(Desde Montevideo, Uruguay) - Dos autos argentinos tuvieron durante 2023 movimientos sospechosos en Uruguay. Los caminos que seguían en el territorio eran similares a los que transitan quienes están ingresando droga al país, un dato que motivó a la Policía a iniciar una persecución. Tras eludir maniobras evasivas en la ruta y corridas campo adentro, los funcionarios lograron detenerlos, arrestar a los conductores e incautar la carga que llevaban.
Los autos tenían dinero en efectivo, tres celulares y droga: 31 ladrillos de cocaína y tres envoltorios pequeños. Lo que arrojó el análisis primario de una de las muestras encendió alertas en el país: era ciclopentino fentalino, el potente opioide sintético que hace estragos en Estados Unidos. Sin embargo, todavía resta un análisis del Instituto Técnico Forense (ITF) que confirme si se trata o no de la sustancia.
De confirmarse, los argentinos trasladaban apenas una muestra de la potente droga, pero pocas cantidades –apenas miligramos– son suficientes para “intoxicar un país”, advirtió el secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), Daniel Radío.
“La diferencia que tiene el fentanilo con otras sustancias es que hablamos de microgramos. O sea, con dosis muy pequeñas… A veces dicen: ‘¿Cómo no hacen nada para que no entre?’. Hay que hacer todos los esfuerzos, pero con lo que entra en el grafo [la mina] de un lápiz intoxicamos a un pueblo”, afirmó, entrevistado en el programa En Perspectiva.
Todos los opioides, explicó, se utilizan para “reducir el dolor” y no solamente el físico: también “el espiritual”. “Entonces, en sectores excluidos de la sociedad, juega un papel. Por eso es una droga que afecta particularmente a estos sectores”, comentó.
Radío dijo que el ITF es el que tendrá la “última palabra” sobre cuál es la sustancia que trasladaban los vehículos argentinos, ya que para el análisis se requieren algunos reactivos especiales. “Por eso, antes de generar la alarma, tenemos que tener cuidado. Vamos a esperar”, calmó.
El secretario de la JND describió que lo que se encontró en los autos fueron “tres sobrecitos” que no significaban “el grueso” de la droga que trasladaban. Una particularidad extraña de la muestra era que estuviera cortada con cocaína, algo no es “normal”.
A diferencia de otras sustancias, para tener una sobredosis de fentanilo son suficientes cantidades “muy mínimas” y la diferencia entre la “dosis efectiva” y la “letal” es muy cercana. Por eso, la unidad de medida de esta sustancia suelen ser los microgramos, lo que dificulta la capacidad de control.
El jerarca uruguayo dijo que el crecimiento del consumo de la droga en Estados Unidos fue parte de un “contexto histórico particular” porque un laboratorio promovió sustancias adictivas. Cuando se conoció públicamente esta práctica ilegal y se iniciaron los controles, ya había “un montón” de adictos. Adquirir las sustancias del laboratorio fue cada vez más difícil y las personas comenzaron a comprar heroína, pero hubo problemas de stock. “Ahí fue que los narcos introdujeron el fentanilo”, relató Radío.
En ese momento, solo se encontraba en el mundo oriental –en especial, en China– y el negocio era manejado por bandas mexicanas. “Tiene condicionantes geopolíticos, relacionados con la pelea mundial entre China y Estados Unidos, y eso está en la base de esto (…) Nosotros no cumplimos esas características de entorno, lo cual no nos vacuna”, afirmó.
Que la sustancia llegue a un país no es suficiente para “atrapar a las personas”, explicó Radío, en referencia a esas “otras condicionantes”. “Igual hay que estar, primero, alerta. Nosotros estamos esperando la confirmación del laboratorio del ITF”, insistió.
En Uruguay existe el Sistema de Alerta Temprana, una mecanismo de coordinación entre organismos del Estado en el que se analiza de forma permanente las sustancias que ingresan a Uruguay y sus posibles nuevos usos. Cuando ven que existe un riesgo, se emite una alerta pública. En este caso, las autoridades están “a la espera” para no generar “alarma” si el asunto no lo “amerita”.
El gobierno, de todas maneras, tiene proyectado avanzar en mecanismos de prevención y de tratamiento, y los jerarcas han tenido reuniones con la embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Heide Fulton, y con expertos de la Administración para el Control de Drogas.
“El tema está presente. A nosotros no nos interesa generar alarma con esta esta cuestión, pero estamos alerta y trabajando”, resumió Radío.
El fentanilo es una droga “muy barata” y que genera “grandes réditos económicos”. Producir un kilo de fentanilo tiene un costo de USD 20.000, mientras que en el mercado de Estados Unidos esa cantidad se vende a USD 1 millón.
La única vez que se detectó en Uruguay fue en 2017.