(Desde Montevideo, Uruguay) - En su reaparición pública desde un lugar desconocido, el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset elogió al sistema judicial de Uruguay: lo definió como el “menos corrupto” de la región y dijo confía en que en su país encontraría las garantías para que su pareja, su hermano y su cuñado se entreguen y no sean extraditados. El delincuente lo diferenció de otros países de la región, en los que dijo que el narcotráfico es “el pan de cada día” y en los que hay políticos que aceptan dinero ilegal.
Los comentarios de Marset formaban parte de una estrategia de su abogado, Santiago Moratorio, quien en Uruguay buscó negociar la entrega de los allegados al narco. El defensor se reunió con fiscales y con el exministro del Interior, Luis Alberto Heber, pero no logró lo que buscaba. Las autoridades rechazaron ese acercamiento y hasta el presidente del país, Luis Lacalle Pou, se expresó públicamente sobre ese tema: “No negociamos con narcotraficantes”, dijo en una rueda de prensa.
Pese a esta negativa, Moratorio insistirá en esas negociaciones, según dijo este jueves al programa Así nos va de Radio Carve. El defensor explicó que hará el intento porque tiene la certeza de que un eventual proceso en Uruguay sería “justo” y le daría “garantías”.
Moratorio reconoció que si se aplica la ley estrictamente, Uruguay debería extraditar de forma inmediata a los familiares de Marset que se entreguen. Sin embargo, lo que el abogado plantea es que se haga una interpretación distinta: propone que no se aplique el tratado del Mercosur sino uno firmado en Montevideo en 1933 que establece excepciones para no extraditar a los ciudadanos nacionales.
De esta forma, se podría juzgar a los familiares de Marset por la Operación Ultranza Py en Uruguay. Ese fue el planteo que Moratorio hizo a la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero, al fiscal de Lavado de Activos Enrique Rodríguez y al exministro Heber.
Moratorio dijo que “nunca habló” de una entrega de Marset sino de su familia, aunque dejó abierta la posibilidad a que también lo haga el narco. “Si de ese proceso deriva en que en algún momento, por diferentes motivos, él tenga que entregarse, lógicamente se va a entregar en el país donde se juzgó como se tenía que juzgar a su familia. Hubiese sido una movida inteligente por parte de Uruguay”, afirmó.
Lo que pretendía la defensa de Marset era que en Uruguay sucediera algo similar a lo que pasó con Diego Marset, que fue detenido en Brasil, su lugar de nacimiento. Según comentó, el joven de 22 años será juzgado en ese país, que no extradita a sus ciudadanos.
“Lo que va a pasar en Brasil con Diego pretendíamos que pase en Uruguay. Uruguay no quiso por el momento. Nosotros vamos a insistir en conversaciones porque siguen estando prófugos (y son) inocentes”, aseguró.
El abogado explicó que Marset ni su familia se entregan en Paraguay por “el grado de corrupción enorme” que hay en ese país.
“Hay una trama muy profunda que involucra diferentes actores del narcotráfico que hicieron que muchas de las cosas sean imputadas a Sebastián que no son. Lo agarraron como chivo expiatorio”, explicó. Moratorio detalló que hubo personas cercanas a su cliente que lo traicionaron y tienen “vinculaciones fuertes con la policía, la política y el poder judicial de Paraguay”.
La misma “desconfianza” la tiene el narcotraficante con el sistema de Bolivia. Moratorio dijo que hay “muchos motivos” para no confiar en la Justicia de ninguno de los dos países, pero prefirió no profundizar en los detalles.
Consultado sobre si en Bolivia o Paraguay le han pedido coimas a Marset, Moratorio respondió enfáticamente que sí. Detalló que le pidieron tanto bienes como dinero en efectivo a cambio de protección “en la etapa previa a que explotara la Operación Ultranza”.
“La familia Marset vivió en Paraguay, saben cómo se manejan. Los colegas con los que hablo acreditan y dan fe del nivel de corrupción que hay que, como dijo Sebastián en la entrevista, es aún mayor en Bolivia e involucra al ministro del Interior. Las cosas que han vivido y pasado en ambos países es lo que genera esa desconfianza”, comentó.