El dictador nicaragüense Daniel Ortega fue miembro de los Boy Scouts en su adolescencia, antes de integrarse a la guerrilla del Frente Sandinista. Luego, un par de meses después de regresar a la Presidencia de Nicaragua, en 2007, renovó su juramento Scout, y 10 años más tarde, cuando la Asociación Scout de Nicaragua celebraba los 100 años de presencia en el país, Ortega volvió a jurar como Scout.
Recientemente, sin embargo, decapitó a la organización a la que perteneció hace más de 60 años, y que tanto elogiaba hasta hace poco.
“Los Scouts (son) una organización humanitaria, sin fines de lucro, de interés educativo y cultural de la Nación, que constituyen una oportunidad para que los jóvenes adquieran una serie de habilidades para la vida, ya que promueven entre sus miembros valores patrióticos y humanos, acorde con la independencia cultural, identidad nacional, la universalidad de la paz y bienestar mundial”, reza el Acuerdo Presidencial a través del cual Ortega entregó al entonces presidente de la Asociación Scout de Nicaragua, Jorge Katín, la “Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío”.
Pero el gobierno de Nicaragua acaba de cancelar la Asociación de Scouts de Nicaragua y ordenó confiscar todos sus bienes, entre estos la fortaleza El Coyotepe, un sitio histórico que servía como principal Campo Escuela de la organización juvenil altruista.
El Acuerdo Ministerial 08-2024-OSFL, que “mata” legalmente a los Scout en Nicaragua fue publicado el 16 de febrero en el diario oficial La Gaceta, junto a la cancelación de otras nueve organizaciones civiles, como parte del proceso de demolición que el régimen de Ortega ha emprendido contra las organizaciones que no controla.
El movimiento Scout tiene presencia en Nicaragua desde 1917, diez años después de su fundación en Inglaterra. Para esa fecha, unos 20 jóvenes se organizaron en la ciudad caribeña de Bluefields bajo la guía del pastor moravo Joseph A. Harrison.
Con algunas variaciones, el movimiento Scout recibió el apoyo de distintos gobiernos, y obtuvo respaldo legal por medio de la Ley de Protección a la Asociación de Scouts de Nicaragua, promulgada el 15 de marzo de 1979, durante los últimos meses del gobierno del dictador Anastasio Somoza Debayle.
En 1965, el gobierno del entonces presidente René Schick donó a los Scouts la fortaleza El Coyotepe, construida a mediados del Siglo XIX y localizada en el kilómetro 29, en una altura a la orilla de la ciudad de Masaya. Esta fortaleza de estilo medieval, construida para defender desde una posición privilegiada la zona, fue escenario de batallas históricas y durante mucho tiempo funcionó como cárcel de distintos gobiernos.
En 1983, la Junta de Gobierno, presidida por Daniel Ortega, le quitó la fortaleza a los Scouts y la usó como parque histórico recreativo de la llamada Asociación de Niños Sandinistas. El edificio regresó a manos de los Scouts después que Violeta Barrios de Chamorro derrotara electoralmente a Daniel Ortega en 1990.
“Yo no puedo olvidar, quedó ahí grabado para siempre, mi vínculo con los jóvenes vinculándonos a la naturaleza, conociendo la naturaleza, y utilizando también la naturaleza”, expresó Ortega durante la celebración del centenario Scout en Nicaragua. “Utilizándola de forma racional, no depredando, sino cuidando el entorno en los bosques, donde de muchacho tuve esa experiencia fantástica de sentirme unido a otros muchachos, y junto a la naturaleza, que era estar como más cerca de Dios, ahí compartiendo, ahí aprendiendo”.
“Recuerdo los campamentos, y uno de los campamentos más grandes fue allá en Valle Vernier... ¡Ahí estuvimos, ahí estuvimos en Valle Vernier! Y era una forma de integrarnos con la naturaleza, manteniendo la limpieza en el campamento. No podíamos permitir que nosotros, muchachos Scouts, tiráramos sobre el campo los restos de comida, o la basura”, relató a los jóvenes Scouts presentes.
En el evento, celebrado el 5 de mayo de 2017, la Asociación Scouts de Nicaragua entregó a Daniel Ortega la “Orden Centenario Yoanca”, como antiguo Scout, y a su esposa, Rosario Murillo, de quién Jorge Katín, su presidente, dijo fue “Guía Scout”, la “Orden Centenario Nudo Scout”. Luego, Katín les pidió hacer el juramento Scout.
“Por mi honor prometo hacer todo cuanto de mí dependa, amar a Dios, servir a mi país, trabajar por la paz, y vivir fielmente la Ley Scout”, juraron Ortega y Murillo.
La Asociación Scouts de Nicaragua tenía cerca de dos mil miembros activos, y El Coyotepe, su Centro Nacional de Desarrollo Juvenil, se extendía por unas 46 hectáreas y atendía a unos 18 mil jóvenes al año.
Un día después de que el Ministerio del Interior de Nicaragua clausuró la Asociación de Scouts y ordenó la confiscación de sus bienes, alegando supuestos incumplimientos en sus reportes financieros, funcionarios sandinistas se tomaron El Coyotepe, y comenzaron una rápida transformación de la histórica cárcel.
“En estos días vamos a estar reinaugurando el monumento nacional Coyotepe La Barranca”, prometió Rosario Murillo, la otrora “Guía Scout” y orden “Nudo Scout” del movimiento juvenil.