Bangladesh, Belarús, Ecuador, Egipto, Eswatini, Filipinas, Guatemala, Myanmar, Túnez y Turquía, son los 10 peores países para los trabajadores en el mundo en 2023, según el Índice Global de los Derechos, elaborado por la Confederación Sindical Internacional (CSI). En su información oficial, el índice señala que la evaluación anual mide el grado de cumplimiento de los derechos laborales colectivos en cada país y documenta las violaciones de derechos reconocidos a escala internacional cometidas por gobiernos y empleadores.
La CSI reconoce con preocupación que durante el 2023, “las principales cifras relativas a las violaciones de los derechos de los trabajadores han alcanzado máximos históricos”. Estos datos demuestran que “las reivindicaciones de los trabajadores para que se respeten sus derechos laborales han sido ignoradas, y su disidencia se ha topado con respuestas cada vez más brutales por parte de las fuerzas de seguridad del Estado”. El documento es un análisis exhaustivo de los derechos laborales, donde se examinan las leyes que amparan a los trabajadores y trabajadoras. Este documento evalúa las calificaciones individuales de 149 países y representa la única base de datos de este tipo disponible.
Ecuador es el tercer país del mundo y el primer país de Latinoamérica con las peores condiciones laborales. El índice presenta dos causas principales: las leyes regresivas y la violencia policial contra huelguistas: “El marco jurídico, sumamente restrictivo, ha seguido obstaculizando el desarrollo de sindicatos independientes fuertes en el país, y las autoridades han seguido impidiendo el registro de sindicatos en los sectores público y privado”, señala el documento. La inclusión de Ecuador es nueva y se vuelve una excepción entre los primeros puestos de la lista pues Oriente Medio y el Norte de África sigue siendo la peor región para los trabajadores.
Sobre el análisis de las Américas, el índice explica que en Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Perú se registraron casos de sindicalistas y trabajadores que sufrieron agresiones violentas. Asimismo, en países como Honduras la posibilidad de organizarse ha seguido siendo muy difícil para los trabajadores, que se han enfrentado a prácticas intimidatorias y antisindicales. Mientras que Haití “ha seguido sumido en una grave crisis política e institucional, y el país se ha visto asolado por violentos disturbios civiles, con graves restricciones de las libertades y derechos civiles de los trabajadores”.
Entre los datos más destacados a escala mundial, el informe indica que en 9 de cada 10 países se ha vulnerado el derecho de huelga. Además, en el 77% de los países se excluye a los trabajadores del derecho a establecer o afiliarse a un sindicato. Mientras que en el 42% de los países se ha restringido el derecho a la libertad de expresión y reunión, y los trabajadores que se manifestaron tuvieron que enfrentarse con frecuencia a la brutalidad policial.
Para el secretario general en funciones de la CSI, Luc Triangle, “los resultados de 2023 demuestran lo necesario que es. Tanto en los países de renta alta como en los de renta baja, los trabajadores y las trabajadoras han acusado la crisis histórica del coste de la vida y la espiral inflacionista provocada por la codicia corporativa, al tiempo que los Gobiernos han adoptado medidas enérgicas para reprimir sus derechos a negociar colectivamente incrementos salariales y a emprender acciones de huelga”.
Además, Triangle añadió que “la línea que separa las autocracias de las democracias se está difuminando”. Para el secretario de la CSI: “Cuando el diálogo entre el Estado y los ciudadanos se rompe, cuando los países coquetean con la autocracia para aprobar leyes impopulares, cuando los Gobiernos despliegan fuerzas de seguridad para sofocar una resistencia legítima, la democracia peligra y los trabajadores sufren las consecuencias”, aseguró.