En una decisión histórica, la Corte Constitucional del Ecuador autorizó la eutanasia en el país. El fallo fue el resultado de una demanda iniciada por Paola Roldán, una mujer de 43 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable y degenerativa que le ha provocado el 95% de discapacidad. En una breve declaración para la prensa, Roldán dijo recibir la noticia “muy conmovida y con alivio”. Ahora, su deseo de morir bajo sus propios términos será posible.
“Hubo días en los que pensé que no iba a escuchar resultados de esta demanda. Ha sido un momento muy especial para mí”, dijo la mujer que desde que fue diagnosticada, en 2020 se ha sometido a más 3.500 terapias todas infructuosas. La ELA afecta a las neuronas motoras que se deterioran y mueren. Esto resulta en la pérdida de la capacidad de realizar movimientos, hablar, tragar y respirar.
Roldán contó que apenas recibió la noticia otros pacientes que también requieren la muerte asistida se comunicaron con ella: “Lloramos y nos alegramos juntos ante esta decisión de la Corte Constitucional de apostar por la solidaridad, la autonomía, la dignidad”.
En noviembre de 2023, cuando se celebró la audiencia de su caso, Roldán intervino ante los magistrados y dio su testimonio: “He vivido una vida plena y sé que lo único que merezco es una vida y una muerte con dignidad”, dijo Roldán. Frente a los jueces constitucionales, Roldán expuso que su voz es la de cientos de pacientes que ven en la muerte asistida una salida a sus dolores extremos: “He tenido el privilegio de tener acceso a los mejores cuidados paliativos, con medicamentos y tecnología de punta, aquí y en el exterior, y puedo decir con absoluta certeza que no son suficientes, el dolor es constante e implacable”, contó.
Escuchar a Roldán hablar, con dificultad pero con decisión, fue lo más potente de esa audiencia: “No hay medida paliativa que me permita transitar los dolores emocionales. El dolor de saber que todos mis sueños han sido mermados. El dolor de tener a mi hijo acostado a mi lado acostado con fiebre y no poder extender mi mano dos centímetros para tocarle la frente. Díganme ustedes qué cuidado paliativo sirve cuando semana a semana soy testigo consciente de cada facultad que voy perdiendo”, relató Paola Roldán.
Francisco Roldán, padre de Paola, también habló sobre el fallo del 7 de febrero y dijo tener sentimientos ambivalentes: “Satisfacción de que Paola haya podido conseguir un hecho histórico, pero también de tener el corazón medio partido porque se puede producir un desenlace, que lo hemos venido procesado, que es la muerte de nuestra hija. Eso es fortísimo”, dijo.
Desde que se hizo pública la petición de Paola de morir bajo sus términos, su decisión ha sido cuestionada por cientos de personas que aseguran que, aunque morirá producto de la ELA, debe aguantar esos dolores y esperar la muerte natural. Es por ese tipo de críticas que durante el diálogo con la prensa, Paola Roldán dijo: “Agradezco a quienes me han apoyado y también a mis detractores. La lucha por los Derechos Humanos nunca es un camino asfaltado. Hoy el Ecuador es un país un poco más acogedor, más libre y más digno”.
Paola ya se ha preparado para partir. En un reportaje publicado en El País, la mujer reveló que ha escrito cartas y envuelto regalos para acompañar a su hijo hasta que este tenga 40 años. Con el fallo de la Corte, de aplicación inmediata y con disposiciones posteriores para el Ministerio de Salud y la Defensoría Pública, Paola Roldán podrá dejar este mundo como ella lo ha pedido: con dignidad.