(Desde Montevideo, Uruguay) - El argentino Nicolás Rocca cumple en Uruguay prisión domiciliaria tras haber sido imputado por el delito de homicidio y lesiones graves. El hombre circulaba a una alta velocidad en su Volkswagen Nivus por la ruta 104 de Uruguay, se cruzó de senda y se interpuso en la trayectoria de un Ford Ka. El desenlace de la maniobra fue trágico: tras el impacto murieron Josefina Ferrero –la conductora del otro vehículo– y quien viajaba en el asiento de acompañante, Milagros Trinidad.
Poco más de un año después, el fiscal del caso, Sebastián Robles, tiene avanzada la investigación. Pero el caso puede tener un cambio de rumbo, tras conocerse la noticia de que las familias negocian un acuerdo económico reparatorio.
Esta semana hubo una audiencia judicial. El diario El País informó que la Fiscalía solicitó una prórroga de cuatro meses y no realizó una acusación ya que las partes negocian un acuerdo reparatorio. Mientras duren estas conversaciones, Rocca permanecerá en prisión preventiva.
El abogado de Rocca, Ignacio Durán, había asegurado que era posible que el caso terminara en una negociación entre las partes, pero aclaró que su cliente “no quiere asumir una responsabilidad que entiende que no tiene”.
En marzo de 2023, la Justicia había accedido al pedido de la defensa de Rocca y le concedió la prisión domiciliaria. Entonces, Durán aseguró que su cliente recibía un tratamiento psicológico y psiquiátrico que no podría sostener dentro de una cárcel.
Previo al juicio estaba previsto que el fiscal Robles pidiera que Rocca sea enviado a prisión con una pena de ocho años, un período al que se le debería descontar el tiempo en que estuvo en prisión preventiva.
Los peritos que reconstruyeron los hechos coincidieron en que el vehículo que conducía Rocca comenzó a irse hacia la banquina en una curva. Él giró el volante para evitar el choque, pero se cruzó de carril e impactó con el Ford Ka. En ese tramo, la velocidad máxima permitida es de 40 kilómetros por hora, pero ambos vehículos circulaban por encima de ese límite: el de las mujeres fallecidas lo hacía a 64 km/h y el Volkswagen Nivus se desplazaba entre los 46 km/h y los 85 km/h.
Los informes, además, descartaron que hubiera algún problema en la ruta o en la mecánica de los autos y concluyeron que el clima se encontraba en perfectas condiciones al momento del accidente.
La pericia toxicológica determinó que los conductores de ambos vehículos habían consumido drogas. Rocca tenía alcohol en sangre (0,10, según lo que marcó la espirometría) y se detectó la presencia de metanfetamina y morfina, algo que fue aplicado durante la internación tras el choque.
La conductora fallecida, en tanto, había consumido cocaína, metanfetamina, ketamina, éxtasis y cannabis antes de protagonizar el accidente. En uno de los vehículos, a su vez, se encontraron dos paquetes de cocaína rosa –Tusi–, aunque el acta de la policía no detectó en cuál de los dos estaba.
La defensa de Rocca, en tanto, tenía previsto presentar una nueva pericia realizada por expertos argentinos y estadounidenses. El nuevo estudio busca demostrar que, con los datos de la pericia oficial, no se puede concluir que fue el auto de su defendido el que invadió la senda. El abogado defensor señaló que es “imposible” asegurarlo por la forma en que quedaron los vehículos y las mediciones.
Según esta visión, el reporte de Accidentología Vial tuvo “muchos errores y muy llamativos”. “Los peritos nos decían que es una prueba totalmente atacable por incompleta y poco profesional que es, con poco rigor científico”, aseguró Durán.
El abogado de las víctimas, Jorge Barrera, señaló que el fiscal “está en condiciones” de presentar “formalmente la acusación”. Durante el proceso, señaló, se diligenciaron “una serie importante de evidencias que se transformarán en pruebas”, dijo.