(Desde Montevideo, Uruguay) - Los empresarios industriales uruguayos toman con cautela el reemplazo que dispuso el gobierno de Javier Milei al sistema de importaciones. La principal preocupación que tienen en el sector refiere a las deudas atrasadas y a la modalidad que establecerá el Ejecutivo de Argentina para cobrarlas. Pero también saben que es probable que el modelo actual sea mejor que el anterior porque hace seis meses los exportadores uruguayos no cobran por sus ventas al país vecino, según informó el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), Fernando Pache.
El nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI) implica nuevos plazos de pago lo que, en principio, es una “agradable lectura” para el sector exportador, dijo Pache entrevistado en Radio Sarandí. Las dudas llegan cuando este sistema se lleva a la práctica, algo que presenta dificultades.
El representante gremial explicó que este sistema implica una “libertad parcial” porque hay una intervención del Estado para establecer los plazos a pagar. Desde la cámara le piden a los empresarios que se tomen con “cautela” esta definición porque una de las aristas a resolver es la “deuda vieja inmensa” que tienen los compradores argentinos.
“Es una deuda entre privados, pero evidentemente tenían pesos y no contaban con los dólares, y el gobierno está manifestando que va a emitir un bono o algo similar para pagar a plazo –todavía no está claro– esa deuda vieja. Es algo directamente inconsulto. O sea, ¿es mejor que lo anterior? Aparentemente es mejor que lo anterior porque en los últimos seis meses del gobierno de Alberto Fernández cuando llegaba el vencimiento se aplazaba, en la mayoría de los casos. El uruguayo no cobraba y tenía incertezas permanentes”, cuestionó.
El SEDI establece pagos con distintos plazos, lo que también implica entregar un “crédito a una especulación futura” porque, para cobrar, el dinero tiene que estar en el Banco Central de la República Argentina (BCRA). “Yo me pregunto qué pasa si no consiguen recaudar los dólares previstos. Entonces, se ahondaría el crédito por cobrar”, señaló Pache.
El presidente de la CIU dijo que la nueva operativa es “mejor que la anterior” porque al menos implica que se está “haciendo algo” para encontrar “un camino de salida y de pago”, pero no es “la alegría del mundo”. “La plata vieja no aparece y las exportaciones nuevas son a crédito”, resumió.
Las exportaciones de Uruguay hacia Argentina anualmente representan entre USD 630 millones y USD 700 millones. El monto de la deuda es muy difícil de medir para la gremial empresarial porque en general las firmas no quieren decir cuánto dinero le resta por cobrar, pero en base a consultas informales Pache estimó que ronda los USD 30 millones.
Si bien las exportaciones de Uruguay hacia Argentina ya no tienen la misma relevancia que en el pasado, muchas empresas del país dependen casi en un 95% del mercado argentino. “Están muy jugados con Argentina por el tipo de productos que exportan y por la cercanía, la distancia y la logística. Muchas de esas son empresas que tienen una especie de sociedad con Argentina: son accionistas de un lado y del otro”, explicó el empresario.
El nuevo SEDI busca eliminar las “vueltas burocráticas” al comercio importador de la Argentina, según entienden en el gobierno de Milei. El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó que el sistema pone fin a que el “funcionario de turno” pueda decidir qué exportar y qué no, y permite que el gobierno valore más “la decisión del privado”.
El reemplazado SIRA, en tanto, fue adoptado durante la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía del gobierno anterior. Establecía cupos a las compras al exterior e instaló un sistema discrecional de licencias y permisos para la importación.