Casi la mitad de las opiniones respecto a educación quedaron como quinta prioridad. Es decir, un 45% lo ve de ese modo, mientras que un 30% lo define como prioridad cuarta.
- Transporte público: con el problema del transporte las apreciaciones estuvieron más segmentadas. Una tercera parte de los participantes (33%) consideró que el problema del transporte es la tercera prioridad por resolver, mientras que el 30% lo colocó en cuarto lugar, al mismo nivel de la delincuencia y la corrupción. Por último, un 25% consideró el transporte en quinto lugar.
Libertades básicas y acciones
- En este ítem, el informe destaca que el 92% de los participantes consideró que la libertad económica era esencial para abordar las crisis en Cuba. Adicionalmente, la eliminación de ACOPIO, el monopolio estatal sobre la producción agrícola, se definió como una acción prioritaria para resolver los problemas alimentarios.
- Por otro lado, un 81% consideró la libertad de pensamiento, expresión (incluido el derecho de manifestación y protesta) y comunicación entre las dos primeras prioridades para poder abordar la crisis nacional.
- Los participantes consideraron que la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos debe ser una precondición para cualquier diálogo o negociación con el régimen cubano.
Los participantes consideraron que garantizando las libertades básicas mencionadas se puede comenzar a buscar de inmediato la prosperidad dentro de Cuba sin necesidad de emigrar a otro país. Se entiende que, por el contrario, su continuada supresión continuará alentando el éxodo migratorio.
Finalmente, todos los participantes compartieron la creencia de que, a menos que, entre otras, se materialicen con urgencia las libertades básicas y acciones que fueron identificadas como prioridades inmediatas, continuará creciendo la violencia política y social en Cuba.
Conclusiones
Cuba Siglo 21 indicó que los resultados arrojados por los 15 grupos no pretenden ser una muestra representativa del total de la población, aunque constituyen una representación balanceada de ella desde una perspectiva territorial, de género y edades.
Sin embargo, este ejercicio -afirman los autores del estudio- puede ofrecer perspectivas ciudadanas de relevancia sobre el modo en que la población aprecia la gravedad de diversos retos nacionales y el modo en que tienden a asignar prioridades a las libertades que creen más importantes para poderlos vencer.
El texto remarcó que “emerge con fuerza la percepción de que el problema nacional de mayor gravedad es la seguridad alimentaria y que la principal libertad para enfrentarlo de inmediato es la plena libertad económica, incluyendo la supresión del régimen de acopio forzado sobre el productor agrícola privado”.
Los autores sostienen que llama la atención que, entre las problemáticas que se perciben graves, haya algunas cuya solución se había dado siempre por resueltas en la propaganda oficial y, como tal, eran oficialmente presentadas como “logros de la Revolución”: alimentación asequible, salud, educación y orden público frente a la delincuencia.
“Del mismo modo se destaca con fuerza que, además de la plena libertad económica, los participantes valoraron la importancia de la libertad de pensamiento, expresión (incluido el derecho a manifestación y protesta) y comunicación, que es percibida como prioritaria. Sin embargo, la libertad de asociación quedó relegada a un tercer lugar siendo solo un 5% el que la consideró como primera prioridad. Esto es significativo y constituye un desafío importante para la lucha por el cambio democrático por lo que deberán valorarse las causas de ese fenómeno”, subrayó el escrito.
Luego indicó que, entre otras, se pueden adelantar tres hipótesis alternativas o complementarias a considerar:
- A) El rechazo individualista al asociacionismo totalitario impuesto que ha sufrido la población por más de seis décadas y ha degradado palabras como “partidos”, “sindicatos”, etcétera;
- B) El alto desconocimiento, escasa valoración y extendida opinión de que acercarse a ellos los expondría a peligros adicionales por la alta posibilidad de infiltración por la contrainteligencia en esas organizaciones. Son prejuicios y valoraciones que innegablemente tienen no pocos ciudadanos, tanto respecto a las organizaciones oficiales como a las de los grupos de oposición;
- C) El temor a convertirse en blancos priorizados y más fáciles de identificar de la represión si en lugar de actuar a título individual lo hacen como miembros de un grupo.
El reporte señaló que es un fenómeno llamativo que el problema de la Inseguridad Pública (delincuencia y corrupción) haya sido identificado de forma destacada en una valoración general de desafíos nacionales. “Además, llama la atención la coincidencia de los participantes en asociar el respeto de estas libertades con la posibilidad de enfriar el éxodo migratorio y contener la creciente violencia política y social”, destacó.
Y concluyó en que es destacable que, si bien los participantes no son ajenos a la eventual influencia positiva que otros actores pudieran quizás tener para la promoción de esas libertades que consideran urgentes, coinciden en que una precondición para poder avanzar en cualquier conversación, diálogo o negociación con el régimen cubano debiera ser “la liberación incondicional e inmediata de los mas de 1.000 presos políticos que hoy existen”.