(Desde Montevideo, Uruguay) - La tendencia a la baja de la población de Uruguay está muy marcada. Los resultados primarios del Censo 2023 confirmaron una tendencia que los escenarios demográficos marcaban desde hacía un tiempo: el aumento de la población en el país está estancado. Cada vez son menos los niños que nacen, un dato que impacta en los registros en las escuelas. La educación privada, por tanto, atraviesa un momento delicado.
“La tendencia a la baja está bien marcada, es generalizada, y sigue al pie de la letra los escenarios demográficos… nos preocupa mucho”, declaró en diciembre a El Observador el presidente de la Asociación de Instituciones de Educación Privada, Juan Carlos Noya.
Un estudio realizado por el Programa de Población de la Universidad de la República y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) concluyó que, para el 2030, la educación obligatoria habrá perdido más de la cuarta parte de su matrícula.
A finales de 2023 la crisis en la educación privada se reflejó en el cierre de colegios. “Después de 42 años en la zona, debemos cerrar definitivamente nuestras puertas”, decía el mensaje de despedida del colegio Ceija, una institución del barrio montevideano Paso de la Arena, consignado por el diario uruguayo.
El colegio bilingüe New Zealand, que ya había cerrado sus cursos de educación secundaria, bajó la cortina definitivamente de la institución. El Centro de Educación Integral Constructivista anunció a las autoridades el mismo final.
Hay varios colegios privados más de Uruguay que evalúan seguir el mismo camino, informó este jueves Búsqueda. Los centros que están más comprometidos comparten algunas características: suelen ser instituciones pequeñas o medianas, con menos de 300 alumnos y de la periferia de la capital uruguaya. En general, presentan problemas de financieros, de gestión, situaciones que fueron agravadas durante la pandemia.
Otro denominador común que tienen esas instituciones es el factor demográfico: la baja de la matrícula es parte de un desplome de la actividad. La presidenta de la ANEP, Virgina Cáceres, lo había definido como uno de los “desafíos nuevos” del sistema educativo. En 2022, por ejemplo, las inscripciones cayeron un 22% en los niveles de tres años.
Varias instituciones de Montevideo, Canelones y Ciudad de la Costa evalúan “seriamente” cerrar sus puertas ante este panorama y algunos ya comienzan a dar pasos en esa dirección. El colegio Saint Georges, del Buceo, anunció que no dará más cursos de bachillerato; otras instituciones capitalinas ya proyectan un cierre parcial o total.
La Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) nuclea a más de 150 instituciones y atiende a 60.000 alumnos en la órbita de la Iglesia. Según sus datos, la educación primaria confesional perdió un 12% de su matrícula en los últimos años.
El director de la gremial, Juan Achard, aseguró a ese medio uruguayo que los colegios más comprometidos tienen “la esperanza” puesta en que en febrero se revertirá la situación. Algunos “están tecleando y confirmarán sus peores temores”. La asociación, aseguró, ha recibido llamados “desesperados” de varias instituciones.
Hay un paso previo al cierre definitivo que es la absorción de las “instituciones más débiles” por parte de colegios mayores.
Los colegios privados apostaron fuerte a la publicidad para revertir la situación. La que apareció en los medios tradicionales fue solo una pequeña muestra de una competencia que se dio, principalmente, en las redes sociales. Solo en Facebook había 23 colegios con anuncios pagos, consignó El Observador.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) fue la oficina encargada de llevar a cabo el Censo 2023. La explicación oficial del descenso en el ritmo de crecimiento de la población uruguaya y el inicio de una fase de decrecimiento es un fenómeno esperado si se considera la evolución de la región y la tendencia global de largo plazo.