(Desde Montevideo, Uruguay) - El policía uruguayo Alexis Meireles, de 37 años, estaba junto a otro funcionario patrullando en el barrio periférico de Montevideo Marconi. Los agentes vieron a dos personas sospechosas en una actitud extraña y pidieron un segundo móvil policial. Los policías identificaron a esos hombres y el procedimiento terminó sin consecuencias. Pero, a pocos metros, había otra persona en la calle que estaba siendo investigada y los efectivos fueron a controlar la documentación. De inmediato, se escucharon detonaciones y Meireles cayó al piso.
Ese operativo de rutina, en uno de los barrios más peligrosos de Montevideo, Meireles recibió un disparo en el pecho que terminaría con su vida. El policía estaba casado y tenía dos hijos, de siete y 11 años.
Su muerte causó conmoción en Uruguay, en especial en los policías y en las autoridades del Ministerio del Interior, que este lunes brindaron una conferencia de prensa con los detalles del caso.
El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, se comunicó con la esposa del fallecido y le prometió que tanto el ministerio como la Policía “van a cuidar de ella y de sus hijos”. “Estamos a disposición para todo lo que necesiten”, aseguró el funcionario uruguayo en la conferencia. Además, el gobierno permitirá que la mujer pueda cobrar una pensión por viudez y le brindará asistencia en el Hospital Policial.
“Quiero ser enfático en dos temas. Uno es el absoluto y total respaldo a la Policía Nacional y a cada uno de los policías que cada día se juegan la vida para protegernos y llevar tranquilidad a todos los uruguayos; el otro punto es que no vamos a parar ni descansar hasta encontrar a los asesinos de Alexis y que paguen por lo que hicieron en cárcel”, dijo Martinelli en una conferencia de prensa.
El hombre que los policías fueron a detener estaba investigado por haber cometido una rapiña. Los efectivos policiales lo vieron sentado en el cordón de la vereda cuando decidieron dirigirse hacia allí, sobre la hora 2 de la madrugada. Pero fueron sorprendidos por cuatro hombres que les dispararon. Uno de los policías se resguardó detrás de un árbol, pero su compañero fue baleado en el pecho y cayó al suelo. Luego fue trasladado a un centro de salud cercano y después hasta el Hospital Policial, donde finalmente murió.
Meireles y sus compañeros son funcionarios del departamento de Investigaciones de la Policía uruguaya y, como tales, estaban vestidos de particulares al momento del incidente. Este detalle es uno de los motivos que hace pensar a los investigadores que los delincuentes confundieron al policía con un integrante de una boca de drogas, informó El País. Esta hipótesis también está respaldada en la distancia de los disparos y en que, en el momento en el que los funcionarios se identificaron como policías, los atacantes huyeron.
El Ministerio del Interior no aclaró si el policía tenía o no el chaleco antibalas, dado que la respuesta “se encuentra dentro de la investigación”.
La policía, en tanto, redobló su presencia en el barrio y realizó varios allanamientos y controles. Dos hombres fueron detenidos y puestos a disposición.
En la conferencia de prensa, el director de la Policía Nacional, José Azambuya, dijo que las autoridades ya contaban con “elementos firmes para identificar a presuntos responsables”. “Si bien esta situación es penosa, no nos amedrenta”, afirmó en la conferencia de prensa. El funcionario policial se comprometió a no retirarse del barrio hasta que los vecinos vuelvan a tener “tranquilidad”.
Azambuya negó que hayan fallado los protocolos de seguridad. “Se actuó dentro de lo que está establecido en lo que refiere a la respuesta ante una situación (…) Inicialmente había dos equipos y solo una persona identificada, por lo que la superioridad numérica siempre la tuvo la Policía”, indicó.