(Desde Montevideo, Uruguay) - Desde hace ocho meses, el Índice de Precios del Consumo (IPC) de Uruguay se ha mantenido dentro del rango que el Banco Central del Uruguay (BCU) estableció como meta (3%-6%). En enero, la inflación en el país fue 5,1% en su medición interanual, el mismo porcentaje de cierre de 2023. Estas cifras son las mejores en 18 años.
El resultado de enero, sin embargo, muestra que la inflación mensual escaló hasta 1,53% frente a la caída del 0,1% que experimentó en diciembre. Esta variación fue impulsada porque en el primer mes se termina un plan de bonificación en la tarifa de la electricidad que establece la empresa estatal UTE y que abarata la factura en el cierre del año. También hubo importantes aumentos en los precios de las frutas y las verduras al comienzo de 2024, según las cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las autoridades del BCU destacan como un “éxito” los niveles de inflación que tuvo Uruguay en el último año, que incluso llegó a estar en niveles cercanos al mínimo del rango (3,87% en septiembre).
“Sin duda que es un éxito. La inflación quedó donde queríamos que estuviera por una política monetaria que hizo todos los deberes, los que están en el manual y un poco más, para conseguir que eso pasara”, declaró días atrás en una entrevista con Búsqueda el presidente del BCU, Diego Labat.
El titular de la autoridad monetaria uruguaya admitió que si no se hubieran dado algunos factores –como el estancamiento de la economía o una cotización del dólar planchada–, la política del BCU tendría que haber sido aún “más contractiva”.
Durante mucho tiempo, los analistas uruguayos decían que la “zona de confort” de la inflación en Uruguay era con valores entre 8% y 10%, pero para Labat esa idea “quedó atrás”.
“Mi principal conclusión de todo esto –después uno puede entrar en los detalles de los distintos instrumentos– es que se puede. La inflación es una variable que en Uruguay se puede controlar, porque el mito ese del 8% de la zona de confort estaba en que: ‘Bueno, no, en Uruguay no se puede bajar la inflación’. ¿Por qué no? ¿Por qué los países de la región pudieron y nosotros no? ¿En qué somos distintos? Lo principal es que se demostró que se puede”, destacó el funcionario del gobierno uruguayo.
Labat destacó que la inflación lleva ocho meses dentro del rango establecido como meta por el BCU y celebró que las expectativas empresariales sobre el IPC están en “franca caída”, aunque todavía “lejos” del nivel que pretende la autoridad monetaria. “Tenemos una dinámica de precios que está cambiando. Cada uno puede opinar lo que le parece, pero claramente ha cambiado la dinámica”, sostuvo.
El titular del Banco Central definió a las expectativas de los empresarios como “más lentas” en cuanto a los cambios. Recordó que durante los meses más “duros” de 2021, sus pronósticos subieron a 10% aunque destacó que ahora están en torno al 7%. “Es una convergencia y un aprendizaje más lento que el de los analistas, que tienen otro herramental (…) Poco a poco se ha ido entendiendo que la dinámica inflacionaria cambió”, destacó Labat.
Los analistas privados proyectan una mediana de inflación del 6% para un horizonte de 24 meses, sobre el techo del rango meta. El BCU estima que el IPC se mantendría dentro del objetivo durante ese período de tiempo y cerraría el 2025 en 5,3%. Para el cierre de 2024, en tanto, el Comité de Política Monetaria proyectó una inflación acumulada de 4,9%.
Cuando se conoció el dato del cierre de 2023, el economista Marcos Soto consideró que el resultado estuvo “ayudado” por un año “deflacionario” a nivel internacional, una economía doméstica “estancada”, una caída en la cotización nominal del dólar y un “drenaje del consumo minorista histórico de hogares uruguayos en Argentina”.