(Desde Montevideo, Uruguay) - Un contenedor con budines y alfajores que pasó por el puerto de Montevideo fue incautado en el puerto de Amberes por cargar dos toneladas de cocaína. Al día siguiente de ese operativo, el 29 de diciembre, el coordinador de un municipio de Uruguay renunció a su cargo. Su explicación a las autoridades fue que le había surgido un trabajo en Brasil, aunque semanas después se sabría que estaba investigado en el caso de la droga encontrada en Bélgica.
La Fiscalía de Uruguay informó hace 10 días que tres personas fueron imputadas por este cargamento de drogas. Uno de los investigados –que debe cumplir prisión preventiva– es Carlos Mengen, un empresario del transporte que hasta diciembre era el coordinador del municipio de Cardona, una ciudad uruguaya ubicada en el departamento de Soriano, en el límite con Colonia, según informó La Diaria.
El ex jerarca era transportista y fue imputado por asistencia al narcotráfico. Según las informaciones primarias, Mengen fue quien se encargó de contratar al camión que llevó la droga al depósito y estaba al tanto de toda la operativa.
El hombre fue concejal (un cargo cercano al alcalde) entre 2015 y 2020 de la municipalidad por el Partido Nacional, la colectividad política que gobierna el departamento. Hace poco más de un año había sido designado como coordinador del municipio.
La noticia cayó por sorpresa para las autoridades del gobierno departamental. El intendente de Soriano, Guillermo Besozzi, pidió su expulsión “inmediata” del Partido Nacional. La solicitud, explicó este jerarca al diario uruguayo, se hizo porque “está siendo investigado por la Justicia”. “Me calienta que la gente, aquellos que integran el sistema político, sean del partido que sean, en este caso de mi partido y de mi grupo político, no tengan la claridad de los buenos valores”, comentó.
Besozzi aseguró que el imputado tenía un camión y se dedicaba a hacer fletes. Lo definió como un “tipo bonachón”, un “paisano” y un “ciudadano común y corriente”.
La Brigada Antinarcóticos uruguaya llevó adelante procedimientos en Cardona y otra localidad cercana el 9 de febrero, cuando investigó a una empresa transportista local a la que se le incautó un camión.
El contenedor partió desde el puerto de Montevideo el 21 de noviembre y previo a llegar a Amberes, hizo escalas en los puertos brasileños de Río Grande, Paranaguá y Santos. Iba cargado con 22.320 unidades de budines y alfajores de la marca Portezuelo y 1.000 botellas de vermut. La carga tenía un valor total de USD 48.256. Camuflados, viajaban 2,16 toneladas de cocaína.
Los budines y alfajores fueron comprados en Tienda Inglesa, una gran cadena de supermercados de Uruguay, y luego fueron trasladados a un depósito en el departamento de Canelones. Allí fue donde se presume que se contaminó la carga.
Otro de los imputados por este caso es el dueño de la empresa Dositar, que compró los alfajores, budines y vermut y realizó la exportación, informó El Observador. Él fue imputado por tráfico de estupefacientes en la modalidad de exportación.
El tercer imputado fue detenido pero dejado en libertad, aunque permanecerá a disposición de la Justicia. Es investigado por ser responsable de la empresa de exportación, pero hasta ahora no se pudo probar su vínculo con la droga.
El envío tenía una serie de características que lo hacían sospechoso y no fue revisado por la Aduana, según informó ese medio uruguayo en base a documentos oficiales. Los paquetes eran de productos que Uruguay no exporta hacia Europa, el envío no lo realizaba la empresa productora de budines y alfajores y el destino es considerado de riesgo para la Aduana.
El escáner del puerto de Montevideo no detectó el cargamento ilegal y, como la carga obtuvo canal verde, tampoco se realizó un control manual abriendo el contenedor.