Codeína, la droga que inunda los pueblos chilenos y alarma a las autoridades

Tras la detención de un químico farmacéutico en Arica que en dos años vendió 46 mil frascos de jarabe para la tos, en una ciudad de poco más de 200 mil personas, ahora los laboratorios médicos están en la mira

Guardar
El jarabe para la tos suele ser consumido por personas de bajos recursos o en situación de calle, pues produce un efecto narcótico y quita el hambre.
El jarabe para la tos suele ser consumido por personas de bajos recursos o en situación de calle, pues produce un efecto narcótico y quita el hambre.

(Desde Santiago, Chile) Quizás porque no se trataba del Tren de Aragua, ni de drogas como el fentanilo o el éxtasis, es que el operativo que hace casi un mes culminó con la detención del químico farmacéutico José Orellana Pizarro en Arica (a 1.700 kms al norte de Santiago, en la frontera con Perú), pasó casi desapercibido para los matinales y la prensa policial chilena.

Ello, a pesar de que las cifras que hasta el momento manejan la Fiscalía y la PDI indican que el acusado comercializó en menos de dos años casi 46 mil frascos de distintos jarabes para la tos basados en codeína, un analgésico opioide que es utilizado como antitusivo. Todo esto en una ciudad que tiene poco más de 200 mil habitantes, según reza un reportaje del diario digital El Mostrador.

De origen peruano y dueño de tres farmacias, Orellana Pizarro fue imputado por la Fiscalía de Análisis Criminal por una figura que casi nunca se usa, aunque es uno de los primeros delitos que aparece en la Ley de Drogas: se trata del artículo 7, el cual sanciona a las personas que, teniendo autorización para suministrar drogas en forma legal, “lo hicieron en contravención de las disposiciones legales o reglamentarias que los regulan”.

Orellana también fue acusado de lavado de activos, al encontrar la Fiscalía antecedentes sobre la compra de tres departamentos que el ente persecutor cree fueron adquiridos con dinero proveniente del tráfico de codeína, a lo que se suma ingentes transferencias de dinero desde Chile al Perú.

Laboratorios en la mira

Una de las aristas de la investigación dice relación con los laboratorios que desde Santiago proveían de grandes cantidades de jarabe a Orellana, pues se sospecha que así como proveían al farmacéutico ariqueño, es muy probable que hagan lo mismo respecto de otras comunas, a sabiendas de que el jarabe para la tos confeccionado sobre la base de codeína es una droga muy adictiva, que suele ser consumida sobre todo en los sectores poblacionales y periféricos en Chile.

Dichos medicamentos pueden producir graves problemas de salud si se toman en grandes cantidades y sin control médico, los que incluyen pérdida completa de la conciencia e incluso psicosis y paranoia en forma permanente.

En muchos países - incluyendo Chile - su venta solo es posible con receta médica, pero ello no impide que exista un gran mercado negro al respecto. En países como Nigeria, por ejemplo, es un problema de salud pública, como lo reportó la BBC, que mostró en 2018 las llamadas “fiestas jarabe”, en las cuales se consume jarabe para la tos mezclado con bebidas dulces. En España, a la mezcla de jarabe para la tos con gaseosas “blancas” la llaman “Purple drank”.

Purple Drank es una bebida letal hecha con jarabe para la tos que contiene codeína y gaseosa.
Purple Drank es una bebida letal hecha con jarabe para la tos que contiene codeína y gaseosa.

<b>Red de distribución</b>

Según determinó la PDI en Arica, Orellana compraba cajas de jarabe en Santiago y se las entregaba a otras personas (hay otros cuatro imputados en la causa), que eran las que a su vez vendían directamente a los adictos.

Una fuente policial dijo bajo reserva de su identidad a El Mostrador que lo sucedido “sincera algo que todos sabemos: que existen redes de tráfico de drogas que son de cuello y corbata, que implican a laboratorios supuestamente respetables y a personas con estudios universitarios, que pagan impuestos, imposiciones y tienen vidas en apariencia respetables también, pero al final del día son narcos, igual que los que trafican pasta base y andan con ‘soldados’ para protegerse de sus enemigos”.

La PDI incautó 58 contenedores de jarabe con codeína, pero también decomisó otros medicamentos controlados que se presume eran vendidos sin receta, como Clonazepam, Fentermina, Diazepam, Clordiazepoxido Clorhidrato, Clotiazepam, Zolpidem Hemitartrato y Clordiazepóxido, entre otros.

El subprefecto Víctor Pérez, de la Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado (Brianco) de la PDI, señaló a la prensa local que la diligencia se llevó a cabo cuando “se logró detectar, previo a una investigación, el arribo a la ciudad por intermedio de una empresa courier de tres cajas contenedoras de jarabes de Deucotos, con su principio activo de codeína”.

La Secretaria Regional Ministerial de Salud (Seremi) de Arica, Claudia Torrealba, señaló al diario Arica al día que “como autoridad sanitaria, estamos supervisando el uso racional de medicamentos, especialmente aquellos que contienen codeína y tramadol, por cuanto su uso indebido tiene efectos adversos y adictivos. Es por eso que llamamos a la comunidad a tomar el peso de lo que esto significa, nunca automedicarse y siempre contar con la supervisión de un especialista”.

Por su parte, Gonzalo Ramos, jefe de la unidad de profesiones médicas y farmacia de la Seremi de Salud, dijo al mismo medio que “en Arica estamos muy sensibles respecto del uso indebido que se hace de algunos fármacos con fines recreacionales, especialmente en la población joven, ya que el consumo en altas cantidades de medicamentos formulados en base a codeína o tramadol pueden generar un problema de salud pública”.

Guardar