Las estimaciones del Ministerio del Interior ecuatoriano sobre los asesinatos a niños, niñas y adolescentes en Ecuador son alarmantes. Según la cartera de Estado, durante 2023, 770 menores de edad fueron víctimas de homicidios. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) registra un aumento drástico del 640% con respecto a los 104 casos en 2019 y asegura que la “violencia armada continúa impactando severamente las vidas de niños, niñas y jóvenes en Ecuador”.
Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, ha advertido no solo sobre el aumento de los asesinatos sino sobre los casos de reclutación forzada: “En los últimos meses, las muertes de niños, niñas y adolescentes han aumentado drásticamente debido a un incremento del crimen en varias partes de Ecuador. También se reporta un aumento en el reclutamiento forzado de adolescentes por parte de grupos armados, y las instalaciones médicas y las escuelas están bajo asedio”.
En marzo de 2023, Infobae alertó sobre el abandono estatal, ciclos de violencia y pocas oportunidades que sufren los niños ecuatorianos reclutados por las bandas criminales. Entonces, en ese primer trimestre de 2023, 500 niños y adolescentes fueron detenidos por la Policía en actos delictivos. El último septiembre un estudio del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO) reveló que en los últimos cinco años los homicidios intencionales en contra de adolescentes entre 15 y 19 años aumentaron en un 500 por ciento.
De acuerdo con el boletín semestral de homicidios, elaborado por el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, los homicidios a este grupo etario pasaron de 41 en el primer semestre de 2019 a 246 en el mismo periodo de 2023. Para el observatorio, el incremento de este crimen está relacionado con el reclutamiento de menores de edad por parte de las bandas criminales. En 2023, los homicidios a este grupo poblacional incrementaron en un 79,56% en comparación con el primer semestre de 2022. Durante este primer semestre del año, 9 de cada 10 homicidios a adolescentes entre 15 y 19 años se realizaron con armas de fuego.
“La interrupción de servicios básicos en áreas controladas por grupos armados no sólo pone a más niños en riesgo de ser reclutados, sino que también corta el acceso a la salud, educación y protección para otros cientos de miles”, agregó Conille.
UNICEF, en un comunicado oficial, pidió “a todas las partes a garantizar que los niños, niñas y adolescentes de Ecuador estén protegidos de la violencia armada en todo momento y recuperen el acceso a servicios sociales básicos como salud, protección y educación”.
La organización también advirtió sobre la falta de acceso a la educación producto de la violencia que vive el país: “Además de la situación de la niñez, preocupa el creciente número de personal médico, maestros y directores de escuelas amenazados, extorsionados y asesinados por grupos armados. Con el empeoramiento de la situación de seguridad, el cierre temporal de escuelas en todo el país ha privado a más de 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes de servicios educativos adecuados”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe Violencia, niñez y crimen organizado, explica que la presencia de grupos delincuenciales “en las zonas o comunidades más pobres y excluidas suponen un riesgo para los adolescentes de estas áreas”. Los criminales aprovechan la vulnerabilidad y escasez de los habitantes de estos lugares para reclutar a los niños y adolescentes que a veces ven a la vinculación con estas bandas “como una oportunidad para generar ingresos e incluso para obtener reconocimiento y respeto”.
Las bandas criminales reclutan a los niños y adolescentes “a través de engaños, amenazas, presiones y violencia”, según explica la CIDH. Además, cuando los grupos están vinculados al narcotráfico, “incitan también a los niños y adolescentes al consumo de drogas”.