(Desde Montevideo, Uruguay) En la costa de José Ignacio, uno de los balnearios más exclusivos de Uruguay, apareció en los primeros días de enero una tortuga que, se sabría después, pertenece a la especie más grande del mundo y está en peligro de extinción. Fueron pescadores de esa zona de Maldonado que encontraron ese animal que no suele acercarse a la arena de las playas de ese país.
La directora del centro de tortugas marinas Karumbé, Gabriela Vélez, aseguró en la radio local FM Gente que se trata de la especie siete quillas. Su caparazón puede llegar hasta los dos metros de largo. La experta explicó que se trata de un animal común para el agua de Uruguay, pero que no suele acercarse a la costa como sí lo hacen otras especies. Su acercamiento se produce, en general, cuando los animales están cerca de la adultez.
La dieta principal de esta especie de tortugas son las aguas vivas (medusas) u otros organismos “gelatinosos”. Vélez indicó que entre los meses de enero y mayo estos animales aparecen en la costa atlántica, en especial, en la costa de las playas de Maldonado y de Rocha, al este de Uruguay. También es común que aparezcan en zonas dentro del estuario del Río de la Plata.
La directora del centro de tortugas marinas explicó que las tortugas se suelen alejar de las personas que ven porque se asustan. Y, a pesar de que no se trata de animales agresivos, la especialista sugirió que siempre se debe tener precaución al acercarse.
La aparición de estas tortugas no solo se da en Uruguay: es una especie que se encuentra en distintas partes del mundo. Entre los expertos hay preocupación por su conservación. “Es de las tortugas marinas que se conoce menos. Durante mucho tiempo fue difícil encontrar estos ejemplares. Muchas de ellas sufren choques con embarcaciones, por lo que algunas pueden morir por este motivo”, aseguró Vélez.
La organización de la que Vélez es directora trabaja hace 25 años en forma voluntaria en estos asuntos. Su principal tarea es investigar las causas de los varamientos de las tortugas, que en su mayoría padecen alguna enfermedad. “La gente lo primero que hace es devolverlas al mar, pero no es lo más conveniente”, comentó.
Esa es una de las sugerencias que la organización publicó en su cuenta de Instagram. “¿Apareció una tortuga varada en la arena? No la devuelvas al mar”, dice uno de los posteos. La organización explica que cuando estos animales aparecen en la costa es porque están enfermas. “En nuestro país, las tortugas marinas no ponen huevos, por lo que si está en la arena es porque tiene un problema”, amplía.
Las costas de Uruguay también tuvieron una imagen poco habitual durante la primavera, cuando funcionarios municipales fueron advertidos por la presencia de animales muertos. Se trataba de leones y lobos marinos, que morían en la arena como consecuencia de la gripe aviar.
La ONG Fauna Marina lamentó en su cuenta de Instagram la aparición de estos lobos marinos y sugerían mantener la distancia de los animales, una medida que sugirieron como “esencial” para minimizar los “riesgo de transmisión” de la enfermedad.
La Isla de Lobos (ubicada a ocho kilómetros de Punta del Este) y Cabo Polonio (en Rocha) son lugares uruguayos donde más se concentran estos animales.
La aparición de animales en la costa uruguaya provocó algunas situaciones insólitas, como que un lobo que saliera del agua del Río de la Plata, cruzara la rambla de Montevideo e ingresara en la fuente de un jardín de un edificio. Otros aparecieron en la calle Gorlero, la principal de Punta del Este, o durmiendo en la terminal de ómnibus de esa ciudad.