(Desde Montevideo, Uruguay) - El resultado fiscal de las cuentas públicas de Uruguay fue un tema de debate entre el oficialismo y la oposición del país. Durante algunos meses de 2023, el déficit estuvo por encima de lo previsto por las autoridades de gobierno, un dato que dio pie a dirigentes del opositor Frente Amplio para cuestionar la política económica. Sin embargo, el resultado del cierre de año estuvo dentro de lo proyectado por la administración de Luis Lacalle Pou.
El déficit conjunto del sector público cerró el 2023 en el equivalente a USD 2.851 millones, un 3,6% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. En noviembre, el rojo en las cuentas públicas ascendió a 4,2%, mientras que el 2022 lo cerró en 3,4%.
El economista Ignacio Umpiérrez, secretario ejecutivo del Consejo Fiscal Asesor del Ministerio de Economía de Uruguay, destacó en la red social X que el gasto primario del gobierno central y el Banco de Previsión Social (encargado del pago de pensiones) cayó 0,4% real, una cifra que estuvo por debajo del tope que está fijado en la regla fiscal que creó el gobierno para el control del gasto público.
Umpiérrez destacó que los ingresos de la Dirección Impositiva de Uruguay cayeron un 2% en términos reales. Fue la segunda vez en 20 años que la recaudación por impuestos evolucionó con un signo opuesto al del PBI. Esto estuvo afectado por la “desaceleración cíclica, la sequía (que sí impacta en la recaudación con efectos en primera y segunda vuelta), el desvío de consumo hacia Argentina y las medidas de alivio tributario” tomadas por el gobierno, destacó el también asesor del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
Los ingresos del BPS, en tanto, crecieron un 5% en un contexto de creación de unos 40.000 puestos de trabajo, un aumento del salario real del 3,7% y un mayor número de cotizantes a la seguridad social.
Otros factores a considerar al ver los números de las cuentas públicas son el cierre de la refinería de la petrolera Ancap y el “sobrecosto” de la generación y las menores importaciones de energía por parte de la compañía eléctrica UTE, algo que estuvo afectado por la sequía. Las ganancias de estas empresas también estuvieron afectadas por los desvíos en las compras de combustibles hacia Argentina y algunas inversiones puntuales que hizo el ente estatal encargado del suministro de agua, OSE, en un contexto de déficit hídrico.
“Para este año hay desafíos en el cumplimiento de la regla fiscal”, aseguró Umpiérrez al terminar su análisis, en referencia a que Uruguay ingresó en un año electoral, que se suele prestar para la “discrecionalidad” en el manejo de los fondos públicos. “También será un año de oportunidades para seguir incorporando el enfoque estructural en los análisis fiscales y discutir sobre cómo fortalecer la regla fiscal”, concluyó.
A fin de enero también se conoció que el salario real creció por segundo año consecutivo en el país y continuó consolidando una recuperación prometida por el gobierno. Entre enero y diciembre de 2023, el Índice Medio de Salarios tuvo una variación acumulada de 9,32%, al tiempo que el Índice Medio de Salario Real terminó el año con un aumento interanual de 4,01%, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el sector privado, el poder de compra creció un 3,88% mientras que los salarios del sector público lo hicieron en un 4,23%.
En esta recuperación salarial influyeron los valores de inflación históricamente bajos que tuvo el país. El Índice de Precios del Consumo (IPC) cerró en 2023 en 5,11%, el registro anual más bajo desde 2005 y un valor que estuvo dentro del rango que las autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) fijaron como meta (3%-6%).