Luis Antonio da Silva Braga, más conocido como “Zinho”, el jefe del mayor grupo parapolicial del estado de Río de Janeiro, se entregó este domingo a la Policía de Brasil tras negociaciones entre sus abogados y los investigadores.
El criminal, de 44 años, era buscado por el asesinato del concejal Jerônimo Guimarães Filho, alias “Jerominho”, y estaba prófugo de la Justicia desde 2018, cuando fue acusado de lavar dinero proveniente de extorsiones realizadas por milicianos en la zona oeste de Río de Janeiro. De ese caso luego fue absuelto por la Justicia.
Sin embargo, ahora tiene 12 órdenes de aprehensión pendientes por delitos relacionados con la organización, que desde 2010 lideraba juntos a sus parientes, por lo que era conocida como “Familia Braga”.
“Zinho”, considerado como el líder del grupo parapolicial formado por oficiales y ex agentes corruptos que domina la zona oeste de la ciudad de Río, era el objetivo prioritario del gobernador regional Cláudio Castro, quien adoptó una estrategia de mano dura contra el crimen organizado y llegó a calificarlo como el “enemigo número 1″.
“El detenido se presentó en la Superintendencia Regional de la Policía Federal en Río. Tras las formalidades derivadas de su arresto, fue conducido al Instituto Médico Legal y posteriormente transferido a una cárcel, donde permanecerá a disposición de la Justicia”, señaló la Policía en un comunicado tras su entrega.
Un poco de historia
“Zinho” es el tercer líder de la familia en asumir el mando de la milicia. El primero había sido su hermano, Carlos da Silva Braga, conocido como “Carlinhos Tres Pontes”, en 2010. La Policía indicó que éste era un ex narcotraficante de la facción TCP (Terceiro Comando Puro) y habría formado una de las primeras milicias del estado uniendo a narcos de la favela Tres Pontes, en Santa Cruz; y milicianos de la región.
“Carlinhos” implementó en la milicia una estética parecida a las películas de mafia: llevaba cadenas de oro y fumaba puros cubanos, como Tony Montana, el personaje de Al Pacino en Scarface, aseguró un policía al periódico Folha de San Pablo. Fue asesinado en 2017 en una acción policial.
Tras su muerte, quedó a cargo otro hermano: Wellington da Silva Braga, más conocido como “Ecko”. También perdió la vida en una acción policial en 2021. “Zinho” estaba en una casa cercana y logró huir.
La quema masiva de autobuses
En octubre de este año, el sobrino de “Zinho”, Matheus da Silva Rezende, conocido como “Faustão”, fue asesinado en un operativo policial. Los investigadores creen que el líder, sabiendo que estaba por ser capturado, ordenó la mayor quema de autobuses en la historia de Río de Janeiro: 35 colectivos fueron incendiados para facilitar su fuga.
El incendio de los vehículos, en una acción simultánea y coordinada en importantes vías de Río de Janeiro, provocó un caos en el tránsito en la zona oeste de la segunda mayor ciudad de Brasil por la interrupción del flujo de automóviles y los embotellamientos.
De acuerdo con las autoridades locales, el ataque obligó a varias empresas a interrumpir la circulación de sus autobuses, incluyendo los del sistema de transporte de tipo BRT, y bloqueó hasta la Avenida Brasil, una de las principales arterias de la ciudad, así como afectó al funcionamiento de decenas de colegios.
Los autobuses fueron interceptados por pistoleros e incendiados en barrios como Guaratiba, Inhoaíba, Paciência, Campo Grande y Santa Cruz, varios de los cuales son controlados por las milicias, como son conocidos los grupos parapoliciales integrados por policías y ex policías que surgieron para hacer frente a las bandas de narcotraficantes.
Los arrestos de “Zinho”
La primera detención se produjo en 2015 y fue por posesión ilegal de un arma. Sin embargo, rápidamente fue puesto en libertad por orden de la Justicia. En ese momento “Zinho” era visto como un miembro más de la pandilla.
Dos años después fue arrestado nuevamente pero allí ya era considerado un integrante destacado de la milicia. Una investigación demostró que, tras un presunto pago de sobornos, su declaración fue borrada del sistema de la Policía Civil y quedó en libertad. En 2022, los agentes denunciados como sospechosos de ayudarlo fueron condenados.
En este final de año, tras arduas negociaciones entre sus abogados y los investigadores, el líder del grupo volvió a quedar arrestado tras entregarse. El secretario ejecutivo del Ministerio de Justicia de Brasil, Ricardo Cappelli, felicitó en sus redes sociales a la Policía Federal: “Es trabajo, trabajo y trabajo”, manifestó.
Los grupos parapoliciales impusieron un régimen de terror en algunos barrios de Río, donde cometen homicidios y extorsionan a los habitantes a través del cobro de “impuestos” por servicios como el transporte, la compra de pipetas de gas o hasta el acceso a Internet.
También se convirtieron en los distribuidores de drogas y armas en las zonas que controlan, y tienen nexos con la política regional y municipal.
El lunes de la semana pasada, la diputada regional de Río Lúcia Helena Pinto fue suspendida de su cargo en el marco de una operación policial por supuestos vínculos con el grupo criminal comandado por “Zinho”. Las autoridades sospechan que la legisladora, conocida como la “Madrina” en el mundo del crimen, participó de forma activa para “atender los intereses” de la banda.