La Corte Constitucional de Ecuador emitió una histórica sentencia a favor de la legalización de la eutanasia, generando un cambio significativo en la situación de Paola Roldán, una mujer afectada por una enfermedad devastadora. En respuesta a las críticas dirigidas hacia su causa, Roldán utilizó su plataforma en redes sociales, específicamente en su cuenta de X, para rebatir los comentarios emitidos por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, quienes catalogaron esta decisión como un intento “diabólico” para legitimar el homicidio.
En una publicación del 15 de febrero, Roldán se pregunta: “¿Quién tiene el monopolio de quién es Dios?”, y continúa: “¿Quién es Dios sin libertad, compasión, solidaridad, empatía, amor, autonomía? Ya me han calificado de atea, asesina, diabólica… y lo único que siento es enorme ternura por lo que debe ser vivir en el corazón con un Dios que juzga, que odia, que castiga”.
En otra publicación del 12 de febrero pasado, Roldán afirma que desde su regreso a Ecuador ha estado bajo constante supervisión médica por parte de especialistas paliativos además de neurólogos, homéopatas, cirujanos generales, cardio torácicos e intensivistas: “Éste último fue quien se paralizó en mi última crisis dejando a mi marido y hermano que salven mi vida. Es más, la estrella y maestra de cuidados paliativos de este país fue mi médico, y me abandonó en el medio de una crisis porque mi ‘caso era demasiado público’”, contó. También mencionó que es importante comprender que la medicina tiene sus limitaciones y no puede garantizar una calidad de vida digna: “¿Estar sedado inconsciente, incluso durante meses, es estar vivo? Por eso, la eutanasia es una opción”.
Además, resaltó su decisión de enfrentar los comentarios negativos en las redes sociales sin ocultarse detrás de una coraza emocional. Prefiere enfrentar la incomodidad que esto pueda traer consigo en lugar de silenciar su propia voz: “Prefiero que me duela, aunque en realidad cada vez es menos (bueno, también he bloqueado a los más odiosos) a esconderme o a dejar de usar mi voz”, añadió.
La batalla legal de Roldán llegó a su fin el 7 de febrero de 2024 cuando la Corte Constitucional de Ecuador reconoció el derecho a la eutanasia mediante una sentencia emitida el 5 de febrero. Esta sentencia obtuvo siete votos a favor sobre un total de nueve. En su fallo, el tribunal determinó que el artículo 144 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) es constitucional, pero con ciertas condiciones que deben cumplirse. Estas condiciones son importantes para garantizar la validez de dicha disposición.
Además, la sentencia instruyó al Defensor del Pueblo a preparar, en un plazo máximo de seis meses, un proyecto de ley que deberá presentarse ante la legislatura ecuatoriana. Este proyecto debe regular los procedimientos relacionados con la eutanasia de acuerdo con lo establecido en el fallo. Asimismo, se solicitó al Ministerio de Salud expedir un reglamento en un plazo de dos meses para regular el proceso de aplicación tanto de la eutanasia activa voluntaria como avoluntaria. Estos reglamentos deben seguir criterios técnicos y estar en consonancia con lo estipulado en la sentencia.
La Asamblea Nacional tiene un período de 12 meses para analizar, debatir y aprobar una normativa que regule los procedimientos relacionados con la eutanasia. Es importante que esta normativa cumpla con los más altos estándares generales establecidos en la sentencia.
Con esta decisión judicial, Roldán, quien padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace cuatro años y depende de un respirador artificial debido a su estado de salud, tiene el derecho a decidir cuándo desea poner fin a su vida. Esto marca el final de una larga batalla legal y le brinda una opción digna en medio de su sufrimiento.
La internacionalista de 42 años con estudios en la Universidad de Columbia también ha recibido mensajes de apoyo en la red social X. Fredy Lobato Fuentes, activista por los derechos humanos, en respuesta a una de sus publicaciones aseguró: “Aquí en su caso, no hay una posverdad. Somos un país laico y eso les molesta a los grupos anti derechos”.
Por su parte, Fernando Rosero Rohde, abogado constitucionalista, también respondió en los siguientes términos: “Sigo su caso desde el principio. Comparto su criterio y apoyo su lucha. Usted hace historia cada día. Un abrazo solidario”. La asambleísta Ana Galarza le escribió “Lo único que podemos decir es gracias, Paola, ¡eres admirable!”.