(Desde Montevideo, Uruguay) - Cuando se conoció el proyecto inmobiliario para construir 29 edificios en Punta Ballena, cientos de voces se alzaron contra la propuesta. El rechazo a la iniciativa llegó de parte de los vecinos de esa zona del este uruguayo, académicos, organizaciones ambientalistas y gremios de profesionales, que expresaban su preocupación por el daño ambiental que se provocaría en el lugar.
Con la etapa de “manifiesto” –pensada para que la población conozca los detalles de la iniciativa– terminada, varias organizaciones insisten con propuestas para detener la obra.
Durante la etapa que finalizó en diciembre, el Ministerio de Ambiente recibió más de 10.600″consideraciones sobre la propuesta. Este número superó ampliamente las que había llegado por la obra de UPM, cuando anunció que construiría su segunda planta de celulosa en Uruguay. Ahora esa secretaría de Estado analiza los comentarios como paso previo a convocar a una audiencia pública sobre el proyecto, que no será antes de marzo.
Mientras el ministerio analiza esta documentación, está en marcha una campaña de firmas para presentar dos peticiones con propuestas para preservar los territorios de Punta Ballena. Esta es la segunda etapa de movilizaciones, tras las desplegadas durante la etapa de “manifiesto”, y se basa en la presentación de dos recursos de la sociedad civil que están previstos en la legislación uruguaya, informó La Diaria.
El objetivo que persiguen las organizaciones es “definir un estatus formal, obligatorio, de Punta Ballena, que no permita la ejecución del proyecto inmobiliario propuesto ni ningún otro en el futuro”, según establece un documento con los aspectos legales de la iniciativa.
Una de las propuestas será enviada al presidente Luis Lacalle Pou y a los ministros de Ambiente y Ordenamiento Territorial y pedirá que Punta Ballena sea declarada como un Área Natural Protegida.
Durante la etapa de manifiesto, el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, había informado que uno de los puntos que analiza su cartera es si declarar o no una “protección ambiental” para la zona. “Sería una buena medida y lo estamos analizando, por sí o por no”, aseguró. Una posibilidad, dijo entonces, sería que se declare la zona como un área protegida, lo que implicaría que no se pueden hacer construcciones de este estilo. El funcionario aseguró que su cartera se está asesorando para decidir si ese es el camino adecuado o hay otras alternativas.
Una decisión del estilo permitiría también “controlar” otras actividades que hay en la zona, como las de parapente y senderismo.
La otra solicitud que promueven las organizaciones sociales está relacionada a la anterior, pero será enviada al legislativo municipal de Maldonado. En este caso, los grupos promueven la aprobación de un proyecto de decreto que complemente la petición nacional y propone que Punta Ballena sea declarada área de conservaciones o reserva departamental”, lo que también implicaría que se prohiban las construcciones.
La Junta Departamental –como se le denomina al legislativo– tiene un plazo de 60 días para pronunciarse desde el momento en que se presentan las firmas. Para llegar a esta instancia, es necesario que el 15% de los residentes en Maldonado firmen la propuesta (serían unos 25.000 electores).
Durante la etapa de “manifiesto”, un grupo de 81 investigadores manifestó su “preocupación” por la concreción de este proyecto. “Punta Ballena se caracteriza por poseer un gran número de especies nativas, vegetales y animales, las cuales en algunos casos son de distribución geográfica muy limitada e inclusive endémicas”, dice un texto que publicaron.
Ese lugar de Punta del Este es “uno de los últimos relictos de vegetación costera autóctona” y lamentan que el ambiente está amenazado y en “disminución” como consecuencia de la urbanización y otras actividades de los hombres. Destacan en la carta la importancia que tiene la flora para la zona, ya que alberga un “número importante de especies de invertebrados y vertebrados” terrestres y acuáticos.
La Sociedad de Arquitectos del Uruguay, en tanto, señaló que el proyecto no parece respetar la preservación ambiental ni los valores del lugar.