(Desde Punta del Este, Uruguay) - El dirigente político uruguayo Diego Echeverría sentía que había que reflexionar sobre cómo se habla de libertad en los momentos actuales. Su mirada sobre ese concepto iba mucho más allá de cuestiones filosóficas: quería abordar el asunto desde la sociología y la política. En sus columnas en el diario El País, el diputado por Maldonado expresaba parte de sus pensamientos y, del otro lado del papel, tenía un lector fiel: el expresidente del país Luis Alberto Lacalle Herrera.
Este histórico dirigente del Partido Nacional, mandatario de Uruguay entre 1990 y 1995, le dijo que tenía que escribir un libro. Y esa sugerencia, de alguien que tiene una “visión especial”, fue el impulso que faltaba para que Echeverría escribiera Enclave de ideas. Un faro de libertad, un libro que en cinco capítulos aborda distintas aristas de la libertad.
El texto se presentó este miércoles en Maldonado, con la presencia de varias autoridades nacionales, además de Lacalle Herrera, padre del actual presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Además de Lacalle Herrera, en el evento estuvieron presentes la vicepresidenta Beatriz Argimón, el embajador de Uruguay en Argentina, Carlos Enciso, el ministro de Defensa, Javier García, el presidente de la Cámara de Diputados, Sebastián Andújar, el empresario Alejandro Bulgheroni, entre otros ejecutivos de la región.
“La libertad siempre debe ser el faro”, dijo Echeverría, entrevistado por Infobae al charlar sobre el flamante libro. La “batalla” de quienes tienen esta ideología es “permanente”. Es una pelea política, pero no solo: también cultural, opina el autor, uno de los precandidatos a intendente por Maldonado.
El dirigente liberal asegura que Uruguay está a diario en un “cruce de caminos” en donde se pone en juego la libertad y señala que estos debates deben ser resueltos “con una mirada aguda”. Esa ideología está presente cuando a un estudiante no le dejan ingresar a un centro de estudios porque hay paros, cuando hay “presión” sobre los maestros con el sindicatos o cuando las empresas no pueden actuar libremente, enumera.
“Los debates cada vez se endurecen más y la libertad cobra una nueva dimensión”, aseguró.
Al inicio del gobierno de Luis Lacalle Pou, el mandatario envió al Congreso una ley con cientos de artículos –la “ley de urgente consideración”, una norma que fue aprobada por el Parlamento y luego se llevó a un referéndum impulsado por la izquierda que finalmente fracasó en las urnas. Esta ley, elogia Echeverría, estaba “impregnada de libertad”. “Vale la pena dar el debate. El gobierno ha sido un faro de libertad a lo largo del período”, asegura.
“El uruguayo es libre por naturaleza, pero también hay que generar las condiciones para ejercer la libertad. Cuando se habla de políticas públicas, se tienen que propiciar desde los gobiernos las condiciones para elegir con libertad. La posibilidad de elegir es la libertad en esencia. Podemos tener un contexto de vida que nos dé libertad”, adelanta Echeverría sobre algunos de los temas que trata en el libro.
En el texto también hace un análisis internacional. Hay algunos temas casi obvios. La “falta de libertades” en Nicaragua, Venezuela y Cuba es uno de los asuntos que aborda, pero no solo. Echeverría cree necesario repensar “cómo se redimensionó el significado en Estados Unidos”, un país que se define como “la cuna de la libertad”.
Y va más allá: “Las nuevas tecnologías han redimensionado la libertad. Hay que hacer un esfuerzo distinto para salir de las dictaduras de los algoritmos y pensar afuera de la caja y con libertad”. Lo que sucede ahora es que, en las redes sociales, los usuarios terminan “más convencidos que al comienzo”. “Las redes tienen un rol fundamental en eso. Pensar la libertad sin el debate tecnológico es imposible”, aseguró.
“Los nuevos medios, internet y las redes pueden ser una amenaza a la libertad y no una herramienta para potenciar. Debemos encarar estos debates para que tengan la visión desde la libertad”, alentó el dirigente.
Echeverría reconoció que la tecnología es una herramienta “fundamental”, pero alertó sobre el uso que se le da: “El tema es cómo se utilice. Con un bisturí podés quitar la vida o salvar a alguien. Hay que pensar”.
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