El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, aseguró este miércoles que las autoridades estarán “muy contentas” de contar con la presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre quien pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI), en la cumbre del G20 que se celebrará en Río de Janeiro en noviembre de 2024.
“Si quiere venir, estaremos muy contentos de que esté presente en las reuniones”, manifestó el ministro de Exteriores, quien adelantó que no cree que Brasil vaya a tomar medida alguna para cumplir la orden de detención del TPI, durante una entrevista para la delegación brasileña de BBC News.
Vieira le restó importancia al hecho de que Brasil sea uno de los Estados que ha ratificado el Estatuto de Roma por el cual se creó el TPI. “Hay tantos países que lo son”, expresó, afirmando al tiempo que no están obligados a cumplir la decisión del tribunal. “Tiene que haber una orden”, explicó.
Hace poco el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también cuestionó la autoridad de este tribunal al haber otros países, como Estados Unidos, Rusia, o China, que no la reconocen, lo que, según opinó, genera un “desequilibrio”.
En esa línea se pronunció la semana pasada Celso Amorim, asesor jefe de Lula en asuntos internacionales: “Queremos que Putin venga. Una conferencia del G-20 sin Rusia es una conferencia incompleta. Si vamos a hablar de temas como la reforma de la gobernabilidad global, ¿cómo vamos a ignorar a Rusia?”.
“Rusia es un actor necesario. Su ausencia va en contra de los intereses del G-20″, agregó Amorim, quien también cuestionó el papel del Tribunal Penal Internacional.
“El TPI fue creado en la etapa en la que era embajador en la ONU y se vio como un progreso, pero el hecho es que las grandes naciones se quedaron al margen. ¿Solo vale para los otros? ¿O para un país declarado enemigo por Occidente? ¿Dónde están los otros que cometieron crímenes de guerra?”, cuestionó en una entrevista para el portal de noticias UOL.
Así, Amorim subrayó que si bien “hay que tener en cuenta el sufrimiento de los ucranianos” durante una eventual negociación y no premiar a Rusia por la invasión, también “hay que ser realista” y reconocer que el plan de paz del presidente, Volodimir Zelensky, “no tiene futuro”.
En marzo de 2023, cuando se cumplía un año de la invasión rusa de Ucrania, el TPI emitió una orden de captura contra Putin por crímenes de guerra relacionados con la deportación forzada de niños ucranianos, provocando que se perdiera la pasada cita del G20 en Nueva Delhi, o la de los BRICS, en Johannesburgo, Sudáfrica.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el gobierno de Lula se mostró neutral, pese a alguna expresión de condena. El ejecutivo, incluso, llegó a criticar a Kiev por el desarrollo del conflicto armado. Esta postura de Brasilia provocó fuertes cortocircuitos entre Lula y Zelensky.
Según informó la cadena local O´Globo, el presidente ucraniano solicitó una reunión con su par brasileño el pasado sábado 9 de diciembre, mientras hacía escala en el marco de su viaje a Argentina para la asunción de Javier Milei. Sin embargo, el pedido fue rechazado por el Gobierno, lo que representó un nuevo desencuentro entre las partes.
(Con información de Europa Press)