Las Fuerzas Armadas de Ecuador inhabilitaron con explosivos tres zonas presuntamente usadas como pistas de aterrizaje por “narcoavionetas”, según informó el Comando Conjunto ecuatoriano, que agrupa a los tres cuerpos castrenses de tierra, mar y aire.
La operación estuvo a cargo de la Fuerza Aérea del Ecuador (FAE) en la costera provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, uno de los epicentros de la crisis de violencia que atraviesa el país y cuyo puerto es uno de los principales trampolines usados por las mafias para enviar grandes cantidades de cocaína al exterior.
De acuerdo con el Comando Conjunto, el contingente militar inhabilitó “tres áreas que podrían ser utilizadas por grupos terroristas para ejecutar actividades ilícitas”.
Desde la semana pasada las bandas criminales que operan en Ecuador, principalmente dedicadas al narcotráfico, están consideradas por el Gobierno como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales a los que les ha declarado la “guerra interna” con el objetivo de que las fuerzas del orden los neutralicen.
Según las autoridades, varios de estos grupos de delincuencia organizada están dedicados a trasladar la cocaína producida mayormente en Colombia hacia Norteamérica y Europa, por lo que tienen nexos con los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, así como con la mafia albanesa, en el caso de los envíos a territorio europeo.
Rodeado por Colombia y Perú, los dos mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador se ha convertido en los últimos años en un punto clave del tráfico mundial de esa droga, al aprovechar las mafias sus puertos y costas para enviar toneladas hacia los principales mercados de consumo.
Esto lo ha convertido también en el tercer país del mundo que más droga decomisa, sólo por detrás de Colombia y Estados Unidos, pues anualmente ha superado las 200 toneladas de estupefacientes incautados en los últimos tres años.
Violencia narco
La Policía Nacional de Ecuador está tras la pista de otros dos sospechosos de participar en el homicidio del fiscal César Suárez, quien fue asesinado a tiros el miércoles mientras circulaba en su vehículo por el norte de Guayaquil, tras haber detenido ya a dos presuntos implicados en el crimen.
Según las primeras investigaciones, fueron cuatro hombres, uno de ellos con un chaleco de un oficial de tránsito, los que iban a bordo del vehículo desde donde le dispararon a Suárez en al menos 18 ocasiones. Ese automóvil fue incinerado horas después en otra zona del norte de Guayaquil.
La hipótesis que maneja la Policía es que estos delincuentes pertenecerían a la banda criminal llamada ‘Chone Killer’, una de las 22 que desde la semana pasada están consideradas por el Gobierno ecuatoriano como grupos terroristas en la “guerra interna” declarada contra el crimen organizado por el presidente Daniel Noboa.
“La motivación todavía sigue en investigaciones y como todavía estamos en flagrancia esperamos tener pronto el paradero de los otros dos sicarios que estaban en la parte de atrás del vehículo que fue incinerado”, dijo en una rueda de prensa el general Víctor Herrera, comandante de Policía de la Zona 8, que abarca Guayaquil y su área metropolitana.
La banda ‘Chone Killer’ tiene mayor influencia en el cantón (municipio) de Durán, que forma parte del área metropolitana de Guayaquil.
El jefe policial espera que dentro de estas 48 horas luego del crimen puedan llegar hasta los autores intelectuales y desmintió los rumores de que la orden de su asesinato salió desde la Cárcel Regional de Guayaquil, a la cual ingresaron policías y militares esta mañana para realizar un operativo.
El asesinato de Suárez rompió este miércoles la sensación de tensa calma con la que los ecuatorianos trataban de recuperar la normalidad tras la oleada de violencia, atentados, secuestros y motines carcelarios con rehenes de la pasada semana, atribuida a las bandas del crimen organizado.
(Con información de EFE)