La iglesia Católica de Nicaragua vive este fin de año su peor semana de represión de parte del régimen de Daniel Ortega, que ha apresado, sin proceso alguno, a por los menos 15 religiosos, entre los que se cuentan obispos, sacerdotes y seminaristas.
“La dictadura sandinista ha desatado esta semana una feroz cacería contra los sacerdotes llevando a la cárcel a varios de ellos, que vienen a añadirse a dos obispos que ya estaban presos. ¡Ruego a los obispos y a las conferencias episcopales del mundo que no nos abandonen en este momento, que oren por la Iglesia de Nicaragua y se solidaricen y alcen su voz denunciando esta persecución de la dictadura contra nuestra Iglesia!”, expresó a través de un post en X, el obispo auxiliar de la Arquidiocésis de Managua, actualmente en el exilio, monseñor Silvio Báez.
El régimen de Daniel Ortega ha prohibido que se mencione en los oficios religiosos el nombre de monseñor Rolando Álvarez, explica la investigadora y experta en temas religiosos, Martha Patricia Molina. El obispo Álvarez ya suma más de 500 días en prisión y en febrero de 2023 fue condenado a 26 años de cárcel por “traición a la patria”.
La investigadora Martha Patricia Molina hizo llegar a Infobae un recuento de 15 religiosos capturados entre el 20 y 30 de diciembre de este año. En la mayoría de los casos, el detonante de la captura fue la mención de Álvarez durante las misas que han celebrado:
Monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, capturado el 20 diciembre. Obispo de la Diócesis de Siuna. Fue secuestrado por policías y paramilitares, cuando se dirigía a celebrar unas confirmaciones en la Parroquia de la Cruz de Río Grande. Un día antes de su secuestro había orado por Monseñor Rolando Álvarez. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Sacerdote Pablo Villafranca, capturado el 26 diciembre 2023. Párroco de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz en Nindirí, Masaya, perteneciente a la Arquidiócesis de Managua. La policía sandinista lo detuvo en dos ocasiones de manera ilegal. Desde el 26 de diciembre que lo secuestró la policía no se tiene información de él. No existe una acusación formal en su contra.
Sacerdote Héctor Treminio, capturado el 28 diciembre 2023. Párroco de la Parroquia Santo Cristo de Esquipulas, perteneciente a la Arquidiócesis de Managua. No existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero
Monseñor Carlos Avilez, capturado 28 diciembre 2023. Vicario General de la Arquidiócesis de Managua quien en años anteriores declaró que “el presidente Daniel Ortega miente al decir que en Nicaragua hay libertad religiosa”. Fue secuestrado por la Policía Nacional. No existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero. El sacerdote Avilés padece de enfermedades crónicas. Párroco de la Parroquia Cristo de las Colinas.
Sacerdote Fernando Calero, capturado el 28 diciembre 2023. Párroco de Nuestra Señora de Fátima Rancho Grande. Secuestrado por la Policía Nacional en su parroquia. No existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero. Secuestrado por haber mencionado a Monseñor Rolando Álvarez en la misa. Pertenece a la Diócesis de Matagalpa.
Monseñor Marcos Díaz Prado, capturado el 28 diciembre 2023. Párroco de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero. Pertenece a la Diócesis de León.
Monseñor Silvio Fonseca, capturado la noche del 29 diciembre 2023. Párroco de la Parroquia Santa Faz. Vicario de Familia, Niñez y Juventud de la Arquidiócesis. Director del Instituto Juan Pablo segundo. Secuestrado por policías y paramilitares después de celebrar la Eucaristía. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Sacerdote Mykel Monterrey, capturado el 29 diciembre 2023. Párroco de la parroquia Nuestra Señora de Candelaria de la Arquidiócesis de Managua. Fue secuestrado por policías y paramilitares a medianoche cuando se encontraba en la casa cural. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Sacerdote Raúl Zamora, capturado el 29 diciembre 2023. Párroco de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia de la Arquidiócesis de Managua. Nombrado “héroe de la Fe”. Fue secuestrado por policías y paramilitares a medianoche cuando se encontraba en la casa cural. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Sacerdote Gerardo José Rodríguez, capturado el 29 diciembre 2023. Párroco de la Parroquia Purísima Concepción ubicada en el Reparto Belmonte de la Arquidiócesis de Managua. Secuestrado por policías y paramilitares. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Monseñor Miguel Mántica, capturado el 29 diciembre 2023. Párroco de la Parroquia San Francisco de Asís ubicada en el Reparto Bolonia de la Arquidiócesis de Managua. Secuestrado por policías y paramilitares. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Seminarista Alester Sáenz, capturado el 20 diciembre 2023. Estudiante del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima. Secuestrado junto al obispo Isidoro Mora. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Seminarista Tony Palacio, capturado el 20 diciembre 2023. Estudiante del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima. Secuestrado junto al obispo Isidoro Mora. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
Presbítero Jader Guido, capturado el 24 diciembre 2023 y liberado ese mismo día. Tercer vicario de la catedral de Matagalpa. Tras ser liberado está siendo perseguido por un policía de civil a bordo de una motocicleta. No existe una acusación formal en su contra.
Monseñor Óscar Escoto, capturado el 22 de diciembre de 2023. Vicario general de la Diócesis de Matagalpa. Fue dejado en libertad el mismo día de su captura y horas después fue nuevamente secuestrado. Hasta la fecha no existe una acusación formal en contra de él y no se tiene información de su paradero.
