(Desde Montevideo, Uruguay) - El gobierno de Luis Lacalle Pou esperaba la llegada de su embajador en Venezuela, Eber da Rosa, para conocer de primera mano lo que sucede en el país. El diplomático había sido llamado a consultas por parte del canciller, Omar Paganini, luego de la inhabilitación de la principal candidata de la oposición, María Corina Machado, para competir en las elecciones presidenciales previstas para este año.
El informe de Da Rosa confirmó la opinión que el gobierno uruguayo tenía sobre Venezuela. Paganini informó en la red social X que los comentarios del embajador ratificaron la preocupación que tiene el gobierno uruguayo sobre el régimen de Nicolás Maduro.
“Recibimos el informe del embajador Da Rosa sobre la situación política en Venezuela y lamentablemente se ratifica la preocupación del gobierno uruguayo: la viabilidad del proceso de normalización democrática está en cuestión por una serie de acciones del gobierno”, escribió el canciller uruguayo en un hilo.
“Deben haber elecciones libres y transparentes. Con persecución y proscripción de candidatos, con prisión de líderes sociales y expulsión de representantes internacionales no se llegará a la normalización democrática que se buscaba con el Acuerdo de Barbados”, agregó Paganini.
La elaboración del informe sobre la situación en Venezuela fue una de las últimas tareas que Da Rosa tuvo como embajador. El canciller informó que, tras entregar el documento, expresó su decisión “indeclinable e inmediata” de renunciar a su cargo. Argumentó que tomó la decisión por “motivos personales”.
Pese a la renuncia, el Ejecutivo de Lacalle Pou cree que es “conveniente y necesario” mantener los vínculos diplomáticos con Venezuela. “En consecuencia, el gobierno uruguayo evaluará la representación a mantener en Caracas, en tanto sigue con atención la evolución política venezolana”, aseguró el ministro.
Cuando el gobierno decidió llamar a Da Rosa, su posicionamiento respecto a Venezuela ya era claro. Tras la inhabilitación de Corina Machado, el canciller describió a los acontecimientos de Venezuela como “preocupantes” y sostuvo que “harían inviables la realización de elecciones libres, democráticas y competitivas”.
El presidente Luis Lacalle Pou, en tanto, ha definido varias veces a Venezuela como una dictadura. La última vez fue tras el arresto a la activista Rocío San Miguel. En esa ocasión, Lacalle Pou señaló: “Rompe los ojos. Es una dictadura. No hay elecciones libres. Hoy de nuevo hubo otra persona detenida injustamente”.
“El que no lo quiere decir, por algo es. Porque si ladra, tiene cuatro patas y muerde la cola… si alguien no me dice que es un perro, por algo será”, agregó. Antes, tras la inhabilitación de Corina Machado, había dicho que en Venezuela no hay elecciones libres ni democráticas.
La decisión del gobierno de mantener un embajador en Venezuela es cuestionada incluso por dirigentes de la coalición de gobierno. Algunos legisladores del oficialismo consideran que la Cancillería debe aprovechar esta oportunidad y no designar a alguien en ese cargo en el país, consignó La Diaria.
Para Conrado Rodríguez, diputado del Partido Colorado, “todos los hechos” ocurridos hasta ahora –incluidas las declaraciones de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, que definió a Lacalle Pou como un “lacayo”– ameritan que solo haya un encargado de negocios en Venezuela. “No creo que haya sido algo bueno haber designado un embajador allí”, planteó.
Antes de Da Rosa, el último embajador de Uruguay en Venezuela había sido Óscar Ramos, durante el gobierno de José Mujica. La segunda administración de Tabaré Vázquez decidió no nombrar a nadie en ese cargo.
El gobierno del Frente Amplio tomó esta decisión para dar una señal sobre la “grave carencia democrática” que hay en ese país, según explicó el canciller de Uruguay durante ese período (2015-2020), Rodolfo Nin Novoa, en una reciente rueda de prensa. El ex funcionario definió a la administración de Maduro como un “gobierno autoritario, que restringe derechos”.