Luego de16 años sin operaciones contra el narcotráfico en el área, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) ingresó a la conocida “zona roja” de la provincia del Chapare, en Cochabamba y logró destruir de 25 laboratorios móviles utilizados para la fabricación de cocaína.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, celebró el éxito de la operación a través de sus redes sociales: “¡Histórico! Hoy ingresamos a un lugar de El Trópico de Cochabamba en el cual las fuerzas policiales antinarcóticos no pudieron realizar su trabajo por más de 16 años”.
De acuerdo con el informe difundido pro La Razón, en la zona se ingresó a las localidades de Santiváñez, Ismael Montes, 27 de junio, Central Independiente y Central 14 de Septiembre, todos ubicados en el municipio Villa Tunari.
Ubicado en pleno centro de Bolivia, El Chapare es una de las 16 provincias que componen el departamento de Cochabamba y es considerado como uno de los feudos de Evo Morales debido a su principal método de subsistencia: el trabajo de la coca. Fue en este lugar donde el ex presidente empezó su carrera política como dirigente sindical, y allí regresó tras su exilio en México y Argentina, cuando volvió en noviembre de 2020 tras la investidura presidencial de Arce.
La acción de la FELCN en este territorio marca un hito en la lucha del país contra las drogas ilícitas.
Decomisos y erradicaciones
Además de la destrucción de los laboratorios, el operativo resultó en el decomiso de 5.050 litros de cocaína líquida, que equivalen a más de 190,9 kilogramos de sustancia ilegal. Otros hallazgos incluyeron 96,11 kilogramos de cocaína base y 14,87 kilogramos más encontrados en diferentes contenedores inspeccionados por las autoridades.
En agosto del año pasado, Del Castillo presentó un reporte de georreferenciación sobre los sitios donde se produce mayor cantidad de droga. En esa oportunidad se identificó, según el mapa de calor, que el municipio de Villa Tunari de la provincia Chapare es el área principal de producción de sustancias controladas. Allí operan entre el “80 y 90% de los laboratorios, de las fábricas destruidas por la FELCN se encuentran en la provincia Chapare”.
Bolivia es el tercer productor mundial de cocaína, justo detrás de Colombia y Perú, con más de 300 toneladas del narcótico puestas en el mercado según estimaciones de 2021 de autoridades estadounidenses. El año pasado, el país reconoció que ya no solo produce la “pasta base” de la droga, sino también el clorhidrato o la cocaína refinada. Se teme que este hecho signifique que los carteles de la droga ya han aterrizado en Bolivia.
Jaime Mamani, viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, informó que en los primeros días de enero, se incautaron 100 kilos de droga y se detuvieron a 12 personas en ocho operativos diferentes. Estas acciones tuvieron un impacto económico en el narcotráfico estimado en 267.200 dólares estadounidenses, y se sumaron a la confiscación de 2.000 kilos de hojas de coca registradas en tránsito ilícito.
Además, hace una semana, el Gobierno hizo uno de los mayores decomisos de la historia, incautando 8,7 toneladas de cocaína que viajaban hacia Chile para ser trasladas desde ahí hasta los Países Bajos.
La comunidad internacional ha puesto sus ojos sobre Bolivia, especialmente al considerar el estado actual de Ecuador, donde el narcotráfico ha cobrado un poder significativo. Según la oposición, Bolivia tiene parecidas vulnerabilidades económicas, sociales e institucionales que este país. De hecho, una de las más importantes noticias del año 2023 fue la espectacular fuga del país de Sebastián Marset, considerado por las autoridades un “narco de talla mundial”, que burló a la policía y violó las fronteras nacionales, al parecer para refugiarse en Paraguay.