(Desde Montevideo, Uruguay) - Los turistas que caminaron en la noche del sábado por la rambla de Punta Negra, en la zona de Piriápolis (Uruguay), encontraron un color llamativo en el agua. Algunos curiosos aprovecharon el calor de una noche de verano para meterse al mar y tomarse fotos rodeado de un curioso celeste fluorescente. Las noctilucas eran la explicación de ese fenómeno extraño.
“Nunca vi algo igual”, escribió un usuario en la red social X al compartir las imágenes del balneario, ubicado a 33 kilómetros de Punta del Este. “Hoy aparecieron tarde las noctilucas, ¡pero se vieron mejor que nunca!”, posteó otro turista de esta reconocida zona de Maldonado.
El titular de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, Álvaro Irazoqui, explicó a El Observador que ese efecto se da por la presencia de unos “fitoplanctons” conocidos como noctilucas, que generan una “bioluminiscencia”.
Este efecto produce que las olas se iluminen por la noche y que durante el día provoquen un color rojo sobre el agua.
Irazoqui aseguró que la presencia de noctilucas “no es nociva” para los humanos, al tiempo que el ministerio aseguró en un comunicado que “no existe el riesgo de bañarse” en ninguna playa de Maldonado.
Esta presencia había generado algunas alertas que finalmente fueron desestimadas por Irazoqui. El color rojizo que se produce durante el día fue confundido por el fenómeno de “marea roja”, que se da cuando distintos organismos liberan amoníaco, una sustancia que es irritante para la vista. Ante esta situación, la Intendencia de Maldonado recomendó no zambullirse por esa posibilidad.
Sin embargo, esta situación fue descartada por el ministerio. Irazoqui cuestionó a las autoridades de la Intendencia por “tirar alarmas sin análisis” y aseguró que el diagnóstico que hicieron en la municipalidad fue “apresurado”.
Actualmente, aclaró el jerarca, solo se encontró marea roja en la Isla de Lobos, ubicada unos ocho kilómetros al sudeste de Punta del Este. Además de la irritación para la vista, este fenómeno produce distintas “toxinas” que causan “diarrea” a las personas que consumen mejillones o moluscos que pasaron por el agua afectada o están un “tiempo prolongado” en ese lugar.
Que el mar se tiña de un celeste fluorescente no es extraño en la costa uruguaya. En septiembre, el mismo fenómeno había llamado la atención de los vecinos del balneario La Pedrera (Rocha). El portal Cromo explicó entonces que la noctiluca es un “dinoflagelado” que se alimenta de otros, que se trata de un organismo unicelular, microscópico y que viven suspendidos en el agua.
La bióloga Ana Martínez, de la Dinara, aseguró que el fenómeno se puede explicar también por la presencia de otro organismo con características similares: protoceratium reticulatum.
La experta destacó que este organismo no representa “ningún riesgo”, pero advirtió que una toxina puede “generar problemas en otros organismos y en el ecosistema”, principalmente en especies acuáticas.
Durante este verano también se detectó en la costa de Piriápolis la presencia de cianobacterias, algo que tampoco representa un riesgo para la salud. Sin embargo, el protocolo del Ministerio de Ambiente para estos casos implica que hay que colocar una bandera sanitaria.
El ministerio advirtió que, durante la ola de calor este fenómeno tiende a “sostenerse e incrementarse”.
Esta secretaría de Estado sugiere que las personas, cuando salen del agua, se saquen “inmediatamente” los restos que le quedan en la piel y recomienda lavarse con agua limpia y “sacar todos los residuos que puedan quedar en las mallas para evitar el contacto con la piel”.
Las cianobacterias provocan “irritación” en las personas que tienen sensibilidad en el cuerpo o son alérgicas.