El 19 de diciembre pasado, mientras celebraba una misa en la Catedral San Pedro Apóstol, de Matagalpa, el obispo de Siuna, monseñor Isidoro Mora, pidió orar por el encarcelado obispo de esa Diócesis, monseñor Rolando Álvarez. Al día siguiente, la Policía nicaragüense apresó a Mora mientras viajaba a oficiar otra misa en el lejano municipio de La Cruz de Río Grande.
“Quisiera expresarles el saludo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, estamos siempre unidos, por esta maravillosa Diócesis de Matagalpa, orando por monseñor Rolando y por el caminar de cada uno de ustedes, estamos unidos en oración, comunión, fe, amor y ternura”, expresó monseñor Mora y bastó para que al siguiente día la Policía fuera por él.
Junto al obispo de Siuna también fueron apresados los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacio. Al día siguiente, el 21 de diciembre, la Policía también detuvo al vicario general de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Óscar Escoto Salgado. Escoto fue liberado pocas horas después y vuelto a apresar al día siguiente.
El 24 de diciembre fue detenido y liberado ese mismo día el sacerdote Jader Guido, segundo vicario de la Diócesis de Matagalpa, después que durante la misa afirmara que la Iglesia está “en rogación por nuestro obispo monseñor Rolando Álvarez, por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas de nuestra Diócesis”.
En abril del 2023, fue expulsado de Nicaragua el sacerdote panameño Donaciano Alarcón acusado de predicar a favor del obispo Álvarez. “El lunes (Santo) teníamos la Misa Crismal y allí fue que me dijeron que había estado predicando a favor de monseñor Álvarez, que había estado organizando algunas revueltas contra la Policía, que estaba desobedeciendo lo estipulado: cero procesiones”, declaró Alarcón a periodistas poco después su expulsión.
Según la investigadora Molina, hay una prohibición expresa de “mencionar el nombre de monseñor Álvarez” durante las misas y en la Diócesis de Matagalpa se ha prohibido incluso la tradicional plegaria que pide por el obispo local, tal como se hace en otras diócesis.
La oración que menciona Molina es la Plegaria II que aparece Canon romano y dice: “Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el papa (se dice el nombre), con nuestro obispo (igual se dice el nombre del titular) y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad”.
Para Martha Molina, abogada de profesión, la situación legal de los apresados es de “secuestro” en tanto “no media la voluntad del juez, no hay una orden judicial, simplemente lo desaparecen, no dan información a nadie. Están en desaparición forzada”.
La investigadora dice que el régimen de Ortega ha caído en paranoia por temor a convertir en un símbolo de resistencia a monseñor Álvarez, un obispo que a criterio de Molina ha dado muestras de “valentía, sinceridad e integridad”.
Monseñor Rolando Álvarez es el obispo de la Diócesis de Matagalpa y fue sacado por la fuerza de su residencia el 19 de agosto de 2022, después de permanecer sitiado por un cordón policial.
Álvarez se negó a montarse en un avión que lo llevaría al destierro a Estados Unidos junto a otros 222 presos políticos, el 9 de febrero de 2023. La actitud del obispo enfureció a Daniel Ortega, quien ordenó fuera recluido en celdas de máxima seguridad en la Cárcel Modelo, y al día siguiente fue condenado a 26 años de prisión “por traición a la patria” en un juicio expreso.
El régimen acusó a monseñor Álvarez de “ser autor de los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, obstrucción de las funciones, agravada desobediencia o desacato a la autoridad”.
La dictadura de Daniel Ortega mantiene una feroz persecución contra la iglesia Católica de Nicaragua, al punto que autoridades religiosas han advertido sobre la posibilidad que el país se quede sin sacerdotes.
Actualmente unos 16 sacerdotes, entre ellos dos obispos, y seminaristas están presos en las cárceles del régimen de Ortega, bajo retención domiciliar o “en paradero desconocido” después de ser apresados.
Este jueves se reportó como “desaparecido”, el vicario de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Carlos Avilés luego que cercanos al religioso no lo encontraron en su residencia, ni contesta llamadas ni mensajes de texto a su teléfono móvil. Y la noche de viernes la Policía capturó a monseñor Silvio Fonseca, después que terminara la misa en la iglesia que administra.
Según el recuento que lleva Molina, 176 han sido impedidos de realizar su labor en Nicaragua desde el 2018, “debido a que fueron expulsados, se les prohibió el ingreso o fueron enviadas al destierro por la dictadura”.
El 18 de octubre pasado el régimen envió a El Vaticano a 12 sacerdotes que mantenía presos bajo distintos cargos. Molina dice que Ortega podría estar preparado otro grupo de sacerdotes para enviarlos al destierro.
Un sacerdote relato bajo condición de anonimato, que permanentemente sus homilías son grabadas por espías del régimen que llegan a la iglesia a comprobar que no se mencionen en los sermones y oraciones palabras como “democracia”, “derechos humanos”, “libertad” y “monseñor Rolando Álvarez”.
Patrullas de policías permanecen al acecho en algunas iglesias y residencias de religiosos, y los alcaldes de los municipios amenazan a los sacerdotes y, en algunos casos, los despojan de las propiedades que administraba la iglesia.